Los vehículos de lujo están muy en boga y todas las casas de alta gama se encuentran en plena competición para ver quién saca el último modelo con las mejores actualizaciones en tecnología. Si ahora mismo pensamos en coches de lujo nos vienen varios nombres a la mente, cada uno a su estilo, pero hay una marca en concreto que sabe trabajar líneas deportivas, los acabados e incluso el característico sonido del motor que, cuando se acciona, la impresión nos lleva a tener sensaciones a otro nivel. Hablamos de Ferrari, uno de los grandes constructores automovilísticos que nos sorprende, cada vez más, con creaciones que, estéticamente, son un regalo para la vista. Su actividad no se detiene y sus estándares cabalgan hacia la superación propia con cada modelo y eso lo pudimos ver en la excelencia de la presentación del ‘Purosangue’, el último bólido presentado por la marca en la región de Trentino-Alto Adigio, y que llega con capota de tela.
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Su objetivo ha sido conceptualizar un sueño en una evolución y lo han conseguido con un novedoso diseño, el nuevo Ferrari Roma Spider, un deportivo de 620 caballos para disfrutar la conducción de una forma libre y sentir que se vuela a través de su volante. Escogiendo Marruecos como el punto idóneo para su estelar presentación, en el Palacio el Badi de Marrakech, se puede identificar como una máquina con una elegancia sobria y a la vez ostentosa, reinterpretado en clave contemporánea con un estilo de los 50 identificativo, dejando la marca patente en pequeños ápices de su historia.
Flavio Manzoni, el creativo al frente de esta creación, se ha inspirado en convertibles como el 365GTS4, el clásico Daytona del 69. Se trata de un diseño de 2+2 que incorpora una refinada capota de tela, que atribuye una personalidad y está diseñada para realzar las elegantes líneas sobre las que se desliza la creación e incorporarse, de forma aunada, con el diseño interior.
La imposición de la capota supuso problemas en el diseño, ya que tuvieron que rediseñar la geometría de luna trasera para conseguir una adaptación adecuada en el Ferrari Roma Spider.
El equipo de Manzoni ha interpretado la trasera del coche como un salpicadero, en conjunto con el color de la carrocería que cruza la base con la luneta trasera. La sección inferior se convierte, de esta manera, en un alerón activo de fibra de carbono, cuya geometría conecta virtualmente con la luneta trasera y completa el diseño del techo. Esto permite que la capota se pueda retirar hasta a 60 km/h, en un breve plazo de 14 segundos, quedando recogido en un pequeño espacio, optimizando el almacenamiento.
Uno de los problemas de los coches con capota, es que esta aísla poco del sonido del exterior y ese es un punto en el que se ha fijado la marca, poniendo solución mediante un tejido de sastrería, formado por cinco capas, y alternancia de cuatro colores según el gusto del usuario y todos en conjunto con la carrocería.
Un diseño novedoso de la casa italiana que, haciendo una comparativa en su evolución, se nota la suavización de las líneas agresivas por líneas de agua que nos recuerdan a la suavidad del mar y crean una armonía en la totalidad de la composición.