Madrid tiene dos grandes pilares que la definen: la cultura y el lujo. Ya lo dijo el escritor Ernest Hemingway cuando afirmó que «Madrid rebosa literatura, poesía y música por sus cuatro costados, tanto que ella misma es un personaje artístico». Un personaje en cuyo carácter ha fusionado ambos pilares para ceder a las grandes marcas una vía para llegar a más personas. Y que está llevando a los artistas a crear un diálogo entre las ciudades, las marcas y sus ciudadanos a través del lenguaje universal del arte. A esta reflexión nos hemos acercado en una conversación con el artista David Magán.
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Actualmente, su obra se puede ver en varios espacios y eventos de Madrid, como Galerías Canalejas, donde acaba de inaugurar la exposición El Bosque de esculturas; ARCOmadrid, donde participa junto a Parra & Romero; y en UVNT Art Fair, en colaboración con Pep Llabrés. Recientemente ha inaugurado también la exposición colectiva Lo tienes que ver. La autonomía del color en el arte abstracto en la Fundación Juan March, donde participa con una pieza suspendida que entra en diálogo con grandes artistas del siglo XX; su exposición institucional más relevante hasta el momento.

Madrid, el centro cultural más grande de España
El informe Observatorio de la Cultura de la Fundación Contemporánea respalda con datos lo que muchos sabemos: que la ciudad de Madrid es el centro cultural más grande de España, lo afirma el 90,7% de los expertos encuestados. Contexto del que se ha hecho eco la industria del lujo. Últimamente vemos cada vez más espacios que están inaugurando exposiciones para atraer al público, lo que para David Magán representa «una evolución natural en la que el arte se erige como un lenguaje universal. Al colaborar con distintos sectores, se crean entornos que trascienden lo meramente comercial, ofreciendo experiencias significativas y emocionales».
Esta sinergia permite a las marcas «conectar de forma más profunda con su público, promoviendo una comunicación que va más allá de la publicidad tradicional y que enriquece la experiencia cultural colectiva», añade. Lo mismo defiende Eva Font de Mora, marketing manager de Galerías Canalejas. Recientemente han adquirido una visión más global y perfilada sobre el lujo, que hoy en día definen como «una experiencia integral que va más allá de la moda y la exclusividad», explica.

Exposiciones entendidas como una herramienta de interacción
Tanto el artista como las galerías entienden que el arte no solo debe formar parte de un espacio, sino una experiencia que permita al público interactuar con la obra, conectar con quienes lo visitan. Siguiendo este principio, David Magán ha tejido en el interior de Galerías Canalejas una obra donde el espectador se convierte en parte activa del recorrido. «La instalación invita a acercarse, caminar entre los tótems y descubrir cómo la luz, el color y la transparencia se transforman según el ángulo y la posición del observador. Cada módulo, concebido para funcionar tanto de forma individual como en conjunto, ofrece una experiencia de descubrimiento continuo, en la que la percepción del espacio se renueva con cada paso y mirada», explica Magán.

Precisamente esta interacción es la que ha dado forma y sentido a la nueva exposición del artista, El Bosque de esculturas. Dejando a un lado la idea previa de admiración para configurar un conjunto donde «la obra genera una experiencia sensorial y emocional que retiene la atención del espectador y despierta su curiosidad. Es, en esencia, una metáfora de cómo funciona nuestro pensamiento y de la constante transformación del mundo».
Aprovechando la capacidad del arte para atraer a públicos diversos que buscan algo más que una experiencia de compra convencional. En un entorno como el de Galerías Canalejas, «donde la excelencia y la exclusividad son protagonistas, el arte se convierte en un puente que conecta el lujo con la cultura», subraya Font de Mora.
Una relación que tiene una doble vertiente: «Ceder el espacio a artistas para, no sólo dinamizar el espacio, sino también crear un entorno inspirador que invite a nuevos perfiles de clientes» y a la vez «ofrecer un diálogo único entre el arte y las marcas de prestigio», explica Eva Font de Mora.

La exposición representa la exploración por la luz y el color del artista, a través de formas geométricas dispuestas en módulos de metacrilato que crean una composición dinámica que varía en función del punto de vista del espectador. La estructura vertical refuerza la conexión entre el cielo y la tierra, mientras que la repetición de los módulos permite un sinfín de combinaciones visuales que evocan la naturaleza en un lenguaje abstracto y contemporáneo. La exposición, que es puro lujo, formará parte de Galerías Canalejas hasta el próximo 3 de abril.