Cheval Blanc y su nuevo refugio contemporáneo en el corazón de París
Bienvenue à Paris, la Ville Lumière, la ville de l’amour! En el corazón de París, a pocos pasos del Louvre y del Marais se levanta con majestuosidad el nuevo Cheval Blanc. El grupo hotelero nació en la exclusiva ciudad de esquí de Courchevel en 2006. Y así comenzó una tradición de mezclar la arquitectura local con una elegancia atemporal para crear algunas de las propiedades más exclusivas del mundo, donde la atención al detalle es primordial. Cheval Blanc Randheli en las Maldivas fue el segundo hotel de Louis Vuitton Moët Hennessy (LVMH), seguido de los lujosos escenarios franceses de St Barths y Saint-Tropez. Ahora aterriza en París.
Desde la apertura de su primer hotel en 2006, Cheval Blanc ha creado propiedades únicas con un incomparable sentido del detalle. En un ambiente cálido y cariñoso, cada Cheval Blanc Maison pone el máximo cuidado en crear momentos memorables para los huéspedes y sus familias.
Con solo 72 habitaciones y suites, Cheval Blanc París es un refugio confidencial en el que disfrutar del lujo que ofrece todo el complejo. Las vistas al río Sena, un croissant caliente recién salido del horno, la espuma de un baño delicadamente perfumado… El alma de París en cada rincón.
Inspirado por el espíritu de LVMH y su amor por la innovación contemporánea, Cheval Blanc aúna la modernidad con el ultra lujo. Cada hotel es una galería viva. Obras de arte y diseño acompañan al huésped a cada paso.
Para relajarte y desconectar, el Dior Spa es el lugar idóneo. También hay hueco para el salón del peluquero Rossano Ferretti donde poder darnos un cambio de look en un ambiente de lo más íntimo. La piscina infinita, lejos del bullicio de París, cuenta con mosaicos artesanales hechos a mano por Michael Mayer. Además, cuenta con un hammam y una sala de fitness y yoga.
Por último, todo hotel que se precie cuenta con una propuesta gastronómica de lo más innovadora. En el Cheval Blanc de París, el Chef Arnaud Donckele y el Chef Pastelero Maxime Frédéric nos trasladan por todo el mundo a través del paladar.