Cuando queremos saber de historia, el primer lugar que se nos viene a la mente son los museos, pero también hay otros enclaves que nos pueden dar una perspectiva diferente de la misma. Sobre edificios históricos que llevan varios siglos en pie, hay hoteles que se localizan en su interior y sus años de existencia pueden contar anécdotas de lo más inusuales. Muchos de ellos se han actualizado y su concepto ha evolucionado de tal manera que sus interiores hablan en clave de lujo, además de que parece que estás sumergido en un sueño. Nos adentramos en una bellísima villa del siglo XVIII, en la que se alojaron Napoleón y John Legend: el hotel Passalacqua.
Durante varios años, el establecimiento ha sido calificado como uno de los mejores hoteles del mundo y no es para menos. En su día fue propiedad del Papa Inocencio XI y después, tras pasar por manos del arquitecto milanés Carlo Felice Soave para cumplir los deseos del conde Andrea Lucini-Passalacqua, se convirtió en una localización emblemática que habla del lujo a través de un idioma propio.
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En 2018, este salió a subasta y el hotel, que ahora se encuentra en manos de sus nuevos propietarios, tiene muchas historias que contar. Si viajamos al pasado, vemos que este enclave fue residencia temporal de personajes como Napoleón Bonaparte o Winston Churchill, además de ser el lugar en el que se idearon las óperas Norma o La sonnambula de Vincenzo Bellini. John Legend también lo posicionó en un mapa más actual, puesto que uno de sus aniversarios más mediáticos con Chrissy Teigen. Muchos se preguntan el motivo de su éxito y es simple: la privacidad que ofrece es difícil de comparar.
El hotel Passalacqua se sitúa junto al lago, rodeado de jardines propios que visten el espacio y, si lo miras desde una barca en el lago, parece una idílica pintura. Su interior alberga solamente 24 habitaciones, bañadas en un entorno que habla de buen gusto y sofisticación. Los salones principales que dan vida al espacio, según cruzas sus puertas, se adornan con lámparas de araña de cristal de Murano, espejos dorados y alfombras tejidas a mano.
Las habitaciones se disponen con techos altos con frescos originales, camas con dosel y vistas panorámicas al Lago di Como. Se divide en tres opciones. Por un lado, encontramos las 12 habitaciones de La Villa, que están decoradas en clave opulenta con cabeceros dorados y mármoles que le dan un toque romántico.
Por otro, está el Palazzo que se encuentra detrás de esta, cuyas vistas dan a la montaña y es perfecta para los que busquen mayor intimidad y, por último, las cuatro suites de la Casa del Lago, como su nombre indica, se imponen como las preferidas para aquellos que quieran salir por las mañanas a disfrutar de un desayuno idílico con vistas al lago.
Los jardines verdes bañan los alrededores del histórico edificio y estamos seguros de que John Legend paseó por ellos, para terminar con un baño en su piscina y un cóctel en sus hamacas con vistas a su incomparable horizonte. Además, también cuentan con una especie de jaimas, para poder comer mientras ves el lago e incluso hay noches de cine nocturno, que permiten disfrutar de títulos históricos.
La parte gastronómica se encuentra integrada en el concepto y es que el hotel cuenta con un restaurante que celebra la cocina italiana tradicional, utilizando ingredientes locales y de temporada. Los chefs crean menús que son tanto un festín para el paladar como una obra de arte visual. Además, la bodega del hotel ofrece una selección de vinos italianos premiados. Todo un edén para disfrutar de una escapada y alojarte bajo el mismo techo en el que lo han hecho grandes personajes, tanto históricos como actuales.
