Gastro

Jerez de la Frontera, Capital Española de la Gastronomía 2026: restaurantes y recetas imprescindibles

(Foto: COOLthelifestyle)

Acaba de celebrarse uno de los veredictos más perseguidos por las capitales provincianas de nuestro país: el título de Capital Española de la Gastronomía para el año 2026. En las últimas semanas platos típicos como las berenjenas jerezanas frente al pío antequerano preparaban su última cocción antes de salir a la gran palestra. ¡Pero ya tenemos ganadora! En esta ocasión, ha sido Jerez de la Frontera la elegida para tomar el relevo a Alicante y posicionarse como la nueva Capital de la Gastronomía. Lo hace con el lema Come, bebe y ama Jerez y nosotros vamos a seguir el ejemplo a adentrarnos en la gastronomía de este lugar.

‘Come, bebe y ama Jerez’

No es sólo un guiño al título del film. Es una declaración de intenciones en el más auténtico sencillo. Si llegase a los oídos de Julia Roberts que una de sus gran películas ha sido la que ha inspirado el lema con el que Jerez de la Frontera ha gritado victoria podríamos imaginarnos su reacción. Eso sí, para celebrarlo no valdrían las pizzas napolitanas. Tendríamos que dejar que la tradición jerezana fuese la anfitriona gustativa del argumento

Porque así lo va a ser durante el último próximo año y es que Jerez tiene mucho que contar: en cocina, dentro de la copa y como condimento al auténtico sabor nacional. Porque si Jerez de la Frontera se ha coronado como Capital es porque es la tierra donde descansan la tradición, el flamenco, el vino y la vanguardia convertida en embajadas gastronómicas y estrellas Michelin

Jerez de la Frontera. (Foto: UnsPlash)

Hoy hablamos de Come, bebe y ama Jerez porque es el nombre del programa con el que la alcaldesa Jerez de la Frontera, María José García-Pelayo, defendió la candidatura de este lugar. No ha sido a la primera, sino en su tercera candidatura a este título, cuando Jerez por fin ha logrado hacerse con la victoria. Gracias a un programa basado en la cocina tradicional, el legado de sus vinos, la labor de los oficios dedicados a la gastronomía y, finalmente, la sostenibilidad. Así que vamos poco a poco entendiendo por qué y qué méritos han llevado a Jerez de la Frontera a ocupar lo más alto del podium nacional de la gastronomía.

Campesinos trabajando el campo en Jerez. (Foto: GettyImages)

Hablemos de su producto

Aquí encontraremos el que para muchos es el argumento necesario para hacer de Jerez de la Frontera un punto destacado en el mapa de la gastronomía nacional. Nos adentramos en este pequeño rincón andaluz para descubrir una de las joyas de la enología española: los vinos de Jerez.

Lustau Fino Jarana. (Foto: @bodegaslustau)

Partimos de la base de que hablar de vinos de Jerez es hablar de una denomianción y de un estilo de vino. Su complejidad es tal que el portal Vinissimus los define como «tremendamente complejos y diversos, y su historia aparece siempre acompañada de un rico vocabulario de términos y simbología que puede sorprender y crear confusión al neófito: fino, oloroso, palo cortado, soleras, criaderas, sobretablas, venenciador, capataz, catavinos, palmas, sacas, sacristías…»

Bien podemos encontrar las variedades de vino seco, como son el fino, el amontillado, el oloroso o la manzanilla; como su versión dulce, en los vinos moscatel o el Px. Sí debemos tener una cosa clara: que para catar un vino de jerez hace falta un buen catavinos (pequeña copa donde tradicionalmente se sirven estos vinos), la temperatura adecuada y un buen plato de su recetario que lo acompañe.

Hablemos de recetas

Porque si entramos en recetas, descubriremos que Jerez de la Frontera tiene un plato más profundo que sus vecinos. Claro que con los guisos conviven los típicos pescados fritos, pero no es aquí donde encontramos el grosso del sabor. Sino, más bien, en recetas como el ajocaliente, ligado a la comida que se hacían los trabajadores a base de ajo, pimientos, tomate, pan y aceite de oliva.

(Foto: barjuanitojerez)

También al hermano del norteño cachopo, el aneto, elaborado con dos filetes de pollo rellenos de queso y rebozados. Y la berza jerezana, conocida en algunos lugares como la berza gitana. Está formada por verduras y, en ocasiones, acompañada de la pringá con carne o morcilla. Incluso el recetario más dulce también nos resulta conocido cuando mencionamos el tocino de cielo. Su origen dicen estar ligado a la producción de vino de Jerez, donde las yemas de huevo sobrantes de la clarificación del vino se regalaban a las monjas. Y eran ellas quienes las mezclaban con azúcar para crear este postre.

Hablemos de lugares

Si en Jerez hablamos de vino, indudablemente debemos mencionar los tabancos. Porque aquí convergen las dos fuentes de las que bebe la identidad de Jerez: el vino y el flamenco. Su origen no responde al uso por el que hoy le conocemos: su origen data de XVII y XVIII y por aquel entonces eran bodegas donde se servían vinos de Jerez y se consumían productos locales como chacinas y quesos. Pero claro, hablamos de Andalucía, y el arte flamenco tenía que pasar a formar parte del juego en algún momento.

Como no, siendo parte viva de la tradición “barera” del lugar, tienen entre sus nombres lugares sobre los que descansa el peso del legado de esta tradición. Algunos de los más conocidos son El Pasaje (fundado en 1925), Tabanco San Pablo, La Bodeguita, Plateros y Las Banderillas.

La voz cantante de la gastronomía la llevan también los lugares con solera que pasean entre el casco histórico de Jerez. Como es el caso del Bar Juanito, que a su llegada a la calle Pescadería Vieja hizo de este rincón un punto de reunión obligado de la ciudad. Junto al él escuchamos nombres como el de Matria, cuya oferta de vinos y guisos tradicionales han hecho que la crítica se rinda en numerosas ocasiones a su cocina.

Claro que si hablamos del olimpo gastronómico, entran en juego las estrellas Michelin. Aquí se encuentra Aponiente (***), del conocido chef Ángel León. Conocido, por cierto, entre otras muchas cosas por su apoyo a la sostenibilidad y el uso de productos responsables. Desecando el ranking, con dos estrellas, encontramos LÚ Cocina y Alma. La propuesta de «vanguardia de retaguardia» del chef Juanlu Fernández construido en torno a la culinaria clásica gala pero dando protagonismo al mejor producto andaluz.

Plato del restaurante Aponiente. (Foto: Aponiente)

La Capital Gastronómica de España

Esta denominación está organizada por la Federación Española de Periodistas de Turismo (FEPET) y la Federación Española de Hostelería (FEHR), quienes decidieron potenciar las diferentes regiones españolas y comunicar al mundo su cultura culinaria. Para ganar, la mecánica es sencilla. Las ciudades deben presentar sus candidaturas y después someterse a votación. Finalmente, la ganadora se convertirá en la Capital Española de la Gastronomía durante un año natural, es decir, del 1 de enero al 31 de diciembre.

Paella de Alicante, anterior Capital Española de la Gastronomía. (Foto: Alma de barra)

No es sencillo convertirse en la nueva Capital Española de la Gastronomía. Primero, para lograrlo, todas las ciudades candidatas deben presentar un dossier con un plan sobre qué van a hacer. Además de enfrentarse al gran jurado, formado por entidades públicas y privadas del sector de la alimentación. Tampoco es nada sencillo hacerse un hueco significativo en la historia de estas capitales. 

Más que nada porque, desde que se creó en 2012, una docena de ciudades han logrado llegar hasta lo más alto de la gastronomía nacional. Pero solo unas pocas han conseguido aprovechar la oportunidad para hacer historia. Sí lo hicieron Burgos, con su récord Guinness como la morcilla más larga del mundo; Vitoria, con la mayor tortilla de patata; o Toledo, con el plato de jamón más grande del mundo. Ahora le toca el turno a Jerez de la Frontera de estar a la altura de lo que este galardón demanda.