Cinco restaurantes de toda la vida para comer en Madrid
En Madrid hay muchos restaurantes nuevos pero también hay restaurantes de toda la vida, de esas tabernas castizas, esos proyectos gastronómicos de platos tradicionales que a todos nos gustan. Esos platos de cuchara, esos huevos fritos de siempre, esas croquetas deliciosas… Ese servicio maravilloso con camareros de siempre. Está muy bien probar platos fusión y probar nuevas gastronomías, pero también nos gustan los restaurantes con salero, los proyectos con encanto, las barras de siempre. Hemos seleccionado cinco restaurantes de toda la vida para comer en Madrid. Sólo tienes que reservar mesa.
Casa Salvador
Casa Salvador, también dentro de esta lista de restaurantes tradicionales, es una taberna taurina fundada por Salvador Blázquez en 1941 en la calle Barbieri y que se ha convertido en punto de encuentro de gente del mundo de la moda, políticos y amantes de los toros. Un restaurante repleto de fotografías con historia, cuadros de escenas tradicionales y un servicio de los de siempre. Sus platos también son tradicionales, servidos en vajillas blancas sobre manteles de cuadros.
Aquí también venía el escritor Hemingway, los actores Charlton Heston, Alain Delon y Ava Gardner. El torero Luis Miguel Dominguín, Victoriano Valencia. No dejan de venir conocidos a disfrutar de sus riquísimas croquetas, buñuelos de bacalao, habas con jamón, pisto, sus deliciosos revueltos de patatas -que no faltan en ningún local tradicional-, su rica merluza rebozada o a la vasca, chipirones a la plancha, rabo de toro, pollo al ajillo… Y postres de siempre, claro. Poco más que añadir.
Lhardy
Abierto desde 1839, es uno de esos maravillosos restaurantes de Madrid de toda la vida que no falla. Sobre todo ahora que al frente está el equipo de Pescaderías Coruñesas. Un restaurante con mucha historia cuya carta se ha elevado a otro nivel, ahora es alta gastronomía, y todo esto en un precioso local centenario. Tiene más de 180 años y muchas historias que contar, pocos restaurantes pueden presumir de ello.
«El precio fijo, las minutas por escrito o las mesas separadas han sido normas incorporadas por el propio Emilio Lhardy al comercio hostelero de la primera mitad del siglo XIX» explican desde Lhardy. Y es que este restaurante ha asentado las bases de lo que es el restaurante moderno, algo que hay que recordar cuando estamos allí sentado disfrutando de cada plato. ¿Qué pedir? Además de su exquisito caldo, con un chorrito de Jerez, ensaladilla de quisquilla, carpaccio de mero, los callos de Lhardy, rodaballo salvaje al horno, lenguado al champagne, steak tartar de solomillo… Por supuesto su cocido, y de postre no puede faltar su ya mítico soufflé.
Casa Lucio
Para comer huevos fritos, sin duda, Casa Lucio. Uno de esos restaurantes de toda la vida en Madrid que nunca falla. En su día este restaurante fue un proyecto gastronómico de un jovencísimo Lucio, que lo abrió en 1974, pero ahora forma parte toda la familia: María del Carmen, Fernando y Javier. Por allí ha pasado lo más granado de la cultura y el mundo empresarial del país, además de cantantes, actores… Las celebrities son habituales aquí.
Los huevos estrellados, sin ninguna duda, son su plato estrella, pero en su plato encontramos mucho más: capón en pepitoria, jarrete de ternera, callos a la madrileña -el plato que no falla-, rabo de toro, albóndigas de ternera, cocochas a la plancha, fabada asturiana, merluza en salsa verde, rape, bacalao, gambas al ajillo, pollo al ajillo, perdiz estofada en temporada… Esos guisos y esos platos de nuestra cocina tradicional que siempre apetecen.
Taberna La Daniela
La Taberna La Daniela es uno de esos restaurantes de toda la vida. No es de los más antiguo, pero sí es de los mejores de la capital para comer cocido, y por eso hay que seleccionarlo. Comenzó con su primer local en General Pardiñas, en la antigua droguería Josana, cuya fachada sigue siendo la misma que entonces y se ha replicado en otros restaurantes. Su dueño tenía una pequeña cafetería al lado y amplió con este gran local. Desde hace 30 años hacen disfrutar a los madrileños.
Su cocido es su plato estrella, y en los inicios solo había este plato y besugo, pero ahora encontramos mucho más en su carta: pisto, sus riquísimas tortillas hechas al momento, callos a la madrileña, croquetas de cocido y de jamón, no fallan los huevos fritos… Platos de siempre y buen servicio, uno de esos restaurantes de toda la vida en Madrid.
La Carmencita
La Taberna La Carmencita, en pleno barrio de Chueca, es uno de esos lugares con encanto que entran dentro de esta categoría de restaurantes de toda la vida. La Carmencita, en la calle Libertad, abrió sus puertas en 1854. Es la segunda taberna más antigua de la capital. Ahora es un lugar de vermut y de disfrutar de platos tradicionales, hasta ha venido a cenar Olivia Palermo… Pero en su época era punto de encuentro de la Generación del 27.
Aquí venía Pablo Neruda, Federico García Lorca, Vicente Alexaindre o Miguel Hernández. Y disfrutan mucho, para algunos de ellos era su lugar favorito. Sus azulejos forman parte del paisaje del restaurante, y sus platos son ya tan antiguos como algunos de sus muebles. Aquí podemos disfrutar de sus callos a la madrileña, sus riquísimas albóndigas, menestra de verduras en salsa verde, pollo a la pepitoria, huevos fritos con paceta… Platos de siempre y buen producto.