Aunque en esta edición 2026 no se han otorgado nuevas tres estrellas Michelin, la guía ha revelado un auténtico tesoro en Oropesa del Mar: Llavor, un restaurante que combina creatividad, técnica impecable y unas vistas inigualables al Mediterráneo, consolidándose como una de las experiencias más sorprendentes entre los nuevos estrella Michelin.
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Este restaurante se ha ganado el título de más interesante por COOL por su combinación única de ubicación, creatividad y técnica. Situado en lo alto de Oropesa del Mar, ofrece vistas al Mediterráneo.
La propuesta culinaria se desarrolla a través de dos menús degustación, Flores de Colores y Nubes de Mariposas, que reflejan la investigación de los chefs sobre la huerta, el mar y la montaña castellonense, con presentaciones elegantes y detalles visuales efímeros que completan la experiencia.
El bonito del Mediterráneo, jugo acidulado de vegetales y ciruela roja destaca no sólo por su sabor, sino también por su presentación: el plato tiene una hermosa forma de flor, que refleja la inspiración de los chefs en la naturaleza.
La semilla de Oropesa del Mar
Bajo el nombre Llavor, un término valenciano que se podría traducir como semilla, este restaurante ubicado en lo alto de Oropesa, en una zona de urbanizaciones, se presenta como un gran hallazgo gastronómico. Su moderno local, dotado de una gran terraza, permite disfrutar del paisaje mientras comienza la experiencia culinaria.
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Dos menús estrella Michelin: Flores de Colores y Nubes de Mariposas
Tras los fogones están Jorge Lengua y Adrián Peralta, dos jóvenes chefs oriundos de la región, que han creado una propuesta definida por la creatividad y la elegancia en la presentación. La experiencia se articula a través de dos menús degustación, Flores de Colores y Nubes de Mariposas, que generalmente arrancan con aperitivos en la terraza y continúan explorando los sabores del mar, la huerta y la montaña castellonense.
Entre los platos más singulares, la Guía Michelin destaca el Calamaret a la brasa con papada, galeras y la Caseta D’Espadà, un ejemplo de cómo el equipo juega con la tradición y la innovación. Además, los elementos decorativos efímeros, diseñados en consonancia con la temática de cada menú, aportan un componente visual y sensorial que convierte la comida en una experiencia completa.
Con su primera estrella Michelin, Llavor confirma que la excelencia gastronómica no siempre necesita grandes dimensiones ni ciudades principales; a veces, basta con creatividad, técnica y un entorno privilegiado para crear un auténtico tesoro culinario.
