Recorremos las bodegas de Jerez y Sanlúcar para maravillarnos con su fino y manzanilla
«Es tu vino, Jerez, néctar de dioses: Escanciarlo debieran, bajo un toldo / de pámpanos y flores, bellas ninfas…/ Jerez, yo te he soñado / de la riqueza emporio», dice el poeta Felipe Cortines y Murube en su libro de rimas ‘De Andalucía’. Y estos versos, de uno de sus poemas sobre la ciudad de Jerez, es una buena manera de describir lo que significa para este rincón de Andalucía su vino. Manzanilla en Sanlúcar, fino en la ciudad de Lola Flores. Hemos disfrutado de un maravilloso viaje a esta zona, al Marco de Jerez, nos hemos empapado de su filosofía de vida y nos hemos mojado los labios con su néctar de dioses.
Sanlúcar de Barrameda
Bodega Barrero y Bodega La Gitana
Sanlúcar de Barrameda, en la desembocadura del río Guadalquivir, cuenta con 18 bodegas repartidas por la ciudad. Algunas más cerca del agua, otras en el Barrio Alto. Pero todas importantes y lo más importante: con su propia seña de identidad. La diferencia de temperatura con Jerez hace que sus características sean especiales. Al llevar tanto tiempo dedicándose al tema de las bodegas… Aquí nació la crianza biológica, como surge la manzanilla y el fino -gracias al velo de flor- y el sistema de soleras y criaderas.
Una de las bodegas visitadas fue Bodega Barrero, que surge como idea romántica de una familia dedicada al cemento, que decide comprar la bodega y hacer manzanilla en uno de los viñedos más antiguos de la zona, balbaína alta. Llevan desde 1986 haciendo manzanilla. Por otro lado, Bodega Hidalgo La Gitana, es la bodega familiar más antigua de la zona. «El CIF más antiguo de Cádiz», defienden. Su bodega es una de las más conocidas del mundo, y ya en 1850 se hablaba como una de las mejores. Para entender bien la magia de una bodega, entrar en su bodega catedral es una buena manera de empaparse de esta filosofía.
Jerez
Bodega González Byass, Bodega Maestro Sierra y Bodega Hidalgo
Si en Sanlúcar se habla de manzanilla, en Jerez se habla de fino. Defienden que son los vinos más versátiles del mundo, que es una de las zonas dedicadas al vino más antiguas del mundo -3.000 años-, y que el fino y los vinos de Jerez, al fin y al cabo, son mucho más que una bebida. Son historia, son cultura. Las bodegas, durante una época, se tuvieron como prestigio social… Y desde siempre, han formado parte de la vida de la ciudad de Jerez. En la feria no se bebe vino porque sí, eso es porque se daba lo mejor que había en casa. Por eso, defienden, algunos de los mejores restaurantes del mundo ya están maridando sus menús con vinos de Jerez.
Poco hay que decir de la Bodega González Byass, probablemente, la más famosa del mundo. Fundada en 1835, se encuentra en el centro de la ciudad, y gracias a su maravilloso hotel -el primer sherry del hotel mundo-, se ha convertido en un punto de encuentro en la ciudad. Y para brindar con vino, claro. Por eso se ha convertido en la segunda bodega más visitada del mundo, y Tío Pepe el fino más vendido en el mundo. Manuel María González fundó la bodega con 23 años cuando se asocia con Byass -un inglés que entiende de vinos. Y de aquí al éxito.
Todo lo contrario es la Bodega Maestro Sierra, una bodega pequeña, regentada por dos mujeres que cambiaron la historia de los vinos de Jerez. Es lo bueno que tienen las bodegas del Marco… Piensas que todas tienen un hilo conductor, características similares… Pero te das cuenta de que cada una de ellas tiene una personalidad propia. Bueno sí, en todas ellas trabajan personas enamoradas con este vino. Da igual que sea un fino, un oloroso, un Pedro Ximénez… De todo eso y de más hablamos también en Bodegas Emilio Hidalgo, de las más antiguas de la ciudad. Todo lo que aprendimos es complicado contarlo solo en un artículo. La conclusión de este viaje al Marco de Jerez es la siguiente: cada vaso de fino o manzanilla es una copa cargada de historia… Y lo que dijeron nada más llegar: es el vino de la alegría.