Berlín es una de esas ciudades a las que hay que ir más de una vez, siempre descubres lugares nuevos y detalles conmemorativos de su pasado. Su belleza y su carga histórica te atrapa. Desde sus icónicos monumentos hasta su vibrante escena artística y gastronómica, la capital alemana ofrece una experiencia de viaje única. Además, esta primavera se celebra el 250 aniversario del nacimiento del pintor David Friederich y se han organizado diferentes actividades entorno a él. Te damos las claves para que visites la ciudad esta Semana Santa mientras te sumerges en su esencia y disfrutas de su rica cocina.
Qué ver en Berlín
Mitte es el corazón histórico de la ciudad. Durante la Guerra Fría quedó dividida por el Muro de Berlín, con la parte oriental bajo control comunista y la parte occidental en manos de los aliados. Aún se conserva el antiguo puesto de control fronterizo, el Checkpoint Charlie.
Pasear por el río Spree, mientras contemplas la galería columnada de la Alte National Galerie y la Catedral de Berlín (foto de portada) no tiene precio… Monumentos imprescindibles que visitar en Mitte son la Puerta de Brandeburgo, el Reichstag (Parlamento Alemán), el Memorial del Holocausto, diseñado por el arquitecto Peter Eisenman y el ingeniero Buro Happold, la Isla de los Museos, el Muro…
La Isla de los Museos es uno de los conjuntos museísticos más importantes del mundo, aquí se encuentra la Galería Nacional donde se conmemora estos días el 250 aniversario del nacimiento de David Friedrich, máximo representante del movimiento romántico alemán y también a nivel global.
Mientras paseas por Mitte, observa el suelo a tu paso, encontrarás unas placas de bronce en honor a las víctimas del Holocausto. En ellas puedes leer el nombre de la familia, día del arresto y fecha de asesinato. Estas placas se encuentran en el último lugar que se vio a la víctima.
Dónde comer
La cocina berlinesa es sencilla, rústica y abundante. Aquí la kartoffel (patata) es sagrada, es el alimento básico de su dieta ¡y la combinan con todo! Para entender el pilar de su gastronomía hay que remontarse al siglo XVIII, cuando Federico el Grande introdujo el tubérculo en Alemania para acabar con la hambruna. Plantó patatas en sus propias tierras para que los campesinos pudieran cogerlas libremente y así es como se convirtió en el alimento básico de los berlineses.
Si quieres comer como un berlinés, déjate caer por Gerichtslaube, un restaurante de cocina tradicional en un ambiente histórico, ya que se trata del antiguo Palacio de Justicia. Aquí, además, elaboran las mejores currywurst (las salchichas más populares de Alemania) o el eisben (codillo).
Para los que busquen estrellas Michelin, Rutz, de Marco Müller, el único chef con tres estrellas Michelin en la capital alemana. Cocina de producto con toques de fusión, su plato más aclamado es el tartar de conejo y el Wagya.
Por cierto, el propio Marco Muller, recomienda visitar el Mercado Neun, o Taproom de Kreuzberg, un local donde puedes degustar una de las mejores cervezas artesanales, Schoppe Bräu. Por cierto, los lunes hacen visitas guiadas por Herr Schoppe.
Dónde dormir
En cuanto a alojamientos, destacamos Wilmina Hotel, recomendado por la Guía Michelin. Se trata de un hotel boutique que en el pasado fue una cárcel de mujeres que, todo sea dicho, no tiene ya nada de aquel espacio. De hecho, es de los pocos hoteles en Berlín que apuestan por un estilo zen y no por un enfoque vanguardista.
El otro, es el histórico hotel Adlon. Quizá recuerdes a Michael Jackson mostrando a su hijo Prince, de 8 meses, por una de sus ventanas en 2002. Es uno de los más icónicos de la ciudad, con vistas a la Puerta de Brandenburgo