Es día de ópera, uno de esos planes que en COOL nos encanta hacer. Nos arreglamos, un mono negro sin mangas de Dsquared2, unas sandalias de tacón de Isabel Marant y un bolso mini morado de la nueva colección de Jacquemus. ¿Qué nos falta? El transporte. En la puerta de casa nos espera un Alfa Romeo Stelvio que tenemos la oportunidad de probar por Madrid: calidad, velocidad, eficiencia y seguridad. Tenemos la ropa adecuada y el coche perfecto para un evento así. Cinturón abrochado y espejos y asiento regulados, allá vamos.
Antes de arrancar, activo My Navigation, que incluye aplicaciones para la búsqueda de destinos, de puntos de interés, alertas de tráfico, clima y radares en tiempo real. Pongo mi destino: el Teatro Real. Distancia: 26 kilómetros, 32 minutos (parece que hay atasco).
Entro en autovía. Cojo la A-1 unos kilómetros antes de incorporarme a la M-40. De 0 a 100 km/h en 3,8 segundos. Tengo puesta la música que suena de fondo. Me olvido de las marchas y conduzco en automático. Rozo los 120km/h pero el motor no se escucha.
Veo mi reflejo en otros coches. Una línea deportiva y elegante con unos acabados de diseño y detalles exclusivos, como los parachoques delanteros especiales y las tomas de aire del capó. Llantas de aleación de 21″ con acabado bruñido. Es de esos coches en los que te montas y te sientes poderoso, no te importa hacerte un viaje de horas. Vas cómodo y seguro. Uno de los paquetes con los que cuenta Alfa Romeo Stelvio es My Assistant, que lleva a cabo una llamada en caso de colisión o emergencia. Ello me permitiría enviar una petición de asistencia al centro de llamadas con la posición en la que me encuentro y el código de identificación. Todo ello a través del botón SOS situado en el plafón del techo, del mando de la radio o de la aplicación móvil. En caso de accidente, la llamada se realiza automáticamente.
Tengo la opción de conectar My Wi-Fi, que permite compartir la conexión a Internet con hasta 8 dispositivos a bordo. En esta ocasión voy sola, pero es una opción interesante para cuando haces un viaje con amigos.
Estoy llegando. En un semáforo en la calle Bailén (que por cierto, está en obras) me detengo a observar el interior del vehículo. El estilo italiano de Alfa Romeo tiene una simplicidad engañosa que oculta el complejo proceso de producción que implica su diseño. Asientos en piel con regulación electrónica de varias posiciones y ajuste lumbar para aumentar, aún más, el confort. La consola central presenta una palanca de cambios elaborada con materiales de primera calidad que realza la experiencia de la conducción. El volante, deportivo, cuenta con levas de cambio de aluminio (en esta ocasión no lo probé, pero lo tengo apuntado para la próxima).
Aparco ayudada por los sensores y la cámara trasera. Apago el motor y abro la puerta. El asiento automáticamente se echa hacia atrás para hacer más cómoda mi salida (parece que me lee la mente). Llego con tiempo para tomarme un café antes de entrar en el Teatro Real para disfrutar de ‘La Cenerentola’, de Gioachino Rossini. Deseando disfrutar de la ópera… y de volver a coger el coche.
View this post on Instagram