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‘House of Cars’, por Rafael Chelala

Rafael Chelala y José Vicente Díez
Rafael Chelala y José Vicente Díez
  • Rafael Chelala
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Desde que comencé a escribir en COOL, ya anuncié que hablaría desde la pasión de un aficionado que considera muchos coches verdaderas obras de arte; y que tiene interesantes historias humanas ligadas al mundo del automóvil para contar.

No me parecería justo si hablamos de la pasión por el automóvil olvidarnos de mencionar a José Vicente Díez Monforte, porque su dedicación a los coches ha sido una vocación desde niño.

Recordamos a José Vicente por su programa de televisión House of Cars, donde veíamos cómo restauraba vehículos hasta dejarlos en su estado original. Teniendo en cuenta la dificultad que esto conlleva en la mayoría de los clásicos. Era un programa para disfrutar, de esos en los que ves “un antes y un después” y que nada tienen que ver.

El Studebaker Champion del 50

Recuerdo la restauración de aquel precioso Studebaker Champion del 50 por ser uno de los fabricantes de modelos de coches más bonitos y que desgraciadamente, pese a ser pionero, ha desaparecido como tantas otras
marcas históricas, debido a quiebras o fusiones. Studebaker fue un referente en innovación y se adelantaba a toda la industria en las distintas épocas de sus producciones. A esta marca también me unen historias que contaré en COOL.

El Studebaker de 1950
El Studebaker de 1950

En el caso de los Champion, además de ser preciosos, éstos se caracterizaban por ser ligeros y asequibles. Algo que los convirtió en coches muy populares. Concretamente el del 50. Es especialmente bonito  introducirse en su diseño que cuenta con una parte central con forma de propulsor de avión, una transmisión automática y un ligero aumento de potencia respecto a su predecesor.

El centro de operaciones de José Vicente estaba en Quintanar de la Sierra, un pueblo de Burgos al que se desplazaron sus padres a vivir cuando tenía ocho años. Con el tiempo, la localidad se transformó en un punto de referencia para clubbers de todas las marcas de coches y motos, durante todos los sábados del año. Posteriormente supe que hasta la Guardia Civil con 180 motos de la benemérita fueron a visitarle en una ocasión y a entregarle un tricornio de gala y una placa de agradecimiento.

El Buick Riviera

El Buick Riviera
El Buick Riviera

Personalmente no conocí a José Vicente hasta una exposición de coches que me habían recomendado en Marbella, en el Hotel Puente Romano y que, sin saberlo, había organizado él. Descubrí entonces a una persona mucho más afable que en su programa y a un gran amante de los coches americanos. En eso estábamos muy de acuerdo. La muestra parecía un concesionario con vehículos de distintas épocas en estado impecable. Allí estaban los musculosos y estilizados Corvette C3; pero también un Lamborghini Diablo o un par de Silver Shadows. Entre ellos, me llamo la atención un impresionante Buick Riviera Boattail de 1972. No era el mejor, pero ese coche tiene algo especial para cualquier aficionado.

José Vicente Díez Monforte
José Vicente Díez Monforte

Se trata de un coche del mismo año que el Ford Gran Torino de la película de Clint Eastwood. Un cupé rediseñado el año anterior y de dimensiones gigantescas. Al más puro estilo americano, este muscle car V8 de 7.465 cc., lo tenía todo para su época: aire acondicionado con regulación bizona, cruise control, limitador acústico de velocidad, volante multi-regulable, asientos y elevalunas eléctricos, antena integrada en el cristal y un largo etcétera que hace que estos coches sean los más cómodos del mundo. Y, por supuesto, su diseño, que lo hace una obra de arte.

Su parte frontal con forma de proa, cuenta con una línea central que divide el coche en toda su longitud simétricamente; además de con una trasera similar a la popa de un barco por la que recibe la denominación Boattail. Cuando se ven estos coches, nos damos cuenta de que, desgraciadamente, mucho se ha perdido por el camino en estos fabricantes.

Pronto entendí perfectamente la presencia de José Vicente en la Costa del Sol. Un sitio donde se lucen los mejores coches de España y donde se admiran y respetan; algo que desgraciadamente no pasa en la mayoría de nuestra geografía. Realmente no creo que exista otro sitio donde vean mejores coches aparcados en la calle. En eso Marbella es única.

José Vicente Díez Monforte
José Vicente Díez Monforte

La siguiente ocasión en la que nos vimos fue con motivo de una avería conduciendo una berlina inglesa de principios de la década de los 70. Poco a poco, me iba dando cuenta de que, pese a la belleza de ese coche, la relación no iba nada bien. Tirado en medio de un viaje, con maletas y compromisos para el día siguiente, pedí una grúa y pensé enseguida en José Vicente, al que conocía desde hacía ya unos meses y del que conservaba su teléfono. Le llamé y me esperó en su nuevo establecimiento de San Pedro de Alcántara hasta que llegase (ya bien entrada la noche en un viaje interminable).

Fue mi primera visita a aquel taller abarrotado de coches de distintas épocas y de buenas sensaciones. De esto hace ya al menos un par de años o tres. No solo conseguimos dejar mi coche a punto, sino que fui descubriendo a una excelente persona y a un gran conocedor de clásicos y youngtimers. Supe que por sus manos habían pasado automóviles como un Cadillac descapotable del 57 que perteneció a Sean Connery, un Avanti de Frank Sinatra o un Mercedes Pagoda del 69 de Briggite Bardot.

El Hispano-Suiza de 1926

Interior de Hispano-Suizo de 1926
Interior de Hispano-Suizo de 1926

En mi caso, resultaba imposible dejar de preguntarle por cada uno de los vehículos que tenía en ese taller. Pronto me di cuenta que se le podía confiar desde aquel Hispano Suiza de 1926 carrozado por Victor Broom hasta varios Rolls Royce de distintas épocas, como un singular 20/25. ¡Para conductores ‘atrevidos’ de la marca que preferían no llevar chofer! Todos ellos, mimados hasta el detalle y en su persona ni un exceso, ni un mal consejo y muchas, muchas anécdotas y horas de dedicación. Sobre todo, para los que consideramos que los automóviles son también parte del patrimonio y la historia de un país. Gracias José Vicente, porque muchos vehículos únicos siguen en España ¡gracias a ti!