Extremadura es una tierra que sorprende no sólo por su riqueza histórica y natural, sino también por la abundancia y diversidad de sus aguas. Sus balnearios históricos, reconocidas villas termales, embalses idóneos para deportes acuáticos y lugares privilegiados para la pesca convierten esta región en uno de los destinos de interior más completos y atractivos para quienes buscan salud, descanso y aventuras relacionadas con el agua.
La región posee una amplia tradición termal que se remonta a la época romana, con importantes vestigios arqueológicos en varios balnearios históricos. Destacan especialmente Alange y Baños de Montemayor, declaradas oficialmente Villas Termales por la Junta de Extremadura, reconocimiento que acentúa la importancia y el valor histórico de sus aguas medicinales y calidad de sus tratamientos.
2.000 años de antigüedad
En Alange, por ejemplo, la tradición termal cuenta con casi dos mil años de antigüedad. Sus aguas mineromedicinales están especialmente indicadas para tratar problemas reumatológicos, respiratorios y afecciones nerviosas. Este balneario, declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO por sus impresionantes termas romanas, ofrece además modernas instalaciones que se combinan armoniosamente con su legado histórico, proporcionando tratamientos relajantes y terapéuticos en un entorno natural privilegiado.
En Baños de Montemayor, el balneario se sitúa en el corazón del Ambroz, famoso por sus aguas termales con propiedades curativas para afecciones respiratorias, reumáticas y alérgicas. Su entorno natural, entre montañas y bosques de castaños, brinda un ambiente perfecto para el descanso, la recuperación física y el equilibrio mental. Además, en esta villa termal la tradición romana convive con modernos centros terapéuticos y de wellness, que utilizan sus aguas sulfuradas para todo tipo de tratamientos, desde baños relajantes hasta terapias respiratorias y cosméticas.
Otro punto imprescindible en la ruta termal extremeña es el Balneario El Raposo, único por sus lodos medicinales naturales. Sus aguas radiactivas, bicarbonatadas y magnésicas aportan múltiples beneficios para la piel, afecciones digestivas, estrés, ansiedad y problemas dermatológicos. Este balneario es un referente a nivel nacional, especialmente conocido por sus tratamientos innovadores y su apuesta por el bienestar integral.
Cuidarnos por fuera y por dentro
En Montánchez se encuentra el balneario Fuentes del Trampal, un refugio natural que atrae a quienes buscan tranquilidad y salud gracias a sus aguas con propiedades digestivas y dermatológicas. Este rincón extremeño es también conocido por el paisaje único que lo rodea, un entorno privilegiado para combinar tratamientos de salud con actividades como senderismo o visitas culturales.
Además, el Valle del Jerte complementa su oferta turística con un balneario que aprovecha la riqueza natural del agua procedente de sus montañas. Las aguas ferruginosas y oligometálicas se utilizan en terapias específicas, y destacan especialmente los tratamientos con cerezas y algas, exclusivos de esta zona, que combinan salud y estética para una experiencia integral.
Diversión y deporte en plena naturaleza
Pero Extremadura no solo es salud y relax; también es sinónimo de deporte y aventura en sus numerosas aguas interiores. Con más de 1.500 kilómetros de costa dulce, la región ofrece un escenario perfecto para la práctica de deportes acuáticos como el piragüismo, paddle surf, esquí acuático, windsurf y navegación a vela. Embalses como el de Orellana, García de Sola, La Serena y Valdecañas son destinos imprescindibles para amantes del deporte en el agua, ofreciendo instalaciones adecuadas para todos los niveles y rodeados de naturaleza y tranquilidad.
Las empresas locales especializadas, como Valdecañas Multiaventura o Wild Cíjara, proporcionan toda la infraestructura necesaria para disfrutar de estos deportes de manera segura y divertida, convirtiendo cada jornada acuática en una experiencia inolvidable.
La pesca deportiva, un sello de identidad
Extremadura es reconocida a nivel nacional e internacional como un destino privilegiado para la pesca deportiva, gracias a la riqueza y diversidad de sus especies piscícolas. Sus embalses, especialmente Cíjara, Zújar, Gabriel y Galán o Alcántara, atraen cada año a miles de pescadores que encuentran en estas aguas las condiciones perfectas para capturar especies como el black bass, lucio, barbo, carpa y trucha.
Especial mención merece la pesca de la tenca, muy arraigada culturalmente en zonas como la comarca del Tajo-Salor. Este pez protagoniza cada año importantes fiestas gastronómicas y competiciones que atraen a numerosos visitantes, ofreciendo no solo una experiencia deportiva, sino también cultural y gastronómica.
Además, el turismo de pesca en Extremadura está cuidadosamente regulado y promocionado para asegurar un desarrollo sostenible y respetuoso con el entorno natural garantizando así que esta actividad se mantenga como uno de los principales atractivos turísticos y deportivos de la región.
Una propuesta turística integral y sostenible
Extremadura apuesta firmemente por un turismo sostenible y responsable. Sus recursos termales acuáticos están gestionados con criterios medioambientales estrictos, fomentando una conciencia ecológica entre visitantes y locales. Los balnearios y centros deportivos acuáticos integran medidas para minimizar el impacto en el medio ambiente, y promueven activamente el respeto por el entorno natural.
Todo ello convierte a Extremadura en uno de los destinos de turismo interior más completos, variados y atractivos de España.