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Ichikani, así es comer en el nuevo japonés de moda en Madrid

(Foto: Ichikani)

Si le preguntas a un japonés qué es ichikani te dirá que un cangrejo. Si se lo preguntas a un madrileño te responderá que es el japonés de moda en Madrid. El hermano pequeño de Hotaru, una de los grandes proyectos gastronómicos de la capital, está lleno en comidas y cenas y su buen hacer en barra tiene parte de la culpa del éxito. ¿Qué se come en Ichikani? ¿Qué tiene de especial? Hemos comido estos días y vamos a contarte cómo es la experiencia. Aquí el spoiler: busca mesa y reserva. Así es Ichikani, el restaurante japonés de moda en la ciudad.

(Foto: Ichikani)
(Foto: Ichikani)

Barra alta, como en Japón

La primera recomendación es que pidas hueco en su barra. Nada más llegar todo el equipo te dará la bienvenida en japonés, lo que hace que ya empieces bien la experiencia. Lo segundo, déjate asesorar por el equipo, que te recomendarán los mejores platos y aquellos fuera de carta que te podrán gustar. Por último, no dejes de pedir sus hand rolls y acompaña la primera parte de la comida o la cena con un cóctel. La experiencia acaba de empezar.

(Foto: Ichikani)

El nuevo restaurante del Grupo Costeño en Madrid sigue la misma filosofía que Hotaru, pero con un toque más informal. Y esa fusión japonesa con otras gastronomías también queda patente. Hay que pedir el Bibimbap, un arroz de estilo coreano caliente con un toque dulce y picoso, uno de los platos que más vemos moverse por la barra. O la Ichikani Tower, con salmón, atún, arroz, kani mix, tobiko, aguacate, mayo, wasabi, bañado en salsa ku y cebolla crispy… Y cualquiera de sus rolls. 

(Foto: Ichikani)

‘Hand rolls’, lo más famoso

Sus hand rolls son marca de la casa: el de pez limón con aguacate, burbujas de temperatura, mayo spicy y salsa de anguila; el Dynamite crab con aguacate, cebolleta, kani mix, kani crunch y mayo spicy… Y el de atún, akami con salsa a base de chiles y ajo además de papitas con polvo de chiles asiáticos. Pero lo suyo es probarlo y juzgar. El postre estrella es la tarta de Lotus. Pero si queremos más, su cheesecake de chai o la tarta de matcha. Hay opciones para los golosos.

(Foto: Ichikani)

Decoración minimalista

El ambiente es joven y divertido. Las mesas se llenan de parejas, amigos, y gente con ganas de ver y dejarse ver. Porque ese es uno de los ingredientes de éxito de Ichikani. Pero hay más. Además de la barra, en la que se mueven sin parar los encargados de preparar los platos, el ambiente invita a disfrutar. Una decoración minimalista, en tonos neutros, con paisajes de jardines de Japón, invita a relajarse. Casi parece que estamos en una minka, las casas japonesas en las que vive la gente que siguen la manera tradicional. En el ambiente se respira paz, pero en su barra, diversión. Quién reserva en Ichikani viene a pasarlo bien. A nosotros nos ha pasado.

(Foto: Ichikani)