Los planes que puedes hacer en Six Senses Douro Valley
La época más bonita para disfrutar del Six Senses Douro Valley es el otoño. El hotel, con vistas al río que cruza España y Portugal, se encuentra en un valle en Samodães con viñedos teñidos en colores ocre, con árbol con hojas coloreadas en rojo, y con algunos recovecos de verde otoñal. Disfrutar de sus vistas, sin hacer nada, es uno de los múltiples planes que podemos hacer en este sofisticado alojamiento. O no.
Porque ya te hemos hablado de las virtudes de este Six Senses en el valle del Duero, pero hemos viajado hasta él para contarte en primera persona los planes que tienes a tu alcance. Porque el Six Senses Douro Valley es un lugar para complacerse todo el día, sin salir de él. Un oasis en mitad de viñedos para ver pasar el tiempo con una copa de vino. Y este sería el segundo plan posible.
Pero hay mucho más, porque la gastronomía es otro de los puntos importantes de la agenda. Si queremos algo más informal siempre podemos optar por The Wine Library, con tapas portuguesas. Para disfrutar de una cena con sobremesa, el comedor principal con The Vale de Abraao es el lugar perfecto. Una buena carne, una magnífica copa de vino de las bodegas cercanas… Y la mano del chef español Marc Lores en cada uno de los platos. E igual de espectacular que son sus comidas y cenas, son sus desayunos a la carta donde hay que mencionar sus huevos benedictine. Imprescindible el plan del brunch dominical con música en directo.
Si queremos desconectar del mundo hay que visitar su spa, con vistas al Douro. Un spa que le da importancia a la madera, a la piedra y al agua que incita a lo que ellos llaman como relajación rural. Elegir una de las tumbonas de la piscina, buscar un libro y pedir un té relajante es uno de los mejores planes de la tarde. Y entre página y página, un baño de vapor o unos minutos de reflexión en el jacuzzi. Si el tiempo acompaña, un baño en la piscina exterior es obligatorio. Sus masajes, con vistas a los viñedos, también son un reclamo. Para muchos son los mejores masajes del mundo.
Y dentro de su zona de wellness podemos optar por otro plan diferente, una clase para crear un exfoliante o una crema con nuestras manos. Un taller que podemos hacer con algunas de las plantas aromáticas de su huerto, como la lavanda o la verbena. Que por cierto, muchas de las especias y plantas que utilizan en sus platos vienen de aquí. Pero aquí no se quedan sus planes. Un paseo por sus magníficos jardines es obligatorio, y disfrutar de un pic nic bajo los árboles es otro de los lujos sencillos a los que podemos optar. Queso, sándwiches, ensaladas y mucho vino… Un plan para alargar con sobremesa en los cojines mullidos en los que disfrutas de la comida.
Y por último, es posible disfrutar de un taller para pintar azulejos, para recordarnos que estamos en Portugal, o un taller de kokedama, una técnica japonesa de jardinería para darle un uso diferente a las plantas. ¿Y hay más? Una visita a las bodegas cercanas, una magnífica siesta en su cama -tienen un taller del sueño interesante-, una cata de vino, una lectura al lado de la chimenea, un oporto en su imponente terraza… ¿Seguimos?