Se termina el verano y ya va siendo hora de pensar en recuperar la salud y belleza de la piel y el cabello después de haber quedado dañados debido al calor y la exposición solar. Para lograrlo, el aceite de argán será un buen aliado. Entre sus veneradas propiedades, en relación al rostro y el pelo, se encuentran las de la nutrir e hidratar. Enumeramos las razones por las que deberías incluirlo en tu ritual de belleza.
Calmante y antioxidante
El también llamado “oro líquido” de Marruecos, es rico en vitamina E y carotenos. Propiedades idóneas para reducir las manchas de la piel, más acusadas tras el verano.
También ayuda a disminuir la apariencia del acné siendo, a su vez, bueno para prevenir las estrías. Su acción antioxidante es también notable. Contiene betacaroteno, lo que ayuda a frenar el envejecimiento prematuro.
Adiós rojeces
Otra de las propiedades de este aceite, cada vez más habitual en la cosmética, es la de calmar la piel irritada. A su vez, los ácidos grasos y la vitamina E que contiene ayudan a tratar y reparar las pieles más secas y dañadas.
Un poderoso hidratante
Por si no fuera suficiente, todavía hay más cosas que el aceite de argán puede hacer por nuestra piel. Al ser rico en ácidos Omega 3 y 6 aporta toda clase de propiedades hidratantes, devolviéndole la vitalidad a la piel de cuerpo y rostro.
Reconstituyente capilar
Si tu cabello está dañado y necesita un extra de hidratación, el aceite de argán será un buen aliado. Ayuda a sellar las puntas abiertas y aporta al pelo brillo y vitalidad. Razones por las que es incluido en numerosos champús y tratamientos capilares, ideales para mejorar el aspecto y salud de las melenas más débiles y quebradizas.
Uñas más fuertes
Si tus uñas suelen romperse con mucha facilidad, este aceite es también un potente fortalecedor. No hace falta mucha cantidad, pues con una pequeña aplicación ya tenemos suficiente para que nuestras uñas se vuelvan más resistentes.