Existen películas que pasan de largo y hay otras que marcan historia, siendo capaces, después de décadas, de representar a muchas de las personas que las ven. Pero con el comienzo de estas líneas hemos de admitir una cosa, y es que el cine de los 90 marcó una etapa, creando muchos iconos que se llevaron a cabo en esa década. Desde Forrest Gump a El show de Truman (película que nos recordó hace poco María Pombo), hay títulos que son inolvidables. Pero hay una que nos marcó y nos hizo soñar con un paseo de compras por Rodeo Drive en Los Ángeles y tener un collar de diamantes. Celebramos los 35 años de Pretty Woman.
Para aquellos que hemos nacido en los 90, la historia protagonizada por Richard Gere y Julia Roberts es todo un icono y es que cobró vida en una época en la que el cine nos hacía soñar. Sus escenas respiraban amor, moda, glamour y sobre todo, aspiración, pero, aunque todo parezca encantador, tuvieron dificultad para que las marcas colaboraran con la historia.
- Julia Roberts, a sus 55 años, luce el mismo look que en ‘Pretty Woman’
- El Mustang que Richard Gere regaló a su entonces mujer Carey Lowell, a la venta por 60.000 €
El motivo es simple y es que no era muy común relatar un amor tan literal entre un empresario de éxito y una mujer que se dedicaba al oficio más antiguo del mundo. Pero después de mucho buscar, una firma de joyería vio más allá de lo simple y apostó por el concepto. Spoiler: un acierto que les ha aportado una rentabilidad de por vida.
Hay escenas icono y, además de la incursión de la protagonista en las tiendas, sufriendo desprecio por parte de las dependientes y luego mostrándoles su error, otro momento que nunca se va a olvidar es el del collar. Richard Gere tiene una caja roja con un increíble accesorio y, cuando ella va a tocarlo, cierra la caja, provocando una genuina e incontrolable risa en la protagonista. Algo que quedó bastante natural, puesto que la actriz no sabía qué iba a suceder y fue una sorpresa del director. Definitivamente, un papel que reescribió el futuro de Julia Roberts.
El collar de ‘Pretty Woman’
El collar estaba hecho de oro blanco y diamantes, con 23 rubíes, aportando ese toque rojizo y pasional que, además, combinaba con el vestido de la escena. El precio de este era alto para ser los años 90 y es que costaba 200.000 euros. Si lo pensamos en la actualidad, podría valer el doble e incluso el triple. La creación llevaba el nombre de Fred Joaillier, una firma francesa que decidió reeditarlo hace unos años para que la esencia de este accesorio siguiera viva. Pero no sólo lo hizo con este, sino que llevó a cabo una colección completa que todavía sigue disponible en su página web.
Hace tiempo, en una entrevista, Valérie Samuel, vicepresidenta de la joyería, contó en una entrevista que: «Cuando nuestra boutique de Rodeo Drive recibió la visita en 1990 del equipo de producción de la película Pretty Woman, en ese momento buscando una pieza de joyería para su actriz principal, no tenía idea de que el collar de corazones de rubíes y diamantes que eligieron se convertiría en una parte especial de la película, gracias a la legendaria carcajada de Julia Roberts y la elegancia de Richard Gere». Es más, la joya estuvo custodiada todo el tiempo por un equipo de seguridad y los guantes del vestuario de Roberts en esa escena de Pretty Woman no eran casualidad. Fue un accesorio puesto a posta, para que no se llevara de huellas y no supiera ningún desperfecto.
Con el paso del tiempo y bajo el nombre de «corazón dentro de un corazón», el collar Pretty Woman Unconditional se ha reinventado en una pieza de alta joyería, creado en oro blanco de 18 quilates, 17 rubíes que suman aproximadamente 34.89 quilates y 992 diamantes blancos brillantes que tienen 7.66 quilates. Una creación exclusiva sobre la que la casa no desvela el precio, pero podría superar el medio millón de euros.
Ver esta publicación en Instagram
Lo curioso de todo es que cuando fueron a presentarla, hilaron muy bien la historia. Es una colección que honra Pretty Woman de manera eterna, y qué mejor que hacerlo mediante la siguiente generación. Emma Roberts, sobrina de la actriz, fue la encargada de poner rostro a la campaña y tomar el relevo generacional de su tía.
