Victoria Federica, siempre elegante, cercana y sin miedo a mostrar sus gustos, ha dejado claro en más de una ocasión que es una auténtica apasionada de la buena mesa. Si hay algo que le pierde y no lo esconde en absoluto es un buen torrezno. Este bocado castizo, crujiente por fuera y jugoso por dentro, es uno de sus imprescindibles. Siendo tan madrileña y de raíces castizas, los torreznos no podían faltar entre sus favoritos. Y sí, tenemos su restaurante predilecto en Madrid para disfrutarlos: Roostiq, un templo del sabor ubicado muy cerca de la Gran Vía, en pleno barrio de Salesas-Chueca.
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Roostiq no es un sitio cualquiera. Este restaurante, frecuentado por celebridades y figuras de la alta sociedad (incluyendo al mismísimo rey emérito Don Juan Carlos), apuesta por una cocina honesta, donde el producto es la verdadera estrella. Victoria Federica, amante de los placeres sin remordimientos y de los torreznos, lo tiene entre sus visitas fijas cuando quiere disfrutar de una buena comida con brasas como protagonistas. Y si hablamos de brasas, hablamos de sus ya famosos torreznos.
Los torreznos de Roostiq se han ganado un lugar de honor en la gastronomía madrileña.
No son los típicos: aquí los preparan con mimo, primero al horno y después con un golpe de parrilla que les aporta ese toque ahumado tan característico. Se presentan en finas láminas, perfectamente crujientes, pero con el interior tierno y lleno de sabor. Un equilibrio difícil de lograr que ha conquistado no sólo a Victoria Federica, sino también a muchos paladares exigentes de la capital.

Pero Roostiq no se limita a este manjar castizo. Su carta también incluye verduras de temporada cultivadas en su propia huerta, carnes de calidad, pescados frescos y unas pizzas al horno de leña que se han convertido en imprescindibles para los amantes de la cocina informal pero sabrosa. La experiencia completa es un homenaje al producto, al fuego y a la sencillez bien ejecutada.

Los mejores torreznos de Madrid
Por supuesto, Madrid es tierra de torreznos, y hay otros rincones donde se preparan con maestría. Por ejemplo, Casa Toni, en la calle Cruz, 14, es una taberna tradicional famosa por sus torreznos gruesos y bien fritos, un clásico entre los locales. También Taberna El Bocaito, en calle Libertad, 6, los ofrece como parte de su repertorio de cocina castiza con un punto refinado. Otro imprescindible es Los Galayos, en la Plaza Mayor, que ha sido reconocido por la calidad de su cocina tradicional, incluyendo sus torreznos al estilo segoviano. Y no podemos olvidar Malacatín, en calle de la Ruda, 5, donde este plato se sirve en un contexto más cañí, como parte de su cocido madrileño, pero también por separado, siempre con un toque crujiente que los hace irresistibles.