Como cantaba The Refrescos en los 90, aquí no hay playa, pero eso no ha impedido que el barrio de Salamanca se convierta en el nuevo puerto de los yates más exclusivos del mundo. Con la apertura de Azimut Grande en Claudio Coello, Madrid se alinea con ciudades como Mónaco, Miami y Dubái en el club de la élite global del lujo náutico. Aunque estas ciudades sí tienen mar, comparten con la capital española un mercado de alta gama que trasciende la lógica geográfica: el lujo, más que por ubicación, se define por la clientela.
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La pregunta es inevitable: ¿qué hace una boutique de yates en una ciudad sin costas? Enrico Chiaussa, director comercial de Azimut para EMEA y APAC, lo planteó con naturalidad durante la presentación de la tienda: «Madrid es un centro estratégico para nuestros clientes latinoamericanos», muchos de ellos residentes en este barrio, ahora apodado La pequeña Venezuela.
La respuesta la da la demanda: en poco más de un mes la naviera ha vendido cinco yates de 44 metros de eslora, uno de ellos gestionado directamente desde la tienda de Madrid.
Azimut, con sede en Avigliana, cerca de Turín, se ha consolidado como líder mundial en el diseño y construcción de yates de lujo. Fundada en 1969 por Paolo Vitelli, combina estética, tecnología de vanguardia y funcionalidad en cada uno de sus modelos. Su catálogo incluye 40 embarcaciones distribuidas en siete líneas, desde las compactas y dinámicas Verve y Atlantis, hasta las majestuosas Seadeck y Grande. Esta última serie, que va desde los 26 a los 44 metros, tiene un precio que oscila entre 50 y 300 millones de euros.
Con precios que oscilan entre 1 y 300 millones de euros, Azimut satisface las demandas de los marineros más exigentes, ofreciendo embarcaciones que destacan por su diseño y su rendimiento excepcional.
Un puerto de experiencias de yates premium en el corazón de Madrid
La boutique Azimut Grande es mucho más que una sala de exposiciones. Concebida como un espacio exclusivo, busca conquistar tanto a navegantes expertos como a nuevos amantes del mar. Aquí, los clientes no sólo descubren los superyates que redefinen la tecnología y el diseño náutico, sino que también viven experiencias únicas.
En la planta baja, la realidad virtual permite personalizar yates sin salir de Madrid. Cada detalle, desde los acabados hasta la distribución, cobra vida en este entorno digital inmersivo.
El proceso de compra, que puede resultar complejo y largo, se simplifica gracias a la atención personalizada de los expertos de Azimut, quienes acompañan a los clientes en cada paso, incluso después de la entrega. Como broche final, los compradores son invitados al astillero de Viareggio, en Italia, donde se construyen estas joyas de la navegación, para ver por primera vez su yate terminado.
Madrid: capital del lujo global
La llegada de Azimut Grande no es sólo un hito para el mundo de los yates, sino también un reflejo del creciente prestigio de Madrid como epicentro del lujo internacional. Si bien la ciudad no cuenta con un puerto, su estratégica ubicación y su perfil cosmopolita atraen a un público dispuesto a invertir en lo mejor, ya sea en moda, arte o, ahora, navegación. Madrid demuestra que no hace falta tener costas para liderar el mercado de los superyates: basta con tener una visión y una clientela ansiosa por navegar en el lujo.
