A tan sólo una hora de Madrid se encuentra Brihuega, un pintoresco pueblo en la provincia de Guadalajara que se ha convertido en un destino irresistible, especialmente durante la temporada de floración de la lavanda. Aunque el festival es una de sus atracciones más destacadas, con nueve años de historia creando veladas mágicas, este encantador lugar ofrece mucho más para aquellos que buscan una experiencia enriquecedora y relajante durante los meses de verano (y el resto del año). Algunos de los tesoros escondidos de Brihuega son Spa Niwa, un hotel boutique centrado en el bienestar, o el curioso Museo de miniaturas, recopiladas por el Profesor Max a lo largo de sus viajes por el mundo como mentalista… Brihuega enamora y te contamos por qué este año no puedes faltar.
Sus calles adoquinadas, edificios históricos y encantadoras plazas te invitan a sumergirte en un viaje en el tiempo, explorando la herencia cultural que se respira en cada rincón de Brihuega. De hecho, Ernest Hemingway escribió un reportaje sobre la batalla de Guadalajara, vivida en las inmediaciones de Brihuega. De aquella cruenta batalla aún quedan heridas que, aunque ya cicatrizadas, todavía se pueden contemplar.
Brihuega es conocida como el Jardín de la Alcarria por su belleza y también por las numerosas fuentes de agua. En cada esquina hay una y, sin duda, la más especial es la que se encuentra en la Plaza El Coso, la llamada Fuente de los doce caños. Cuenta la leyenda que si bebes de cada uno de sus caños, encontrarás el amor de tu vida.
Brihuega, ‘lavanda lovers’
La magia de Brihuega no se limita a los días del Festival de la Lavanda. Este pueblo, con su gente cálida y rica historia, es un destino que enamora en cualquier época del año. Para aquellos que buscan un oasis de tranquilidad, Spa Niwa es una joya escondida en el pueblo.
Este hotel boutique centrado en el bienestar ofrece una experiencia única de relajación. De aquí sales con diez años menos gracias a sus masajes tailandeses y tratamientos personalizados elaborados con la reina de las aromáticas.
La propietaria de este hotel es Ana Bedoya y nadie mejor que ella conoce las propiedades de esta planta pues su padre, Carlos, en los años 60, junto con Álvaro Mayoral, trajo de Francia la lavanda y lavandín. Hoy en día, Spa Niwa es un lugar donde se viene a descansar y también a mimar el alma y el cuerpo. Ofrece un completo circuito de spa, más de 30 masajes y tratamientos de belleza realizados con producto local por terapeutas filipinas.
Si vienes, no puedes perderte el ritual Pindas aromáticas, un masaje realizado con saquitos hechos a mano con flores y hojas recogidas a mano, que son calentados al vapor. Las terapeutas los van colocando en puntos estratégicos en cuerpo y rostro con la técnica del shiatsu.
Aquí puedes venir y quedarte a dormir, o simplemente disfrutar de estos increíbles masajes con un desayuno o merienda Le Cordon Bleu. Durante el mes de julio también tienes la posibilidad de disfrutar de un picnic en el campo, contemplando la puesta de sol y con el manto morado a tus pies. La naturaleza que rodea Brihuega es simplemente espectacular. Los interminables campos de lavanda, que se extienden hasta donde alcanza la vista, crean un paisaje que parece salido de un cuento.
Festival de la Lavanda
Durante el mes de julio Brihuega está preciosa, decorada con guirnaldas y paraguas violetas en honor al Festival de la Lavanda, una cita que se realiza en el campo para celebrar la nueva cosecha.
Desde hace nueve años, estos campos en plena floración se llenan de melodías mientras el sol se oculta tras el horizonte, creando un ambiente envolvente. Este año, el festival se celebra el 12 y 13 de julio y cuenta con las actuaciones de Maldita Nerea y Rozalén.