Desde varias décadas atrás, los relojes eran un mero accesorio que llevar en la muñeca que complementaban, como mero accesorio, nuestra imagen. Su evolución ha sido visual en los últimos años y, ahora, diseñar y crear un elemento como este se ha convertido en toda una ciencia, ya que las casas de relojería quieren superarse cada vez más. Solo los hombres más elegantes lo lucían y, en la actualidad, existe una amplia variedad de ellos, pero hay una cosa que nunca cambia ni cambiará y es la demostración de estatus social que exhiben al mundo. Muchos lo consideran un mero accesorio y los más sibaritas, artículos de coleccionismo, ya que hay relojes que pueden contener hasta 2.800 piezas y 57 funciones que los llevan a ser auténticas obras de arte. En los últimos años, los expertos consideran que se han convertido en motivo de inversión, puesto que su valor puede llegar a duplicarse en el mercado de la compraventa, al contrario que los coches, su tiempo en vida a lo largo de los años, conlleva un aumento de su valor.
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Muchos se preguntarán, ¿un reloj es una buena inversión? La respuesta es sí, pero siempre pensando a largo plazo e investigando bien las inversiones, ya que hay que tener en cuenta que no todos los relojes pueden tener el mismo valor el día de mañana. Estos son las propuestas en las que más merece la pena invertir en la actualidad.
Patek Philippe Ref.5172G Chronograph
Una de las empresas más aclamadas del mundo de la relojería de lujo, ha presentado en su historia grandes piezas que han llegado a subastarse por varios millones de dólares a coleccionistas anónimos. Un modelo de 2019 con alto rendimiento económico que con una caja de oro blanco de 41 mm y un grosor de 11.45 mm, que lo convierte en un cronógrafo bastante ligero de llevar, y una esfera barnizada en azul con números árabes aplicados en oro blanco. Complementando la gama cromática, la correa en azul a juego con la esfera, que lleva este reloj hacia un diseño moderno y actual, pero conservando su esencia clásica.
Vacheron Constantin Overseas 4500V Brown Dial
Muchos pueden conocer esta marca o no, pero en el mundo de la relojería es una de las más reconocidas, ya que muchos coleccionistas la denominan, junto a Patek Philippe y Audermas Piguet, como la «Santísima Trinidad» de la relojería suiza. La inspiración de este diseño proviene del Vacheron Constantin 222, creado en los años 70, que tuvo su retorno este año en una versión modernizada y más actual. Los conocedores de la casa puede que no estén de acuerdo, ya que el precio del modelo Overseas ha bajado en los últimos tiempos, pero hay uno en concreto es el diamante y es la versión del Overseas con esfera marrón, pues no se producen más y eso le otorga un mayor valor.
IWC Ingenieur SL Jumbo Ref. 1832
Un reloj lanzado en el año 1976, el mismo año en el que Patek Philippe lanzó el Nautilus y la tercera creación de Gerard Genta dentro de la reconocida trilogía de relojes deportivos, Genta. Esta versión es la modernización del modelo del 1950, denominado como el reloj de ingeniero, ya que Genta quiso crear algo que se ajustara al perfil de estos profesionales, con una caja redonda de 40 mm y un brazalete integrado. Esta versión no es tan delgada, ya que la caja presenta una construcción antimagnética para proteger el reloj de todos los agentes externos magnéticos con los que trabajarían los ingenieros. Un reloj que teniendo en cuenta su historia y su legado, es lógico que el precio aumente con los años.
Breitling Navitimer 806 1959 Re-Edition
Un remake del clásico 806, lanzado en 2019, esta obra de alta relojería cuenta con una caja de acero de 40 mm que tiene un grosor de 12.86 mm y una anchura de asa de 22 mm, las mismas dimensiones que su hermano presentado en 1959. Lo curioso es que la casa solo produjo 1959 modelos de esta brillante pieza en edición limitada, los cuales se agotaron en un rápido margen de tiempo, aumentando así su valor sobre la inversión.
Girard-Perregaux Laureato 42 Infinity Edition
Uno de los aparatos más populares dentro de los relojes deportivos modernos, que cobró vida en el año 1975, con una estética deportiva compuesta por una delgada caja, bisel octogonal elevado y brazalete integrado. En los 70, los relojes de cuarzo estaban muy de moda, por lo que esta casa se hizo muy conocida. De este modelo solo existen 188 piezas y fueron fabricadas para la joyería alemana Wempe. El reloj que se define como atractivo y comedido bajo una caja de solo 42 mm y 10.7 mm de grosor. Una apuesta segura, con un aumento de la inversión paulatina en el tiempo.
