Praga, Viena y Budapest: guía de los mercadillos de Navidad con más encanto de Europa
Hay ciudades que, en Navidad, dejan de ser ciudades. Se transforman. Respiran distinto. Caminas por sus calles y parece que alguien hubiera subido el volumen de la magia, del olor a canela, del tintineo de copas con vino caliente. Praga, Budapest y Viena son justamente eso: tres escenarios irrepetibles donde diciembre se vive como un cuento de invierno. Una ruta que empieza como un viaje y acaba como un recuerdo luminoso que dura todo el año. Hoy te propongo un recorrido que no se conforma con lo evidente. Una selección de mercadillos navideños que combinan tradición, artesanía, historia y música en vivo.
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Praga
Mercado de la Plaza de la Ciudad Vieja
Praga es, probablemente, el lugar donde el espíritu navideño se siente más cinematográfico. Esa mezcla entre neogótico y misterio medieval convierte cualquier paseo en una postal. Pero nada como la Plaza de la Ciudad Vieja cuando llegan las fiestas.
El enorme árbol, uno de los más impresionantes de toda Europa, se ilumina cada tarde con una coreografía de luces que hace que todos, absolutamente todos, saquen el móvil. Los puestos parecen pequeñas casitas de cuento, con tejados rojos y humo de chimeneas improvisadas. Aquí se viene a probar trdelník, ese rollo dulce crujiente recién hecho, y a picar salchichas ahumadas mientras suenan villancicos checos.
Mercado de Havelské Tržiště
A sólo unos minutos a pie del centro histórico, este mercado, que existe desde el siglo XIII, se viste de luces y ramas de abeto por Navidad. Es menos turístico, más auténtico y perfecto para encontrar adornos de madera tallada, bolas de cristal soplado y marionetas artesanales típicas del país.
Aquí la Navidad se siente más local, más cotidiana.
Mercado de la Plaza de la Paz (Náměstí Míru)
Fuera del bullicio del centro, este mercadillo se instala frente a la espectacular iglesia de Santa Ludmila. Es íntimo, cálido, lleno de comida casera bohemia y música coral. La nieve suele caer antes aquí que en otras zonas, así que si buscas ese momento perfecto de «está nevando y estoy tomando vino especiado», este es tu sitio.
Budapest
Vörösmarty tér
Budapest convierte la plaza Vörösmarty en un festival navideño completo. Es uno de los mercadillos más cuidados de Europa: gastronomía húngara elevada, espectáculos diarios, puestos de artesanía de calidad y una iluminación espectacular que envuelve toda la plaza. Imprescindibles: el chimney cake al estilo húngaro (más suave, más esponjoso), el goulash en hoguera y las piezas de cuero y cerámica hechas a mano.
Basílica de San Esteban
La Basílica se transforma cada noche en un lienzo vivo: un mapping de luces proyecta historias navideñas sobre su fachada. A sus pies, un mercadillo circular lleno de puestos gourmet y una pista de patinaje que rodea un enorme árbol iluminado. Es sofisticado, vibrante y un poquito más moderno que la mayoría. Si te gustan los mercadillos que mezclan tradición con tecnología y ambiente joven, aquí te vas a quedar más rato del previsto.
Mercado del Castillo de Buda
En el complejo del Castillo de Buda, este mercadillo tiene algo que ningún otro puede ofrecer: las mejores vistas del Danubio y del Parlamento iluminado. Es más pequeño, más tranquilo y perfecto si buscas un paseo romántico entre artesanía local: lana merina, velas naturales, cerámicas rústicas y delicados productos hechos con lavanda húngara.
Viena
Rathausplatz
El Wiener Christkindlmarkt es todo lo que imaginas cuando piensas en una Navidad perfecta: el Ayuntamiento de fondo como un palacio iluminado, un parque repleto de luces y corazones rojos colgando de los árboles, y más de un centenar de casetas con artesanía exquisita. Aquí, el punsch es el rey: de frambuesa, naranja, vino blanco, ron… Cada puesto tiene su receta.
Palacio de Schönbrunn
Elegante, tranquilo, clásico. El mercadillo del palacio de Schönbrunn es perfecto para quienes buscan belleza sin agobios. Todo parece orquestado como una escena de época: música clásica al aire libre, artesanía selecta, gastronomía austriaca tradicional y un entorno monumental que quita el aliento. Si quieres comprar regalos de calidad, juguetes de madera, jabones naturales, piezas en porcelana, este es el sitio.
Spittelberg
En el barrio de Spittelberg, Viena cambia por completo. Calles estrechas, edificios del siglo XVIII, pequeñas plazas escondidas y un mercadillo que parece surgido de un libro de ilustraciones. Es cálido, alternativo, íntimo. Aquí la artesanía es más contemporánea: joyería de autor, cerámica artística, telas estampadas a mano.