Con el heredero de ‘La Gran Tasca’: el cocido que «deleitaba a Lola Flores y ahora a Florentino Pérez»
«La Gran Tasca ha conservado intacta durante décadas su característica decoración, regalando la experiencia de disfrutar de un viaje al pasado, al Madrid de otra época. La Gran Tasca, su casa le espera»
Los restaurantes que consiguen perdurar en el tiempo y sobrevivir década tras década al final, tienen que tener algo especial y creemos, que ese es el caso de La Gran Tasca, que ofrece un cocido de dos vuelcos a fuego lento que deleitaba a personalidades como Lola Flores o Raphael y que ahora, siguen disfrutando de Florentino Pérez a Diego El Cigala. «Estamos orgullosos de haber conseguido mantener la calidad desde 1942, era nuestra gran responsabilidad» nos explica Luis Álvarez, el treintañero que ha heredado este restaurante de Chamberí que lleva sirviendo cocido madrileño desde 1942.
«Aquí han compartido confidencias y momentos gente muy importante»
«Es un manjar español, pero sobre todo madrileño, histórico como
este lugar y típico del invierno”, reza sobre el cocido el cartel que da la bienvenida a todo aquel que entra por la puerta de La Gran Tasca… ¿te quedas con nosotros a descubrirlo? Es el Día Internacional del Cocido, este que te ofrecemos tiene una sopa que lleva dos días de cocción y te lo aseguramos, PROMETE. No lo dudes y DALE AL PLAY.
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Entrar a sus cocinas es saber que la cosa es a fuego lento y con mimo. Con 15 ingredientes, se sirven en dos vuelcos: primero la sopa, sabrosa y adictiva (con fideos gordos y suculentos que se pueden pedir en su versión sin gluten) y luego en una amplia bandeja los garbanzos, la verduras y la carne. El resultado en boca, tanto por separado como junto, es un auténtico festín para los sentidos.
«Un restaurante son personas, lo formamos personas y cuando se tiene un grandísimo equipo de cocina y un grandísimo equipo de sala, es más fácil que el nivel, el alto nivel que tenemos, se pueda mantener y cuidar», afirma orgulloso el joven que ahora, capitanea este castizo restaurante.
«Nos consideramos un restaurante de producto, de esas elaboraciones antiguas ‘chup chup’, a fuego lento, tradicional, artesana y casera de esa cocina que cada vez va quedando menos. Entonces, bueno, nuestra carta también es una carta variada, que tenemos unos buenos callos a la madrileña rabo de toro, diferentes guisos y carnes, pescados, verduras».
De Lola Flores a Raphael pasando por Florentino Pérez y Diego ‘El Cigala’
En más de 80 años, muchas an sido las personalidades que han disfrutado de este auténtico cocido madrileño y sus paredes, así lo cuentan. En cada rincón de La Gran Tasca se encuentran historias que contar. Nosotros no pudimos resistirnos, fascinados -y antes de disfrutar de nuestro cocido- a recorrerlas con curiosidad y muchas ganas de saber.
Luis Álvarez nos acompaña, él es joven y lo ha heredado de su familia que cogió el revelo en los de la primera familia que lo tuvo. Sabe que dirige una emblema gastro de la ciudad y que las responsabilidad por mantener la calidad es diaria. De Lola Flores, Carmen Sevilla, Paco Martínez Soria o Rapahel, pasando por Florentino Pérez, Ana Torroja o Diego El Cigala, que recientemente no solamente disfrutó de su cocido sino que también le puso voz y arte a un antiguo poema que versa la historia del lugar.
Un cocido «en dos vuelcos» desde 1942 a fuego lento
«Nos consideramos un restaurante de producto, de esas elaboraciones antiguas ‘chup chup’, a fuego lento, tradicional, artesana y casera de esa cocina que cada vez va quedando menos»
En este local, de dos plantas, con terraza, tres reservados y una capacidad total de 120 comensales, su sello de identidad es el cocido madrileño. Su saber hacer en torno a este plato ha llevado a su clientela a considerarlo el mejor cocido de la capital. Y no es para menos, cuando se descubre el origen de cada una de sus materias primas y su forma de elaboración. «Cada día nos levantamos con la intención de hacer el mejor cocido posible. El cocido es un guiso que une y reúne; que da pie a juntarse con familiares, amigos o compañeros de trabajo y a disfrutarlo alrededor de una mesa. El cocido tiene la característica del compartir porque, al servir todo en medio, estás
compartiendo alrededor del plato”, explica Luis Álvarez.
Su sopa se prepara cuidadosamente a lo largo de dos días con el objetivo de aportar a su caldo toda la intensidad de sabor de la carne y las verduras. Desgrasada por completo y reducida para proporcionar potencia de sabor, en cada cucharada se siente una densidad y cuerpo única. Aquí el cocido se come como le guste a cada cliente. La sopera se queda en la mesa para que cada cuál se sirva las veces que desee y en medio se sirve su gran bandeja con los 15 ingredientes con los que lo elaboran: carnes, garbanzos, verduras y hortalizas que, en su gran mayoría cuentan con el apellido de donde provienen.
Los garbanzos son castellanos, de Fuente Saúco (Zamora), la gallina campera y el chorizo ahumado casero viene de Asturias, igual que la
morcilla. La costilla, el tocino y la panceta es de cerdo ibérico y el morcillo especial de añojo. A esto se le suma la punta de jamón y las verduras como repollo, zanahoria, patata o pimiento rojo complementan una bandeja que se acompaña de otro bocado muy especial, su pelota de carne picada mixta rebozada y cocida en el propio caldo.