Viajamos por la experiencia que nos regala cada destino. Por ejemplo, en Indonesia la naturaleza, la biodiversidad, los rincones salvajes y alejados de la gentrificación y la riqueza marina que bañan sus costas atraen a millones de turistas al año. Reduciendo el viaje unas cuantas horas y sin salir de España podemos vivir esta misma experiencia. Sólo viajando a La Gomera y descubriendo el idílico pueblo Valle Gran Rey, conocido entre los viajeros como la Indonesia española.
- Navidad en el paraíso: 5 maravillosos hoteles en Canarias para unas fiestas cálidas
- Los cinco paradores más bonitos de España donde desconectar en otoño
¿Por qué se le conoce como la Indonesia española?
Para entender el sobrenombre por el que se conoce al Valle del Rey hay que ascender hacia uno de sus miradores, el de La Cueva del Queso, y ver como la agricultura se organiza sobre las paredes del valle de forma escalonada. Dejando uno de esos paisajes que tantas postales de Indonesia han protagonizado. Y es que el valle muestra bancales llenos de palmeras, terrazas de cultivo y caseríos enmarcados por imponentes acantilados que recuerdan a Bali o Hawaii.

Partimos de la base de que La Gomera está considerada como una de las islas más espectaculares del archipiélago canario y podríamos destacar de ella que también ocuparía los primeros puestos en el ranking de las islas nacionales. Pasa por ser una de las más abruptas de la orografía española y eso le confiere unos rincones y unos paisajes que, evidentemente, sólo pueden ser imaginados en su interior y que poco se parecen a lo que acostumbramos a ver en el resto de rincones.
Sobre todo, en lo que a naturaleza se refiere, ya que sus costas, paisajes y diversidad han dotado a esta región de numerosos reconocimientos, incluso la isla en sí está declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Y cuenta con un 33% de su superficie considerada como entorno natural protegido, destacando el Parque Nacional de Garajonay, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1986.

Andando por su interior encontramos uno de los primeros paralelismos con Indonesia, ya que recorrer la frondosidad de este bosque de laurisilva prehistórico, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO, es como adentrarte en las selvas tropicales indonesias. También por la gran diversidad de flora y fauna que ambas poseen.
Qué ver en Valle del Rey
Una de las formas más sencillas de entender la particularidad de este paisaje es desde las alturas. Claro que hay varios miradores repartidos por la localidad que regalan una de las panorámicas más increíbles de este lugar: el mirador de El Santo, el mirador La Cueva del Queso, el mirador de La Retama y el mirador El Palmarejo. Desde todos ellos puede verse como el pueblo de Valle del Rey emerge en la falda de un profundo valle cuya desembocadura se adentra en el mar con forma de cono de deyección.

Desde ahí pueden observarse los diferentes núcleos urbanos. Guadá es el que se encuentra en la zona alta del valle; seguido por Casa de La Seda, El Guro y Piedras Quebradas en el tramo medio. En la parte final encontramos Las Orijamas y La Calera, siendo La Playa, La Puntilla, Borbalán y Vueltas los pueblos que delimitan con la frontera costera.

Es en el litoral donde encontramos otro de los grandes atractivos de la isla. No olvidemos que se trata de una formación de origen volcánico, lo que deja en sus playas ese característico sello de arena negra que pueden visitarse en la Playa de Vueltas, Playa de La Puntilla y Playa de La Calera. Junto a ellas, las piscinas naturales del Charco del Conde y el Charco de la Condesa, nombradas por los locales como charcos, son ideales para un baño y un imprescindible en las visitas al valle.
Una visita por su biodiversidad endémica
Valle Gran Rey no destaca por sus grandes edificios, ni por su turismo masificado. Todo lo contrario, es el ejemplo contrario del turismo que a primera instancia nos viene a la cabeza cuando pensamos en las islas. Un pueblo tranquilo, el segundo más pequeño de la isla, situado al oeste de La Gomera, es, con sólo 33 kilómetros cuadrados de extensión.
Ser considerado como una joya natural tiene también sus riesgos y, en este caso, es el de la protección de sus especies. Entre ellas, encontramos el refugio de uno de los vertebrados más amenazados del Planeta: el lagarto gigante de la Gomera. Reside en el Parque rural de Valle Gran Rey.

Aunque los amantes de la ornitología solo tienen que levantar la vista a su paso por los acantilados riscos que rodean la zona baja de Valle Gran Rey para poder conocer algunas de las especies de aves marinas autóctonas. De ahí este lugar se encuentre incluido dentro de esta ZEPA que se extiende por toda la costa suroeste de la Gomera, desde Playa Santiago hasta la Playa de Heredia.

Pero lo que más llama la atención de la isla es la experiencia que regala el mar. Bien visitando los bancos de anguila jardinera y las inolvidables estampas que estas regalan al fondo del mar o viviendo la experiencia de surcar sus mares para poder ver nadar en libertad a delfines y ballenas. De hecho, en estas aguas viven 22 de las 28 especies de cetáceos citadas en las islas y un paseo en barco es suficiente para poder avistar el delfín mular, el delfín moteado, el calderón tropical, el rorcual azul, la yubarta o la orca.

Dónde dormir y comer
Si bien es cierto que este lugar carece de grandes complejos de lujo, una de las mejores opciones para hospedarse es el Hotel Gran Rey. Situado junto a la playa, permite vivir la experiencia de Valle del Rey de forma única y auténtica. Claro que lo realmente atractivo de este lugar es su gastronomía. Destacando los potajes, como el de berros, acompañado de gofio y queso de cabra.
Como buena región costera, el mar también pasa a ser parte del plato y algunas de las recetas estrella son las cabrillas en escabeche, el pargo asado o el atún al mojo hervido. Puedes saborearlo en el Restaurante Charco del Conde, donde la recomendación siempre es pedir el pescado del día. O, si lo que prefieres es marisco, una de las mejores opciones es el Restaurante El Puerto.