Así es el Bentley que lleva un diamante y sólo existe uno en el mundo
Si hablamos de excelencia en el lujo, los suizos son los que mejor saben hacer relojes, puesto que el tiempo les ha enseñado a perfeccionar la excelencia y conseguir las complicaciones más exclusivas del mercado. Al igual que ellos, el motor está dominado por los italianos y, sobre todo, por los británicos. Bentley es una de las casas más referentes del mundo y, desde su nacimiento en 1919, han sabido posicionarse en las clases altas y quien tiene uno de sus vehículos sabe que conduce un elemento de diseño. Siempre se superan y esta vez han creado una asociación entre un Bentley y un diamante. ¿Quieres saber cómo es?
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A veces el lujo llama al lujo y marcas de referencia se asocian para crear algo que sea único, con el objetivo de que pocos lo puedan poseer. Dos casas británicas se dan de la mano, y es que Bentley se ha asociado con Boodles. La casa joyera y Bentley Continental GT Convertible han creado un modelo único y sin ningún tipo de opción a una réplica futura.
Renombrado para la ocasión como Boodles Continental GTC, este particular Bentley deslumbra por fuera gracias a su pintura gris antracita y sus llantas de 22 pulgadas en tungsteno pulido, con las pinzas de freno en negro brillante.
También destacan los grandes detalles, los que marcan la identidad de esta colaboración, como las líneas de color rosa empolvado, tono representativo de la casa de joyería, que bordea los inferiores de ambos paragolpes y las taloneras laterales, o el emblema identificativo del orfebre británico en las aletas delanteras.
Este mismo logotipo aparece en los haces de luz de cortesía que aparecen al abrir las puertas, franqueándonos el paso a un habitáculo que juega a los claroscuros con tonos en beige lino y gris marengo, presentes en toda clase de apliques y detalles en cuero, incluyendo el salpicadero y la tapicería de los asientos y los paneles interiores.
Curiosamente, donde podrían encontrarse molduras en madera, en este Boodles Continental GTC se hallan unas confeccionadas con piedra laminada. Este material natural, según afirma Bentley, se compone de rocas formadas hace más de 200 millones de años. Otra curiosidad es el patrón del cuero, es decir, en lugar del habitual pespuntado en forma de diamante, aquí aparece una trama de pespuntes ciegos que generan formas florales.
Y es que, si de algo se han asegurado los especialistas de Mulliner, es de lograr que la identidad de Boodles esté bien reflejada. El salpicadero y la línea de cintura principal de la cabina aparecen remarcados por una fina línea rosada.
Los pomos que controlan los pequeños ventiladores de aire están chapados en oro de 24 quilates y, como colofón, la consola central incorpora un colgante de diamantes y oro blanco de 18 quilates, elaborado artesanalmente por este joyero para la ocasión. Al ser una fabricación por encargo, la casa no ha querido desvelar el precio del mismo, pero se estima que se acerca al precio de medio millón de euros.