Asociados a la jet set y las icónicas costas de Italia, los barcos de madera encarnaban el glamour y el estilo de la Dolce Vita. Si has visto Al otro lado del río y entre los árboles sabrás de lo que hablamos. La película, dirigida por Paula Ortiz e inspirada en la novela homónima de Ernets Hemingway, se desarrolla en Venecia. Una historia con la sensibilidad de un autor único y una puesta en escena que nos hace viajar en el tiempo. Hemingway navegó por la laguna veneciana con un barco similar al del filme, pero su gran amor fue el de Pilar, un barco también de madera pero más deportivo con el que solía salir a pescar y buscar submarinos nazis. Te contamos su fascinante historia y quién ha hecho una reproducción exacta para surcar de nuevo los mares.
Venecia, que estos días vive su gran Carnaval, sirvió de fuente de inspiración a Hemingway. Enamorado de la laguna, era frecuente verle navegar en ella. Pero es en aguas del Caribe donde más disfrutó de su pasión, pescar. Tal es así que en Cuba es donde se encuentra actualmente su barco, el llamado Pilar, apodo de Pauline, su segunda mujer. Se convirtió en más que una embarcación para Hemingway, fue su compañero de aventuras y un refugio creativo.
Un barco para salir a pescar
En 1934, al regresar a Key West de un safari en África, Hemingway se reunió con el editor de Esquire, Arnold Gingrich, y recibió un anticipo de 3.000 euros por unos relatos. Después viajó hasta Coney Island, y en el astillero Wheeler invirtió aquel dinero como anticipo de un barco que personalizó. Partiendo de un modelo de serie, con 11,86 metros de eslora y 3,65 metros de manga, el escritor lo modificó a su gusto y necesidades.
Era de caoba y roble, con dos motores, y Hemingway pidió expresamente que el barco tuviera depósitos de combustible adicionales, un pozo de agua para el cebo y, entre otros aspectos, un rodillo para sacar los peces más grandes. El Pilar podía soportar cuatro peces de 450 kilos cada uno. La pesca, como hemos dicho, era su gran pasión y con el Pilar, el cual le costó finalmente 7.000 €, ganó numerosos concursos de pesca de marlines y atunes.
A la caza de submarinos nazis
De sus experiencias navegando con esta embarcación nacieron obras como El viejo y el mar. Durante la II Guerra Mundial, Hemingway utilizó el Pilar para patrullar las aguas del Caribe en busca de submarinos nazis y para transportar suministros.
Para esta misión, Hemingway transformó el barco y la Marina de EEUU lo equipó con subfusiles, rifles, granadas de mano y bazucas, e instalaron un sónar y un equipo de radio. Con él se proclamó campeón de polo Winston Guest junto a sus amigos vascos Juan Duñabeitia y Paco Garay. Su participación activa en diferentes guerras se refleja en varias de sus obras, y en Por quién doblan las campanas, que se ambienta en la Guerra Civil española, la mujer líder de la banda partisana se llama Pilar.
Después de la muerte de Hemingway en 1961, el Pilar fue donado al gobierno cubano. Actualmente, el yate se halla en exhibición en Finca Vigía, la antigua residencia de Hemingway en Cuba, como parte del legado del escritor.
Una reproducción exacta del barco de Hemingway
Pilar vuelve a navegar, bueno, no exactamente el Pilar de Hemingway, sino una reproducción exacta creada por Brooklin Boat Yard. El casco fue diseñado por Bruce Marek y se fabricó a mano empleando madera de abeto Douglas, caoba africana y teca tradicionales.