Si sólo pudiéramos escoger una de nuestras plazas favoritas de Madrid sería la Plaza de Olavide. Por su ambiente, terrazas, el sol que deslumbra… ¡y su gastronomía! Es por ello que, si todavía no has organizado tu calendario de planes, te invitamos a hacer la Ruta de la Tapa de Olavide (del 2 al 12 de octubre). Este lugar de encuentro para gente de todas las edades se convierte como de costumbre –pero sobretodo este mes de octubre– en el epicentro del tapeo madrileño. Los bares de la zona como Bareto, Gamberro o Chex Pepito presentan sus mejores propuestas gastronómicas, pensadas para maridar con una Mahou bien fría y disfrutarlas al aire libre. Un plan ideal para descubrir nuevas recetas, compartir con amigos y dejarte llevar por el ambiente único de una de las plazas con más vida de la capital.
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La Ruta de la Tapa en la Plaza de Olavide
Bareto Olavide, especializado en cocina castiza con un toque moderno, propone una croqueta de chorizo: crujiente por fuera y sabrosa por dentro, una reinterpretación del clásico sabor ibérico. A pocos metros, Gamberro Olavide, de cocina creativa con influencias mediterráneas, sorprende con su croqueta de gamba, una opción marinera delicada y sabrosa.
Si lo tuyo son los platos de cuchara con carácter, en La Oliva podrás probar unos callos a la madrileña como manda la tradición. Este restaurante es conocido por su enfoque clásico y castizo, ideal para los amantes de la cocina madrileña auténtica. En un registro más internacional, Chez Pepito, con inspiración francesa y europea, sirve un exquisito montadito de steak tartar, perfecto para paladares aventureros.
La propuesta de Barra Amelia, un local moderno con cocina de autor, es la tosta Rafa, una tapa que promete conquistar con su combinación de ingredientes cuidadosamente seleccionados. Por su parte, Pastelle Kitchen, de ambiente desenfadado y carta ecléctica, ofrece su enigmática tapa mágica, cuyo contenido sorprende a cada comensal.
En la línea más sofisticada, La Escarcha presenta una elegante tosta de calabaza y anchoa, ideal para quienes buscan equilibrio entre dulzor y salinidad. Neotaberna Miguelín, fiel a la fusión de lo castizo con lo contemporáneo, apuesta por las bravorejas, una tapa original a base de oreja de cerdo con un giro picante.
Jica, con cocina de mercado de inspiración ibérica, ofrece una jugosa carrillera, cocinada a fuego lento para deshacerse en la boca. Mientras tanto, Bienmesabe, especializado en sabores del sur, propone su clásico cazón en adobo, una receta andaluza con sabor a mar y tradición.
Desde Ultramarinos del Coso, con un ambiente vintage y cocina mediterránea, llega una croqueta de sobrasada, intensa y con personalidad. Finalmente, Barmual, con una carta centrada en tapas tradicionales reinterpretadas, presenta unas patatas revolconas con todo el sabor de la cocina castellana.
