Diseño ‘flower power’ y puestas de sol inolvidables en el único hotel 5 estrellas de Formentera
En Formentera no hace falta buscar el paraíso: basta con llegar. La isla más pequeña del archipiélago balear es un rincón donde el tiempo se diluye entre aguas turquesa, playas infinitas y un ritmo de vida que invita a respirar más lento. En pleno corazón de Es Pujols (la zona más animada y cercana a algunas de las mejores calas de la isla) se alza Five Flowers Hotel Formentera, el único cinco estrellas de todo el territorio que este año da un paso más allá al unirse a Meliá Collection, la marca boutique de una de las cadenas hoteleras más prestigiosas del mundo.
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Pero Five Flowers no es un hotel de lujo al uso. No busca deslumbrar con exceso, sino seducir desde la calma, el diseño y el respeto por el entorno. Es ese tipo de lugar donde el concepto de exclusividad se redefine: aquí el verdadero lujo es despertar con el sonido del mar, pasear descalzo al atardecer y cenar bajo las estrellas sin mirar el reloj.
«El cliente de lujo ha cambiado. Ahora quiere autenticidad, experiencias transformadoras»
«El cliente de lujo ha cambiado. Ahora quiere autenticidad, experiencias transformadoras y sentirse conectado con el destino que visita», explica Irene Navarro, Directora Comercial de Paya Hotels. Y en ese sentido, Formentera es una joya aún sin explotar del todo. Pequeña, cuidada, con un compromiso firme hacia la sostenibilidad, es un destino que seduce a quienes buscan belleza sin artificios.
Five Flowers se inspira en la estética flower power que hizo célebre a la isla en los años 70, pero la reinventa con líneas depuradas, aromas mediterráneos y un servicio atento pero nunca invasivo. Cada detalle está pensado para que el huésped sienta que forma parte del entorno, sin perder la comodidad de un hotel de alta gama. Con su integración en Meliá Collection, la experiencia se eleva, pero sin perder la raíz: «La unión de dos marcas de origen balear como Meliá y Paya Hotels ha permitido fusionar la excelencia internacional con el alma local», añade Navarro.
Aquí no hay prisa. El día empieza con un desayuno frente al mar, sigue con una siesta a la sombra y termina con una copa en la azotea, desde donde se ve cómo el sol se funde con el Mediterráneo.
El ritual del atardecer
Si hay una experiencia que encapsula la magia de Formentera desde Five Flowers, es la que se vive cada tarde en su rooftop. Desde las alturas del hotel, en The Sky, el horizonte se convierte en un espectáculo privado: el cielo se tiñe de tonos naranjas, malvas y dorados mientras el sol se esconde lentamente sobre el mar. Las vistas son sencillamente hipnóticas.
Acompañado de un cóctel de autor y la música en vivo de un DJ que pincha hasta el crepúsculo, el momento se convierte en ritual. Aquí, la puesta de sol no es sólo un fenómeno natural: es una experiencia sensorial que invita a parar, mirar y recordar por qué Formentera es uno de los destinos más deseados del Mediterráneo.
Y si el cuerpo pide más, la velada puede continuar en su restaurante rooftop, donde un sushiman prepara piezas de sushi fresco, fusión y creatividad. Alta gastronomía con alma isleña, en el ambiente más exclusivo de la isla.
The Sky organiza un par de veces al mes sesiones especiales de observación astronómica, en colaboración con la Asociación de Astronomía de Formentera. Durante estos encuentros, puedes contemplar el universo desde un telescopio digital de última generación. Una de estas sesiones suele coincidir con la noche de luna llena, lo que hace que la experiencia sea aún más especial.
«El turista que llega hoy a Formentera es más consciente que hace una década, sabe que está entrando en un entorno frági»
A diferencia de otros destinos donde el lujo se mide por el tamaño o el mármol, en Formentera el verdadero valor está en la armonía. «Creemos que el auténtico lujo es ofrecer experiencias memorables, personalizadas y alineadas con los valores del viajero contemporáneo: privacidad, sostenibilidad, bienestar y conexión real con el lugar», afirma Navarro.
El perfil del turista ha cambiado. Ya no busca únicamente descanso, sino significado. Quiere saber de dónde vienen los productos que consume, conectar con la gastronomía local, descubrir rutas poco transitadas o participar en tradiciones que dejen huella. «El turista que llega hoy a Formentera es más consciente que hace una década. Sabe que está entrando en un entorno frágil, y lo valora. Y nosotros, como anfitriones, sentimos la responsabilidad de cuidarlo», dice la portavoz de Paya Hotels.
«Formentera seguirá siendo ese refugio para quienes buscan una experiencia vital en equilibrio»
Cuando se piensa en el turismo del futuro, Irene Navarro lo imagina así: playas igual de limpias, menos masificación, experiencias más sensoriales y viajeros más conectados con lo que realmente importa. «Formentera seguirá siendo ese refugio para quienes buscan una experiencia vital en equilibrio: naturaleza, cultura local, gastronomía con identidad y una forma de vida sin prisas».
Five Flowers es, en definitiva, un hotel que no se conforma con ofrecer lujo. Ofrece algo mucho más escaso: autenticidad. Y eso, en un mundo que va cada vez más rápido, es quizás el mayor de los privilegios.