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Cómo despedir el año, según los psicólogos: «Escribir y quemar tus emociones ayuda a resetear la mente»

(Foto: Adobe Stock)

Despedir el año no sólo depende de sentarse frente a la televisión con 12 uvas y brindar con champán. La sensación de vacío o de dejar algo incompleto acompaña a muchas personas cuando despiertan la mañana del día 1 de enero, una cuestión que bien se ha abordado desde la psicología y que tiene su por qué. Y es que empezar el 2026 con buen pie también es algo que debemos trabajar a nivel personal para conseguir afrontar el año con nuevos retos y nueva motivación.

Adelantar la fecha del calendario es algo que hacemos de forma natural, casi sin darnos cuenta. Dentro de nuestra rutina, este gesto puede pasar desapercibido, atrapados por la rutina, sin embargo, el día de Año Nuevo adquiere un simbolismo mucho más marcado. Con ese gesto no sólo estamos dando la bienvenida a un nuevo día, sino diciendo adiós a una etapa y, ¿cómo podemos avanzar psicológicamente en este sentido? A través de la reflexión y los rituales terapéuticos.

Puede que no estemos familiarizados con esta expresión, pero la psicóloga María Pastor, experta en psicoterapia de familia y de pareja del Centro Más Psicología, habla de ellos por su poder para «ayudar a cerrar ciclos, dejar ir aquello que ya no nos sirve, y preparar nuestra mente y corazón para el nuevo año». 

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Cerrando el círculo

Ciertamente el cambio de año es algo más que abrir los ojos con una nueva fecha: supone un ritual social que ayuda a poner límites, a cerrar etapas y a dar pie a la reflexión. Una idea que desde el portal de Psicología Monzo asocian a la idea de cerrar un ciclo. Dar paso a que la reflexión te permita conocer en qué punto te encuentras, hagas acopio de cómo han sido las experiencias del año anterior y puedas sacar provecho y aprendizaje de ellas.

Si nos ponemos novelescos, diríamos que este cambio de año es el momento en el que los personajes encuentran su moraleja. Porque de eso se trata, de sacar la moraleja del 2025 para tomar con una actitud positiva y enriquecedora los pasos del 2026. 

Es más, la psicología defiende que las personas necesitamos respuestas, sentido y finales, porque la incertidumbre genera malestar. Podemos encontrar este planteamiento en la teoría del cierre cognitivo de la psicóloga Arie W. Kruglanski, que habla del deseo de obtener una respuesta firme a una pregunta y evitar la confusión o la duda, que se vuelve más significativo en momentos como el cierre de año. 

Según Kruglanski, la falta de cierre genera ansiedad, aumenta la rumiación mental, dificulta la toma de decisiones y mantiene a la persona «atrapada» en el pasado. Mientras que todo ello atrapa la mente en un estado de «congelación» donde sólo da pie a los malos pensamientos, cuando una persona da sentido a lo vivido e integra el aprendizaje, libera recursos mentales para fijar nuevas metas con mayor motivación y menor ruido emocional.

Céntrate en lo positivo

Si hablamos de moraleja es centrarnos en la idea del progreso, porque en este punto no debemos caer en la trampa de regodearnos en las malas experiencias, sino en seguir con lo que la psicóloga Marian Rojas defiende como «optimismo inteligente«. Esta teoría compartida a través de sus redes no lleva implícita la idea de olvidar las malas experiencias, sino, más bien, un trabajo de reflexión sobre estas para afrontar los aprendizajes con buena actitud.

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Como dice la psicóloga, «la felicidad no es lo que nos pasa, sino cómo interpretamos lo que nos pasa». Y en esta línea defiende que muchas veces el progreso a la hora de cerrar metas no se encuentra en la suma de éxitos, sino en el desarrollo del poder de la resiliencia para superar los momentos complicados adquiriendo de ellos los aprendizajes necesarios.

Reflexiona sobre lo sucedido y libera tu mente de sentimientos o pensamientos para dar paso a otros nuevos para así poder despedir el año de forma sana. Un ejercicio recomendado por los psicólogos para poder hacer este ritual es escribir en un papel todas esas emociones que identificamos tras la reflexión para, a continuación, quemarlo. Es un proceso principalmente simbólico pero que puede ayudarte a resetear tu mente para centrarse en avanzar y evitar estancamientos mentales.

Ponte metas

Edwin A. Locke y Gary P. Latham fueron los primeros en psicología en hablar y desarrollar la teoría del establecimiento de metas, que hoy recoge su publicación A Theory of Goal Setting & Task Performance. La idea que recoge, en esencia, es sencilla y defiende que las metas orientadas a «lograr lo mejor» ayudan a conseguir un mayor rendimiento. Además, que la dificultad de la meta también determinará la dificultad del camino a recorrer, es decir, que cuanto más difícil sea la meta, mayor será el esfuerzo.

Pero a grandes metas, puede haber grandes desesperaciones, y eso puede no siempre jugar a nuestro favor si en el camino caemos frente a la frustración. ¿Cómo puede ayudarnos ponernos nuevas metas para avanzar? Aquí encontramos otra de las grandes teorías desarrolladas por Edward L. Deci y Richard Ryan, que nos habla de la motivación intrínseca. Es decir, de utilizar la reflexión que habías hecho previamente para establecer unas metas con las que te sientas identificado y motivado.

Es importante para despedir el año estar alineado en la toma de decisiones con tus propias metas y tu propio beneficio así que, aunque parezca repetitiva la idea de reflexionar, es clave para identificar tu estado y poder avanzar. Reconocer tus logros y aprendizajes te ayuda a aumentar tu confianza y a valorar tu crecimiento, por eso la psicóloga María Pastor recomienda realizar un listado de logros y aprendizajes que te permita ser testigo del progreso de tus metas.