Si hace unos días te contábamos que una pastelería de Madrid ha escondido en diez de sus roscones, un diamante. Ahora es el panettone el que se ha pasado a la alta joyería. Pensar en Swarovski es pensar en brillo, lujo… y sí, también en Ariana Grande y en ese imaginario pop que convierte cualquier objeto en un icono instantáneo. Ahora imagina trasladar ese universo resplandeciente al dulce más deseado de la Navidad: el panettone. El resultado es uno de los lanzamientos más exclusivos de la temporada.
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Su nueva edición limitada (sólo 100 unidades) no es sólo un panettone: es una pieza de colección. Una caja decorada con 42 cristales Swarovski en tono Silver Night que convierte este clásico navideño en un objeto de deseo que podría estar perfectamente en un tocador de celebrity.
Un ‘panettone’ que se come… y se contempla
Pancracio mantiene su receta más hedonista: panettone de crema de chocolate con avellanas y naranja, una combinación contundente, aromática y profundamente navideña. Pero este año, lo que lo hace realmente único es la presentación: una caja joya, creada con el cuidado artesanal que caracteriza a la firma y embellecida con cristales auténticos.
Es, en cierto modo, la respuesta de la alta repostería a un fenómeno que ya vimos en otras colaboraciones exclusivas esta otras temporadas. Como cuando Ladurée lanzó ediciones cápsula con diseñadores de moda o las creaciones de Pierre Hermé para casas de joyería, o incluso la tendencia creciente de panettones de autor firmados por chefs con estrella Michelin.
Pero ningún lanzamiento reciente había llegado al terreno del brillo literal. Aquí, cada cristal Swarovski funciona como un guiño al lujo más pop, ese que mezcla tradición con espectáculo.

El espíritu Swarovski aplicado al dulce
Desde 1895, Swarovski lleva más de un siglo creando piezas reconocibles por su corte y luminosidad. Su toque transforma objetos cotidianos en algo aspiracional. En este panettone ocurre exactamente eso: el envoltorio deja de ser packaging para convertirse en una pieza decorativa que casi da pena abrir… pero que absolutamente merece la pena saborear. Pancracio y Swarovski comparten la misma filosofía: el lujo está en el detalle. En lo que se ve, pero también en lo que se saborea.
El verdadero lujo, como dice Pancracio, está en crear momentos memorables. Y no hay duda: este panettone promete ser uno de ellos. Su precio es de 50 €
