Cartier convierte su icónico Baignoire en pulsera y lo embellece con diamantes
Desde sus inicios, Cartier ha sido sinónimo de sofisticación y lujo. A día de hoy sigue siendo un referente gracias a que mantiene su ADN intacto, pero también porque continúa innovando y revolucionando el mundo de la alta relojería. Solo hay que echar un vistazo a las novedades presentadas en la reciente Watches & Wonders donde eclipsó con modelos como Tank Normale. Sin embargo, la maison tenía guardado varios ases (aún más potentes). Un nuevo reloj Cartier Baignoire convertido en joyas, el cual ha sido definido como «el óvalo dentro del óvalo», y otros cuatro modelos recubiertos de piedras preciosas.
- De Rolex a Omega, los relojes de las películas de los premios Oscar
- Relojes secretos, la armonía perfecta entre manufactura y alta joyería
Oro oval
De carácter sensual, disponible en oro rosa, amarillo o con pavé, sus exigentes acabados alcanzan un equilibrio entre el diseño y la sofisticación. La casa ha trasladado su icónica esfera ovalada y la ha incluido en una pulsera de oro dando a luz un objeto híbrido, un reloj que también es una joya. «Pureza en las líneas, precisión de las formas, exactitud de las proporciones y belleza de los detalles, el reloj Cartier Baignoire es esencial», señalan responsables de la maison.
En esta edición especial, la esfera y sus representativos números romanos se coronan con una cinta de oro mucho más generosa. Este reloj aún no está disponible, pues saldrá a la venta a partir del próximo mes de junio.
Bañados en piedras preciosas
Otros modelos Baignoire han sido embellecidos con piedras preciosas como diamantes, esmeraldas, turmalina y crisoprasa.
Baignoire Allongée
Los relojes Baignoire Allongée de la colección Metier’s d’Art tienen cajas de oro blanco o amarillo de 18 quilates. Ambos llevan gemas como diamantes, turquesa, ónix y detalles de nácar en la esfera, y cobran vida con el calibre de cuerda manual 1917 MC. Estos se producirán en edición limitada de 50 unidades.
El bisel de este reloj sorprende, con su material engastado con diamantes, espinelas grises y turmalinas azules en un engaste de pabellón invertido.
Todo comenzó en 1912…
Para entender la nueva maestría de Cartier hay que remontarse a los orígenes del evocador Baignoire cuando, en 1912, su fundador transformó la tradicional esfera redonda del reloj alargándola. ¿Como lo consiguió? Creando dos líneas rectas y paralelas unidas por dos curvas, un diseño que recuerda a la forma de una bañera, baignoire en francés.
La forma fue evolucionando hasta que, en 1950, finalmente adoptó una forma más ovalada. En los últimos años, este modelo ha vuelto a vivir sus años dorados.