Seguro que te suena Officina Armare por haber visto alguno de sus diseños en el sector náutico. Las lanchas, los superyates y los catamaranes eran hasta ahora sus principales clientes. Sin embargo, ha decidido elevar la oferta y apuntar más alto, al cielo concretamente, donde se ha topado con el Bombardier Global 6000. El interior de este jet privado ha sido diseñado para un cliente que buscaba experimentar el arte de viajar. Ahora, da la bienvenida a sus pasajeros con firmas como Hermès, Loro Piana y paneles de madera de caoba.
El Bombardier Global 6000 es un jet superior de largo alcance con capacidades transpacíficas excepcionales y tiene una velocidad máxima de Mach 0,88, unos 1.050 km/h. Aunque su velocidad de crucero típica es de 902 km/h. Estas velocidades las alcanza gracias a dos motores turbofan Rolls-Royce BR710A2-20.
Sin duda, la cabina del Global 6000 es una de las más espaciosas y cómodas jamás vista. Pero se podía mejorar, o al menos así lo creía el estudio milanés, que optó por reemplazar el diseño tradicional por espacios más grandes y funcionales. De este modo, ahora el jet decorado con Hermès y Loro Piana queda dividido en tres zonas, separadas para un uso inteligente de muebles y materiales.
La primera de las zonas incluye la cocina, instalaciones de la tripulación de cabina y un baño de invitados. El comedor y el área de entretenimiento funcionan como un salón principal ubicado en la segunda zona, mientras que en la tercera zona se encuentra el camarote privado del propietario: un dormitorio principal en suite completo y un baño completo con vestidor, además de un área de oficina con espacio para trabajar. En el camarote también se pueden encontrar abundantes opciones de entretenimiento y almacenamiento. Durante la fase de diseño se priorizó incorporar múltiples capacidades a los espacios, para hacer cada área más eficiente.
El estudio prevé que la cabina del jet esté equipada con una mezcla de cuero característico de Hermès y madera de caoba, los salones tapizados con la suave lana de Loro Piana y detalles en piel de cocodrilo. De hecho, la inspiración estética y la comodidad de la cabina provienen de un sinfín de fuentes, como la navegación, la arquitectura y la automoción. Además, se eliminaron muchos elementos que distraían visualmente al crear la propuesta interior.
El salón delantero cuenta con una mesa de comedor plegable con capacidad para cuatro personas. Una segunda área de descanso informal tiene capacidad para tres personas más con una mesa de café. La propuesta está protagonizada por una barra con taburetes de Glyn Peter Machin que permite al pasajero sentirse como si estuviera sentado en un establecimiento, con el valor añadido de asomarse a una ventana a 41.000 pies de altura.