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Lorena Velasco (Maison Colbert): «La Navidad en París se define más por la elegancia»

(Foto: Adobe Stock)

Después de descubrir cómo se vive la Navidad en St. Moritz, con su magnetismo alpino, y en Marrakech, donde la celebración adquiere un significado totalmente distinto, toca viajar a un destino que parece haber nacido para esta época del año: París, la ciudad del amor. Allí, entre los muelles iluminados del Sena y el encanto eterno del Barrio Latino, se encuentra Maison Colbert, un hotel boutique que encarna a la perfección la manera parisina de entender la Navidad. Su directora general, Lorena Velasco, nos guía por esta experiencia que mezcla historia, elegancia y un romanticismo profundamente francés.

«Los muelles de la ribera izquierda del Sena adquieren un aire casi teatral, con luces suaves»

Para quienes llegan por primera vez, París en invierno tiene algo casi cinematográfico. Lorena lo describe de forma impecable: «París en invierno es una ciudad mágica», afirma. Su primera recomendación es sencilla y auténtica: caminar a lo largo del Sena. En diciembre, explica, «los muelles de la ribera izquierda adquieren un aire casi teatral, con luces suaves».

Los mercadillos navideños también forman parte del ritual parisino. Los más cercanos a Notre-Dame o los del Jardín de las Tullerías permiten disfrutar la ciudad desde dentro, taza de vino caliente en mano, castañas asadas y una vuelta entre puestos artesanales. Y para quienes buscan una París íntima y pausada, su consejo es claro: «Un paseo vespertino por el Barrio Latino es perfecto para empaparse de un ambiente más sereno, luminoso y profundamente romántico en esta época del año».

¿Qué diferencia a París del resto de Europa en Navidad?

«La Navidad en París se define menos por el espectáculo y más por la elegancia»

Si algo distingue a París es su sutileza. No hay excesos ni grandilocuencia; hay estilo, historia y cultura en cada esquina. Lo explica Lorena de forma muy precisa: «La Navidad en París se define menos por el espectáculo y más por la elegancia».

Mientras otras ciudades europeas apuestan por grandes celebraciones al aire libre o estéticas alpinas, la capital francesa prefiere un enfoque más refinado. Y ese espíritu se siente especialmente en Maison Colbert: «El hotel encarna el espíritu íntimo de la ribera izquierda», destaca.

Aquí, la idea de Navidad se traduce en museos por la mañana, librerías por la tarde y una velada acogedora al regresar al hotel. Es, en palabras de Lorena, «una Navidad definida por el estilo, la excelencia gastronómica y un inconfundible sentido parisino del romanticismo».

El hotel en modo Navidad

«Elegancia parisina con alma navideña»

Maison Colbert celebra las fiestas de una forma discreta pero absolutamente encantadora. Lorena lo resume con estas palabras: «La transformación es sutil y elegante.”

El vestíbulo se ilumina con luces doradas y un árbol perfectamente distribuido que realza la arquitectura del edificio histórico. En Café Clotilde, el corazón del hotel, la atmósfera cambia: se vuelve cálida, envolvente, perfecta para largas conversaciones con té o champán.

Incluso algunas habitaciones reciben pequeños gestos navideños: «un adorno delicado o una dulce sorpresa para dar la bienvenida». El resultado, según Lorena, es un tránsito natural de «elegancia parisina» a «elegancia parisina con alma navideña».

(Foto: Maison Colbert)

Sin dudas, el alma navideña del hotel tiene nombre propio: Café Clotilde.
«Es el lugar más encantador del hotel durante la época navideña», asegura Lorena. Su iluminación tenue y su escala íntima crean un refugio frente al frío de las calles del Barrio Latino.

Las tardes de invierno aquí se disfrutan especialmente gracias al Afternoon Tea con la chef pastelera Nina Métayer: pasteles de temporada, chocolate caliente y ese placer de observar París desde una ventana mientras la ciudad respira diciembre.

Para otros huéspedes, la magia se encuentra incluso más arriba: «Despertarse en un París de diciembre es un momento de pura fascinación», dice sobre las habitaciones con vistas a los tejados o a Notre-Dame.

Los huéspedes acceden de forma exclusiva a un concierto dentro de Notre-Dame

Entre todas las propuestas especiales del hotel, hay una que realmente distingue la Navidad en Maison Colbert: su experiencia de Musique Sacrée.
Los huéspedes acceden de forma exclusiva a un concierto dentro de Notre-Dame, un privilegio tan especial como insólito.

Lorena lo describe como un momento irrepetible: «La combinación de la arquitectura majestuosa de la catedral, la pureza de las voces y el espíritu festivo crea una atmósfera única en París». Una vivencia espiritual y conmovedora que muchos huéspedes consideran extraordinaria.

El viajero navideño: más emoción, más calma

«En diciembre, el hotel se convierte en un lugar para reconectar, celebrar y detenerse»

El perfil del huésped en diciembre cambia. Viene buscando más que una estancia: quiere un recuerdo.

«Llegan con una actitud diferente durante las fiestas», explica Lorena. Son parejas, familias o amigos que celebran juntos y que valoran especialmente el detalle, el servicio cuidado y el sentimiento de refugio. «En diciembre, el hotel se convierte en un lugar para reconectar, celebrar y detenerse».

(Foto: Maison Colbert)

La magia inesperada en París: una historia de Nochebuena

Entre los recuerdos más bonitos que guarda el equipo del hotel hay uno especialmente emotivo. Una Nochebuena, varios huéspedes que viajaban solos coincidieron en Café Clotilde. «El ambiente les animó a conectar de forma natural», recuerda Lorena. Tras un rato conversando, terminaron intercambiando recomendaciones y decidiendo verse al día siguiente para un paseo por el Sena.

Un gesto espontáneo, sencillo y profundamente humano: exactamente lo que la Navidad en París consigue tan bien.