Hay algo que está cambiando la relación entre las marcas y las personas. Basta con caminar por cualquier ciudad: arte en las fachadas, en los lobbies de hoteles, en los salones de casa. El arte nos rodea y, más que nunca, se ha convertido en una herramienta de comunicación poderosa, y quienes saben traducirlo se han vuelto imprescindibles. Las consultoras culturales como Inés Muñozcano y Ana Ortiz, fundadoras de Frenesí Fine Arts, no sólo interpretan el arte: lo convierten en mensaje. Hemos hablado con ellas para descubrir el papel del arte actual en la sociedad y la previsión que los expertos tienen sobre este territorio.
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Por mucho que convivamos con el arte, hay hilos invisibles que lo armonizan todo. Aquí entra el papel de las consultoras de arte, piezas clave para que cada obra encaje en su lugar perfecto. Y al acercarnos a estas profesionales hay una primera pregunta que se nos viene a la mente: ¿Cuál es el trabajo de una consultora de arte?

«Nos ha costado un poco definir lo que hacemos, porque realmente nuestro trabajo abarca muchos campos», contesta Inés Muñozcano. Completando su respuesta (porque, sí, la complicidad entre ambas socias se nota nada más escucharlas al hablar juntas), Ana Ortíz añade que «lo que sí es cierto es que es fundamental que la gente que gestione proyectos culturales de arte, sepa de arte. Que pueda hablar, conocer y conectar con los artistas y las identidades».

Se conocieron en la universidad y fundaron esto en la pandemia. «Decidimos unir fuerzas y empezar proyectos de arte a medida». En su caso, definen su labor con tres patas: estrategia, comisariado y gestión de proyectos. Claro que luego hay proyectos todo en uno, como Abadía Retuerta, su primer cliente.

También tenemos otros proyectos como Anti Petra, con la Mediterranée y con Galería Arniches 26. Al igual que con Galerías Canalejas, que actualmente expone WAU, la exclusiva colección de cerámica de Marina Anaya. Entre sus últimos proyectos se encuentra su comisariado en el Gallery Weekend, que tendrá lugar el segundo fin de semana de septiembre, coincidiendo con la inauguración conjunta de la temporada.
«El arte no es algo meramente estético: nos sirve de motor de cambio, para comprender qué es lo que verdaderamente está pasando»
Pregunta: ¿Cómo se crea una identidad de arte para clientes como Abadía Retuerta?
Ana: Lo primero es conocer lo que tienen de base. En este caso, la primera obra de Miguel Marina que adquirieron en 2020 fue la excusa perfecta para continuar esa línea de arte contemporáneo. Nosotras vimos una abadía del siglo XII que no había parado de evolucionar en los últimos siglos. Quisimos reflejar esa evolución constante en nuestro plan estratégico.

P: ¿Qué papel consideráis que tiene el arte dentro de los espacios que quieren atraer nuevos públicos?
Inés: Es fundamental y, de forma aparentemente natural, todo está integrado en el arte. Incluso en espacios públicos, algo que en España se nos ha resistido un poco si lo comparas con otras ciudades europeas.
A: Tiene cierta visión estratégica, que te ayuda a comunicar de una forma creativa tus pilares. Como una herramienta de comunicación con la que puedes expresar cosas que de otra forma resultan más complicadas de entender, o de captar la atención sobre ellas. Algo que quizás se nos había olvidado y que se está recuperando es que la experiencia estética es muy importante y ahora las marcas también lo han entendido.
I: Además, ayuda a perpetuar la experiencia en un lugar: la gente pasa más tiempo en un espacio. Y consigues retorno. Si mantienes el espacio estéticamente vivo puedes encontrar una herramienta muy fuerte para fidelizar al público.

«Ahora las marcas también han entendido que la experiencia estética es fundamental»
Pregunta: Ahora ves en las calles proyectos que comunican de forma global los espacios, ¿creéis que Madrid está preparada para este cambio o está siendo ya partícipe de esta evolución?
I: Madrid ahora es destino de lujo, la estrategia de turismo va por esta línea y ahora está completamente concebido que el arte debe estar presente. Una de las cosas más importantes de Madrid son sus museos. Ya no sólo los de obra clásica, también los de obra contemporánea, las galerías de arte… El arte contemporáneo ahora mismo es un llamado al turismo de Madrid.
A: Hoy el arte no es para un cliente concreto: repercute en la ciudad en general. Incluso desde las instituciones públicas se está cuidando de que la oferta que haya sea de calidad y de visibilidad a la calidad de los artistas que tenemos en España.
P: ¿Qué nuevos formatos están surgiendo en el panorama artístico actual?
I: Nos estamos encontrando con proyectos que no están nada vinculados con el arte inicialmente, que lo que quieren es hablar de gastronomía, de un producto, de diseño… que están incorporando una línea de arte para ayudar a contar realidades de otra manera. Y nos llaman porque ya se están dando cuenta de que esos proyectos necesitan de formas de contarlo.

«Con las empresas hacemos ‘staff training’ para que el equipo entienda por qué es importante convivir con las obras»
P: ¿Por qué creéis que está ganando tanto valor el arte dentro de todas las ramas de la cultura?
I: Estamos viviendo tiempos muy convulsos y el arte no es algo meramente estético: nos sirve de motor de cambio, para comprender qué es lo que verdaderamente está pasando. Es un creador de experiencias más humanas, individuales y también colectivas, generando comunidades, algo que ahora necesitamos desesperadamente. Vivimos en un mundo muy frío y necesitamos que nos den algo más.
A: Para eso están las humanidades en general, donde nos estamos empezando a dar cuenta ahora de que el arte llevaba unos años sin estar en el sitio cultural que realmente se merece. De repente ves que vuelven ciertas cosas que habíamos dejado de lado y que resultan fundamentales para comprendernos.
P: ¿Qué veis en Madrid que ha evolucionado respecto a otros lugares?
A: Sobre todo la colaboración público-privada. No está el arte institucional y el empresarial, aquí hay un ecosistema de la ciudad que hay que mantener. Incluidos todos los agentes: desde los museos públicos hasta los hoteles de lujo. Sobre todo en lo personal. Ahora hay un efecto llamada” que está incitando a la gente a comprar arte.

«Hoy el arte no es para un cliente concreto: repercute en la ciudad en general»
P: Entrando en vuestro papel como consultoras y comisarias de arte, ¿Cómo es el tipo de perfil que acude al comisariado de arte?
A: Principalmente es una institución pública. Luego hacemos mucho trabajo de coordinación en museos, que necesitan coordinar sus proyectos. Aunque también dentro de particulares trabajamos con colecciones que quieren control a la hora de exponer obras en el extranjero o intermediación en la compra/venta de obras. Y mucho perfil joven con ganas de comprar nuevas obras. Con este tipo de perfil no es algo que hagas con una pantalla desde una mesa: les contagiamos nuestro entusiasmo porque vamos con ellos a visitar obras, a conocer espacios, artistas…
I: Siempre te vienen con inseguridad y te preguntan “¿Crees que puedo comprar?” Y obviamente todo el mundo puede. Es como quien dice “Yo no sé de arte, pero quiero saber”.
P:¿Cómo creéis que se puede ayudar a la gente a entender el arte?
I: Al final es como todo, cuanto más arte ves, menos explicaciones necesitas. Nosotras cuando trabajamos con empresas hacemos un staff training para que el equipo entienda por qué es importante convivir con las obras.
P: ¿Dónde os gustaría veros?
A: Rodeadas de arte. Hemos crecido muy poco a poco y en ocasiones ha sido frustrante, aunque nos ha ayudado a asentar los cimientos. Así que ahora solo nos queda seguir creciendo. Siempre con el foco en poder hacer proyectos fuera. México, por ejemplo, nos apetece mucho.