A fuego lento. Así se cocinó la vertiginosa carrera de Lucía Ruiz Lafita como chef ejecutiva de Delirium, el catering más solicitado de Madrid en las buenas mesas. La materia prima de excelente calidad, el buen trato a los clientes y cuidar todos los detalles de las puestas en escena de sus eventos son tres argumentos de peso para que cada día esta joven cocinera vocacional aumente su lista de espera. Sirve hasta cinco caterings al día. Es dulce y exquisita, como sus postres. Recibe a COOL en su taller madrileño y nos descubre las recetas más buscadas entre sus selectos clientes. La mayoría servidas en vajillas antiguas y con cubiertos de plata.
Estudió empresariales en ICADE antes de viajar a México y París con la idea de estar más cerca del fuego que de las finanzas. «La verdad es que no sé de dónde me viene, porque ni mi madre ni mi padre saben cocinar», cuenta sonriente mientras prepara un flambeado de cebolla.
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Tanto dulce como salado, cocina como los ángeles. Lucía Ruiz Lafita estudió en París, en la prestigiosa escuela Le Cordon Bleu, y como la decoración y el montaje de mesas son su segunda pasión, el resultado de su trabajo resulta siempre mágico.
¿Por qué Delirium?, preguntamos a Lucía. «Porque es una manera de compartir, de disfrutar, de llegar al delirio con mi pasión: la cocina», sonríe.
Cubiertos de plata
Lucía elabora personalmente menús de alta cocina y repostería parisina, ya sea para un desayuno informal, una celebración familiar o un evento de empresa, siempre con un servicio impecable. Y una amplia sonrisa; ella es encantadora y siempre pendiente de los detalles, por eso encandila.
Emprendedora
La historia de ‘Delirium by Lucía Ruiz Lafita’ es la de una empresa creada por una emprendedora que montó hace dos años un catering de alta cocina y repostería parisina con tres pilares: exquisito trato personal, el mejor producto de temporada y una sofisticada cocina de escuela francesa con un toque muy innovador.
Su obrador en el centro de Madrid tiene capacidad para eventos de todo tipo. «Mi vocación surgió a los 16 años cuando estuve en Alemania un verano….», sonríe.
«Cada vez más nos piden toda la comida para llevar. Algunos clientes la recogen directamente en el obrador. Otros nos piden que se la llevemos a casa, algo que hacemos personalmente. Además, también pueden alquilar nuestro propio menaje. Tenemos la suerte de contar con vajillas antiguas que son auténticas joyas, así como cuberterías de plata y también platos de porcelana antigua pintados a mano por mí», cuenta Lucía.
El campo, su infancia
Lucía tiene en mente comercializar sus propios productos del campo. Así, muy pronto, Delirium incluirá en su oferta productos artesanos de cercanía y de gran calidad, recogidos a menos de 50 minutos de Madrid en una finca que cuenta con viñedos propios de uva Garnacha, además de un olivar de variedad Cornicabra para elaborar Aceite de Oliva Virgen Extra. Gallinas criadas en libertad y un huerto con variedad de frutales y verduras. Un lujo.
«El campo es mi refugio, donde huyo cuando mi trabajo me lo permite del estrés de la ciudad. Me trae recuerdos de mi infancia en la que tanto tiempo pasé allí, entreteniéndome en la cocina, intentando ayudar y absorber aquellas recetas. El huerto es otro lugar que recuerdo con gran cariño, aprendiendo cuál era la planta o el árbol de cada fruta y verdura».
«Me encantaba ver las diferencias de las distintas estaciones del año y cómo cobraban vida las ramas secas del invierno. Contar con productos de temporada y de cercanía es un lujo que quiero compartir con mis clientes», confiesa satisfecha. Lucía trabaja sin parar. Es joven e inquieta. Delirium es un sueño cumplido que sólo acaba empezar. Le quedan muchas tardes de gloria. La cocina es su pasión.