Hasta que llegue la oportunidad de tener largas semanas de vacaciones, tenemos la oportunidad de conformarnos con las escapadas de fin de semana. Menorca es uno de esos destinos que cumple con creces todos los requisitos incluidos en la lista de imprescindibles para este tipo de escapadas. Comenzando por la cercanía, siguiendo por la naturaleza y terminando por la gastronomía. Por eso te presentamos los imprescindibles a los que debes ir en Menorca para acotar tu viaje a una escapada de 48 horas.
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Menorca, la joya aristocrática del Mediterráneo
Como la segunda isla más pequeña de las Baleares, Menorca es el rincón perfecto para recorrer y disfrutar en un fin de semana. Lo que ofrece a turistas y residentes es la perfecta amalgama entre playas de agua cristalina, calas paradisíacas y unos rincones que sí o sí debes visitar.

Entre ellos, se encuentran las dos ciudades principales que son Mahón, al este, y La Ciutadella, al oeste. Solo separan 45 minutos en coche un punto del otro, pero no hay que confiarse, porque la carretera que une ambas ciudades es la arteria sobre la que se vertebran las diferentes carreteras que van a las calas. Siendo algo complicado hacer determinadas rutas en coche, ya que las conexiones entre calas por carretera no son lo más cómodo posible.
Otros rincones como el pueblo de Binibeca Vell, considerado como uno de los pueblos más bonitos de Menorca suponen una visita indispensable en el paso por la isla. Ahí, puedes andar entre las casas blancas que se alzan junto al mar como si fueran esculpidas entre la roca, siguiendo formas orgánicas por donde se abren hueco las calles y los comercios. O Ferreries, cuna del calzado local.

Sin faltar a Es Mercadal. Este pueblo, además de por el precioso paseo del puerto con el que cuenta, es la sede de la ensaimada isleña. No puede faltar una visita por Ensaimadas Menorca Can Pons o Cal Sucrer. Además, si situación en la falda del Monte Toro hace que otra de las visitas que pueden hacerse a su paso sea ir a ver el Santuario de la Virgen del Toro. Y la impresionante panorámica que deja este mirador de toda la isla, claro.

Mahón
Mahón es la ciudad principal y la que más cerca está del aeropuerto, por lo que suele ser recomendable establecer el campamento en algún lugar cercano, para así no caer frente a los atascos a la hora de volver al aeropuerto. Más aún si hablamos de distancias tan cortas como un fin de semana. No puede entenderse una visita por Mahón sin visitar su puerto, el segundo puerto natural más grande del Mediterráneo. En un paseo entre sus yates, tiendas y restaurantes pueden observarse las islas de Isla del Rey y la Isla de Llatzaret.

Menorca es un rincón del Mediterráneo donde la historia puede verse a través de puntos como la Fortaleza de la Mola, construida por orden de la reina Isabel II, entre 1848 y 1875. Sin embargo, nunca llegó a entrar en batalla y por eso se conserva con tan buen estado. Al igual que Portal de Sant Roc, la entrada de la antigua muralla que hoy se esconde entre los edificios de piedra que conforman la ciudad. Así como la Iglesia de Santa María, importante por su estilo neogótico y por el órgano de 15 metros que preside su interior.
¿Dónde comer en Mahón?
A la hora del desayuno, Imperi es uno de esos lugares con solera que recomiendan los lugareños. Donde desayunar especialmente los llonguets, un pan típico de las islas que va relleno de diferentes embutidos. Aprovechando el paseo por el pueblo, frente a sus muelles se encuentran algunos de los restaurantes más aconsejados de la ciudad, como son Arjau o las tapas de Can Vermut. Otro de los restaurantes recomendados es Ses Forquilles, donde los sabores tradicionales se preparan con cierto condimento de creatividad.

Ciutadella
Uno de los días hay que acudir sin falta a conocer la Ciutadella. Sus calles tienen una historia rica y compleja, que ha dejado huella en la tradición, las calles y los rincones que oculta su laberíntico diseño. Sin duda, un lugar que invita al paseo y a dejarse guiar por sus calles empedradas y palacetes de piedra dorada.

Claro que para eso comenzamos por su origen: para entender su importancia debemos trasladarnos a 1287, cuando el rey Alfonso III de Aragón conquistó la isla e hizo de la Ciutadella la ciudad episcopal. Aquí es donde entra la primera visita, en La Catedral de Menorca, construida sobre una antigua mezquita como símbolo de este cambio. Así se mantuvo como primera ciudad hasta que en el siglo XVIII, cuando Menorca pasó a manos británicas, se estableció Mahón como la capital.

Pero hoy conserva esa riqueza eclesiástica y aristocrática en lugares como la Plaza des Born, rodeada por el Ayuntamiento, el Teatro, el Palacio Salort y el Palacio Torressaura. O más en la costa, en el Castillo de Sant Nicolau, dedicado al patrón de los marineros. Incluyendo su arquitectura natural, que dejan atardeceres incomparables frente al arco de piedra de Pont d’en Gil.

¿Dónde comer en la Ciutadella?
Para comer, Molí des Comte Asador es la experiencia que todo el que visita la Ciutadella se merece disfrutar. Un lugar donde las brasas se saborean junto a la impresionante carta de vinos que poseen. Porque, ¿cuántas veces puedes comer en un molino del siglo XIX que fue molino, centro de artesanía y restaurante?

Es Tast de na Silvia es un pequeño restaurante en el corazón de la Ciutadella que se presenta como el único restaurante Slow Food y de kilómetro 0 en Baleares, liderado por la chef Silvia Anglada. Ideal para probar productos autóctonos, recetas tradicionales y conocer la isla a través de los sabores.
Para este hay que coger el coche, pero Sa Llagosta es uno de los clásicos de Menorca para quienes quieren disfrutar de la Langosta, y el lugar perfecto si visitas la Ciutadella y luego tienes que volver a Mahón.

Entre viajes y calas: las mejores de Menorca
Si bien es cierto que Menorca en 48 horas da tiempo para verlo a toda velocidad, algo que no puede faltar en esta escapada es una visita por sus calas. Siendo la mejor forma de recorrerlas en barco ya que, como comentábamos al principio, la conexión entre estas en coche no es lo más cómodo de la isla.

En este caso, hay muchos rincones tanto en Ciutadella como en Mahón donde pueden alquilarse lanchas, bien con capitán (para embarcaciones más grandes y grupos superiores) o algunas sin necesidad de permisos. Lo que sí es cierto es que, en caso de que esta visita no sea una opción, hay un listado de calas a las que hay que ir sí o sí:
- Cala Macarella y Macarelleta.
- Cala Turqueta.
- Cala Mitjana (y Mitjaneta).
- Cala Pregonda.
- Cala Pilar.
- Cala Escorxada.