Extremadura es una región que sorprende, ya que posee un paisaje acuático único en Europa occidental con más de 1.500 kilómetros de costa dulce. Ríos, embalses, gargantas y piscinas naturales están repartidas por toda la región, convierten el verano extremeño en una experiencia fresca y totalmente ligada a la naturaleza.
Lejos del turismo masivo y de las aglomeraciones costeras, bañarse en Extremadura es sumergirse en paisajes de sierra, dehesas y bosques, donde el agua discurre entre rocas, pinares o encinares. Todo ello, además, tiene la capacidad de conformar rincones mágicos para refrescarnos, descansar o, simplemente, disfrutar de un día al aire libre.
Playas de agua dulce con bandera azul: calidad certificada
Debemos saber también que Extremadura es una de las pocas regiones de interior que presume cada año de contar con playas con bandera azul. Este galardón, que se concede a las playas que cumplen con altos estándares de calidad de agua, seguridad y servicios, reconoce a entornos fluviales muy valorados por su accesibilidad y gestión ambiental.
Entre estas joyas disponibles, se encuentra la emblemática playa de Orellana la Vieja, conocida como Costa Dulce. Un espacio de baño que fue pionero en España al obtener la primera bandera azul para una playa de interior en 2009. Sus aguas cristalinas y su puerto deportivo –único en su clase– ofrecen una experiencia inigualable.
Otra maravilla es la playa La Dehesa en Cheles, ubicada en el impresionante embalse de Alqueva, el lago artificial más grande de Europa. Desde 2019 mantiene su bandera azul, siendo un destino perfecto para la práctica de deportes acuáticos y disfrutar del sol en un entorno casi oceánico.
La Serena, con sus playas en el Embalse de Orellana –como Campanario y Los Calicantos–, también luce con orgullo este distintivo. Mientras que la playa de Peloche en Herrera del Duque y el Puerto Peña en Talarubias, ambas en el Embalse García de Sola, destacan por la belleza natural que las rodea, complementada con actividades culturales y senderismo hacia enclaves históricos cercanos.
En 2023, la más reciente, Extremadura sumó otra bandera azul en la provincia de Cáceres con la playa de Cancho del Fresno en Cañamero, junto al embalse del mismo nombre. Aquí, los visitantes pueden combinar un refrescante baño con una visita al Centro de Interpretación de la ZEPA Sierra Villuercas-Ibores o explorar la Cueva de la Chiquita, en el Desfiladero del Ruecas, un espectacular geositio declarado por la UNESCO.
Piscinas naturales y gargantas, aguas puras de montaña
Además de sus playas de interior, Extremadura alberga numerosas piscinas naturales alimentadas por manantiales y ríos que nacen en sus montañas. Destacan especialmente las piscinas naturales del Valle del Jerte y La Vera, como ‘Los Pilones’ en la Reserva Natural Garganta de los Infiernos, un espacio donde el agua ha esculpido formas caprichosas en la roca durante miles de años.
En la Sierra de Gata y Las Hurdes, la naturaleza se muestra generosa con parajes como la piscina natural de Carreciá en Acebo, Los Cachones en Cadalso o la piscina natural en Pinofranqueado, ideales para disfrutar de un día de baño en entornos tranquilos y pintorescos. Ideal para familias y grupos de amigos.
Rutas acuáticas y cascadas impresionantes
Y aún hay más cosas y espacios para descubrir. Extremadura no sólo invita a nadar, sino también a explorar. Para ello, ponen a disposición de los visitantes rutas senderistas como la del Chorro de la Meancera en El Gasco (Las Hurdes), o la Cascada La Cervigona en Acebo, ambos recorridos perfectos para admirar la fuerza y belleza de sus aguas cayendo desde las alturas, creando entornos de fantasía.
Otra ruta imprescindible es la que lleva al Meandro Melero en Riomalo de Abajo. Su impresionante formación, que cambia de aspecto según la época del año, es uno de los paisajes más fotografiados y admirados de la región.
Compromiso con la naturaleza y turismo sostenible
Por último, destacar que Extremadura es consciente de la importancia de preservar sus recursos naturales. Por ello, promueve un turismo sostenible y responsable, buscando un equilibrio perfecto entre el disfrute del agua, la conservación del medio ambiente y el desarrollo económico local. En este sentido, la Junta de Extremadura ha impulsado la campaña Extremadura es Agua, la cual busca fomentar esta conciencia ecológica en tanto en los visitantes como en los ciudadanos autóctonos.
En la misma línea, Extremadura no se olvida de cuidar a sus visitantes y brinda consejos básicos para disfrutar de estos parajes de manera segura, como elegir siempre zonas habilitadas para el baño, prestar atención a las indicaciones de seguridad, bañarse en compañía, así como protegerse del sol. Así es como este verano todos podemos disfrutar plenamente y sin riesgos de los fascinantes espacios de agua de la región.
En definitiva, Extremadura es mucho más que tierra y patrimonio histórico; es un auténtico paraíso azul que espera ser descubierto, donde el agua dulce se convierte en protagonista absoluta y el visitante en un privilegiado espectador de la naturaleza.
