La princesa de Gales, Kate Middleton, está a punto de lograr un hito histórico al convertirse en la primera princesa de Gales desde 1910 en otorgar órdenes reales, según informa The Times. Un hecho que, de ser así, simboliza un importante paso en la redefinición de su papel dentro de la Casa Real británica. Conversamos con Ana Polo Alonso, experta en realeza y autora de La Reina: La increíble vida de Isabel II, para entender el impacto de este movimiento.
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Una orden real es un reconocimiento otorgado a personas o empresas que han proporcionado bienes o servicios de manera regular a la Casa Real.
Históricamente, su relevancia es más simbólica que práctica. Como explica Polo Alonso, «realmente es un tema protocolario que no tiene gran impacto en el día a día, pero tiene un peso simbólico enorme. Demuestra un cambio en la relevancia de Kate dentro de la familia real».
El derecho a otorgar órdenes reales ha estado tradicionalmente reservado a figuras como la Reina Isabel II, la Reina Madre y el Duque de Edimburgo. Actualmente, existen más de 800 titulares de órdenes reales, un número que refleja la capacidad de la monarquía para reconocer contribuciones significativas a las industrias y habilidades británicas.
«Este paso marca el surgimiento de una Kate Middleton más ejecutiva y visible que asume un protagonismo mayor»
Según Ana Polo Alonso, «este paso marca el surgimiento de una Kate más ejecutiva y visible que asume un protagonismo mayor, redefiniendo lo que significa ser princesa de Gales. Esto también subraya que el Rey Carlos le está otorgando un papel destacado como la primera mujer del reino».
La experta también señala que este hito refuerza la importancia de Kate en la estructura dinástica: «Es un paso hacia adelante que subraya la tensión entre las dos cortes: la de Guillermo y la de Carlos. Este movimiento posiciona a Kate como una figura clave en el futuro de la monarquía, a pesar de las dinámicas internas.”
«Es una declaración de intenciones que refuerza su papel como futura reina consorte»
El Rey Carlos comenzó a otorgar órdenes reales en 1980, cuando era Príncipe de Gales, pero esta práctica no se extendió a la princesa Diana tras su matrimonio en 1981. Esto convierte el gesto hacia Kate en un reconocimiento significativo y un cambio notable en las tradiciones de la Casa Real.
Para Polo Alonso, el hecho de que Kate Middleton esté retomando esta práctica tras más de un siglo no es un simple detalle protocolario: «Es una declaración de intenciones que refuerza su papel como futura reina consorte. A pesar de que las órdenes reales no transforman la dinámica cotidiana de la monarquía, este movimiento refleja una voluntad de modernizar el rol de la princesa de Gales, dotándolo de mayor relevancia institucional».
Con la reina Camila manteniéndose en un discreto segundo plano, Kate Middleton parece estar asumiendo el papel de «primera mujer del reino». Polo Alonso concluye: «Estamos ante una etapa en la que Kate no sólo consolida su lugar en la historia de la monarquía, sino que también redefine lo que significa ser una princesa en el siglo XXI».
