La primera comida de año nuevo en el restaurante de Rosewood Villa Magna
Ya sabemos que en Madrid las aperturas gastronómicas están a la orden del día. No es raro que todas las semanas te contemos que ha abierto un nuevo restaurante o que hemos conocido un nuevo local. Y eso es algo que nos encanta, porque disfrutamos de la comida y de la sobremesa, y más en estos días que los disfrutamos con los que más queremos. Por eso te proponemos una cosa, que una de las primeras comidas del año la disfrutes en el restaurante de Rosewood Villa Magna, Las Brasas de Castellana.
El proyecto gastronómico de Las Brasas está liderado por Amalio Prados, y en él el producto, la materia prima, es el principal protagonista. Porque sin un buen producto no hacemos nada.
El recetario español prima sobre los fogones, algo importante que nos hace recordar dónde estamos. Una premisa que están siguiendo muchos hoteles: nos recuerdan la ciudad en la que nos hospedamos. En Las Brasas de Castellana podemos saberlo a la perfección.
A pesar de que su hermano mayor, Amós, le resta protagonismo… Las Brasas de Castellana tienen mucho de lo que presumir. Y de lo que presume, sobre todo, son sus brasas. Situadas a la vista de todos nada más entrar al restaurante, gracias a su cocina abierta, nos recuerda la forma de cocinar predominante en este rincón de Rosewood Villa Magna.
¿Y qué platos podemos disfrutar con semejante producto? Pues además de carnes y pescados a la brasa, platos con ese toque tradicional que nunca fallan.
Un exquisito plato de jamón, que acompaña un vino de La Cava -tienen una maravillosa cava de vinos que se puede observar desde la mesa-, una de esas ensaladillas que seduce gracias a sus encurtidos, sus maravillosas croquetas…
¿Y uno de esos platos que llama la atención y que recomendamos? Su ensalada de atún, con un sabor sorprendente que nos llevamos como experiencia.
El interiorismo, cálido y sofisticado. Con grandes sofás y sillones en tonos crudos y en tonos grises, detalles en madera, mesas de mármol… Y grandes ventanales por donde entra la luz y desde los cuales observamos el bullicio de la Castellana.
Que no te sorprenda ver a alguna celebrity que vaya a dejarse ver. Entre las mesas y los diferentes espacios, un exquisito servicio que nos recuerda que estamos en el Rosewood Villa Magna. ¿Una sugerencia? Deja el postre para tiempo después… Acércate al rincón más dulce del hotel, la pastelería Flor y Nata. Seguro que los camareros de Las Brasas de Castellana lo entenderán.
Y si queremos relajarnos…
Nada mejor entonces que acercarnos al spa, donde encontraremos una gran variedad de tratamientos.