Si un par de años atrás planteásemos la posibilidad dirigir un museo ubicado en España desde Los Ángeles y Portugal, nos hubiesen tachado de lunáticos. Hasta que conoces a Kika y Joao Magalhães, dos hermanos portugueses que hacen realidad esta historia. Dirigen el Museo del Automóvil y la Moda de Málaga con la misma naturalidad con la que Kika resuelve el enigma de cómo es la gestión: «nuestro día normal, es un día normal». Entre reuniones de Zoom «que a mí me obligan a madrugar un poco y a mi hermano y a mi madre les hace quedarse hasta tarde», añade Kika. De hecho, en ese mismo contexto empezó nuestra conversación: cada uno con una franja horaria.
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Los hermanos Magalhães dirigen el Museo del Automóvil y la Moda de Málaga, posicionado como el segundo mejor museo de la ciudad con 800 mil visitantes durante 2024. Su interior recoge la historia de la moda y el automovilismo a través de cerca de 500 piezas de archivo de alta costura y hasta 100 modelos de clásicos del motor que forman parte de su colección privada. Su origen no es el de una familia apoderada, sino más bien apasionada, entregada y para quienes el arte se crea a puntadas y en los talleres.
La Reina les abrió las puertas a Málaga
Toda buena historia tiene un comienzo único. «Nuestro padre estuvo 10 años intentando llevar a cabo esta idea (el museo) en Portugal hasta que miró si había una posibilidad en España. Entonces, Málaga contestó». Por eso Kika siempre defiende que lo suyo no fue casual y que «más que encontrar a Málaga, Málaga nos encontró a nosotros». Aunque lo realmente interesante de su llegada no fue el cómo, sino el a través de quién: ni más ni menos que la actual monarca, la Reina Letizia.
«Después de mucha lucha para intentar abrir en Portugal, los primeros que nos dieron respuesta fueron desde la Casa Real española», explica Kika. La historia comienza en la Reina Letizia. «Fue con ella con quién realmente establecimos el vínculo con la Casa Real», subraya Joao. «Después, nos derivaron al Ministerio de Cultura Español y ahí fue cuando respondieron tres ayuntamientos: Zaragoza, Palma de Mallorca y Málaga«.
«Málaga desde el principio nos lo puso todo muy fácil. Ellos fueron los que nos dieron la ubicación donde está ahora el museo y quienes se hicieron cargo de la reforma y la restauración del edificio”, ubicado en el antiguo edificio de la Real Fábrica de Tabacos, en una de las zonas más concurridas de la ciudad.
El inicio de todo: un almacén y una afición a los coches clásicos
La historia de la familia comenzó cuando João Pereira de Magalhães fundó la fábrica Têxtil Vizela, cerca de Guimarães, en plena II Guerra Mundial. Años más tarde fue su hijo, Antonio Magalhães (y abuelo de Kika y Joao), quién despertó el interés por los modelos clásicos. «Los coches estaban en un almacén y mi abuelo paseaba con ellos con sus amigos». Cuando la colección pasó a su hijo Joao, este transformó en realidad su sueño de abrir la riqueza de la colección a la gente para que pudiese disfrutar de ese legado que había construido su familia durante tres generaciones.
Kika y Joao recuerdan de su padre que él «no era una persona de negocios. Él era un artista, un visionario que no quería los coches para utilizarlos, quería compartir toda la colección que heredó de nuestro abuelo». Que habiendo crecido entre grandes coches «conducía un Toyota».
A parte de incluir grandes modelos, como el Ferrari 250 GT Speziale Italia – del cual solo existen cuatro unidades – lo que realmente guardan Kika y Joao como un auténtico tesoro son las historias que hay tras algunos de ellos. Por ejemplo, la forma en que consiguieron el Mercedes-Benz Gullwing 300 SL de 1956 – más conocido como alas de gaviota. «Es una de las joyas de la corona, que mi padre consiguió, no sé cómo, por piezas, sin motor, sin capota… una cosa loca». Efectivamente, un artista. O cuando desenterraron – literalmente – un Peugeot Eclipse. «No sabemos si lo enterraron en la II Guerra Mundial o cuándo. La cosa es que la capota no existía, pero tuvimos la suerte de dar con un chapista que tardó dos años en hacer la capota perfecta. Hoy ni se nota, hace “clac” y encaja perfecta».
La moda empezó por una maleta de sombreros
La historia de cómo la alta costura se abrió paso entre los coches cerró el círculo de un legado familiar dedicado a la industria textil. «El primero en interesarse por la moda fue nuestro padre. Primero compró una maleta con sombreros. Y como le encantaron, siguió comprando más sombreros y más sombreros y más sombreros…» cuenta Kika. A lo que Joao añade «con la moda, él supo conectar el origen de la familia con su pasión. Hace que sintamos la vibración de la historia de la familia a través de nosotros».
Hoy la colección cuenta con más de 500 piezas de firmas como Balmain, Jean Louis Scherrer, Chanel (by Karl Lagerfeld), Christian Lacroix, Dior, Givenchy… De todas ellas destacan dos modelos: el más valioso en términos monetarios, un Louis Féraud, plateado y bordado con motivos étnicos en tonos dorados, azules y rojos.
Y el más especial. Un Mugler negro para el que Joao cortó a su hermana y añadió: «a ella es a quién mejor le queda». Compartiendo así una anécdota de los inicios del museo, en la que Kika y su padre – cámara en mano – grabaron un vídeo promocional donde ella lucía este icono.
Museo en la actualidad
Kika, Joao y su madre son quienes dan forma y dinamizan toda la agenda que concurre en el interior del museo. Una labor a primera impresión casi imposible, teniendo en cuenta las residencias de Kika y Joao en Los Ángeles y Portugal, respectivamente. Pero que es posible gracias a su equipo – una de las tantas lecciones que les dejó su padre antes de fallecer en 2023.
«Contamos con los mejores, un equipo excepcional, que nos está haciendo que la marca del Museo sea conocida y llegue a mucha más gente», señala Joao. «Tiene que estar en todos los aspectos. Desde los carroceros que nos ayudan a que hoy los coches estén como están hasta quienes nos ayudan a dar a conocer la marca y que hoy más y más gente venga al museo».
Entre las próximas fechas se encuentra su anual MAM Fashion Forum, un espacio de debate y diálogo para conversar sobre las corrientes de la moda y que este año rinde homenaje al street wear. Eventos que conviven en la agenda con exposiciones temporales, entre las que próximamente podremos ver a Agatha Ruiz de la Prada.
Y de las que ya han formado parte firmas como Porsche, con su modelo Porsche 911, con una retrospectiva de los diferentes diseños que la firma alemana ha diseñado bajo este modelo, lanzado por primera vez en 1964. Son ya un hot point para la jet set del lujo. Y aún a día de hoy se siguen emocionando con el recibimiento de la gente a su gala de aniversario. «Es nuestro evento más especial del calendario y… la verdad es que nos encanta que quiera venir toda la gente».
Ya con la colección asentada, Kika y Joao nos cuentan que la proyección actual del museo es «trabajar la empresa, el equipo… Queremos abrirnos a la ciudad, adaptarnos a todo lo que ocurre en ella». Incluso sus espacios se pueden alquilar para la celebración de eventos privados o bodas. Aunque sin olvidar que «el foco principal siempre serán los automóviles y la moda», recalcan los hermanos Magalhães.
Con la idea de futuro y siempre de hacer crecer la marca y poder llegar a exponer parte de su colección en algunos de los grandes museos internacionales. En mente tienen ubicaciones como el Petersen Automotive Museum de los Ángeles, el Museo del traje de Madrid incluso en París «donde hay una moda increíble», añade Kika. Para explicar a la gente «la historia conjunta de la moda y el automovilismo. Que la gente comprenda cómo cuando un coche cambiaba, también hacía que la moda cambiase también».
