Lamborghini Miura, el primer supercoche y el favorito de Frank Sinatra

• Rocío Álvarez

La historia de los supercoches se escribe con M de Miura. Definitivamente, es el Lamborghini más famoso de todos los tiempos, o el Lamborghini por excelencia, el más codiciado, uno de los deportivos más icónico jamás producidos y el origen del término supercoche. El Miura es toda una leyenda del automovilismo, revolucionó la década de los 60 con su aparición y aun a día de hoy levanta pasiones (a pesar de ser todo un logro encontrarte con uno de ellos). Hoy en COOLthelifestyle hablamos sobre uno de los coches que marcó la historia automovilística de por vida, el superdeportivo de escueta altura y flacas líneas que heredó el nombre de la ganadería sevillana: el Miura. 

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Lamborghini Miura

Dicen que la vida se vive en instantes. Que cuando tiene lugar un momento trascendental el tiempo se mide a partir de él, en un antes y un después. Por ejemplo, cuando tienes un hijo, a partir de entonces todo se mide en lo que pasó antes o después de que llegase a tu vida.

Esto mismo ocurre con el Lamborghini Miura. Desde su aparición, la historia automovilística como la conocíamos empezó a relatarse con una intercesión importante. Todo se resumía en lo que había pasado antes o después del nacimiento del Miura, a día de hoy incluso se sigue haciendo.

Su revolucionaria configuración con motor V12 de 4 litros en posición central transversal fue toda una revolución, mientras que su imponente diseño, obra de Bertone y firmado por el genial Marcello Gandini, es toda una obra de arte.

Con una punta de 300 km/h en sus últimas versiones SV (un registro difícilmente imaginable hace casi sesenta años), el Miura se ganó a pulso el calificativo de primer supercoche de la historia.

Fue por primera vez visto en el Salón de Ginebra en marzo de 1966. No nos sorprende que se convirtiese en el protagonista del certamen.

Curiosamente, desde el principio, Ferruccio Lamborghini y Nuccio Bertone establecieron que se fabricarían un total de 50 unidades al año durante 5 años. Sin embargo, fue tal su éxito comercial, que se vieron obligados a ampliar las previsiones. 

Finalmente, se produjeron 763 Miuras de las series P 400, P 400 S y P 400 SV. El Miura fue el coche que consiguió posicionar el nombre Lamborghini por todo lo alto, dentro de la élite de los grandes fabricantes de deportivos a nivel internacional. Un estatus que a día de hoy no ha perdido. 

Si algo define bien el diseño del Lamboghini Miura es su espectacular silueta lateral: sencilla y al mismo tiempo enormemente atractiva, delgada y alargada hacia un morro aún más fino en el que se esconden las ópticas delanteras junto a una doble toma de aire sobre el capó.

De carácter casi primario, salvaje, sin más complicación que el de ofrecer una escueta silueta con la que enmarcar una enorme mecánica.

Pero, ¿por qué el nombre Miura? El deportivo debe su nombre a la ganadería española de toros lida. Y sorprendentemente marcó el inicio de lo que se convertiría en toda una tradición que a día de hoy se mantiene: bautizar con nombre de toros todos los modelos de la marca, que luce precisamente este animal en el logotipo.

Y te preguntarás, ¿por qué si es una marca italiana tiene un toro español como logotipo? Fácil, el signo zodiacal de Ferruccio Lamborghini era Tauro, un signo bravo, noble, leal, fuerte y agresivo… En resumen, el logo perfecto para evocar las cualidades de sus vehículos.

Y cómo pasa con todos los automóviles estrella, su éxito llego a la gran pantalla con apariciones estelares, la más recordad de ellas en la primera escena de la película The Italian Job, en la que el actor Rossano Brazzi conduce un Miura por las carreteras de los Alpes con la melodía On days like these de Matt Monro entremezclada con el bramido de su Miura.

Fue objeto de deseo para no pocos famosos de la época: Rod Stewart o el piloto Jean-Pierre Beltoise, Elton John, Nicolas Cage… ¿Nuestro favorito? El Miura S naranja de Frank Sinatra, a quien se le atribuye la frase de: «Conduces un Ferrari cuando quieres ser alguien, conduces un Lamborghini cuando ya lo eres». 

Encontrarnos con un Miura es todo un privilegio poco frecuente hoy en día, pues se considera un coche de museo. Verlo en movimiento, escuchar su vibrante sinfonía mecánica… Todo un espectáculo. ¿Conducirlo? Un milagro, una ocasión única e irrepetible.