Amaffi, el exclusivo perfume que usaba Napoleón y cuesta más de 5.000 euros
El mundo de las fragancias es toda una oda a la alquimia. Es muy complicado crear un equilibrio de matices, en el que diferentes aromas, muchos de ellos que no conjugan entre sí, terminen creando un perfume que embriague los sentidos y combine con nuestra piel. Dentro de este universo existen dos mundos, el de los perfumes de creación popular y los perfumes creados por artesanos de la profesión. Los suizos saben muy bien de qué hablan, puesto que sus perfumes están calificados como los mejores y más exclusivos del mundo. El ejemplo lo hemos visto en esta marca que, para muchos, es desconocida, pero para los expertos en este nicho es una oda a la exclusividad. Esta es Amaffi, la marca de perfumes que usan las millonarias.
Si nos hacemos la pregunta de ¿qué es un perfume?, la respuesta puede ser muy complicada, pero si lo definimos en una palabra, lo denominaríamos como un viaje. En la pasada década hemos podido ver cómo el mundo de la perfumería subía como la espuma y casas como Orto Parisi, Penhaligons, ByRedo o la presente, Amaffi, comenzaban a conquistar las mejores narices del mundo, y su esencia estaba en la piel de las mujeres más elegantes.
Fundada en Suiza hace casi una década, la casa ha extendido sus aromas por Londres, Singapur y Nueva York. Sus espacios están inspirados en la decoración del huevo de Fabergé, combinado con la esencia de las discotecas de Mónaco, es decir, todo dorado, cristal y muebles lacados en negro para crear una experiencia de compra que sea íntima y de puro lujo.
La experiencia no se queda sólo ahí, puesto que los botes en los que se alberga la esencia son auténticas obras de arte que cuentan con ornamentaciones hechas con cristal de Swarovski. Puedes observarlos pero no tocarlos, puesto que están almacenados en vitrinas de cristal con luces que se mezclan con el ambiente tenue del espacio. En definitiva, se podría decir que son el caviar de Beluga de los perfumes.
Los estándares de la marca son muy poco vistos en la industria, puesto que es muy complicado fabricar un perfume con una base de ingredientes naturales. En los perfumes comunes se utiliza un tipo de molécula sintética que hace que los aromas se combinen entre sí, mientras que en esta marca no es así.
Uno de los ejemplos es el agua de rosas que produce la marca que, en realidad, estás oliendo varias toneladas de flores que han sido destiladas y embotelladas sin ningún material artificial. A diferencia de muchos perfumes, sus formulaciones no contienen agua, lo que es curioso porque eso puede debilitar el impacto de una fragancia. Todo ello se remonta a la antigüedad, cuando la única forma de hacer perfumes era artesanalmente y estaban reservados a una minoría muy selecta.
Bajo su esencia se esconde la herencia, y la fundadora y homónima es una mujer conocida sólo como Madame Amaffi, quien, según un comunicado, se inspiró para lanzar su propia compañía de fragancias después de que su bisabuela le contara un viejo secreto familiar.
Cuenta la leyenda que una de las mujeres que forman parte de los antepasados de Madame Amaffi trabajaba como perfumista cuando Napoleón la contrató para que trabajara exclusivamente para él. El líder de Francia, conocido por su pasión por los perfumes, pidió probar algunas fragancias. Quedó tan deslumbrado con Amaffi que se le ordenó que se uniera a él en la corte para crear una fragancia personalizada que se convertiría en parte de su identidad inmortal.
Napoléon quedó cautivado por este aroma que no se parecía a ningún otro en el mundo. Ordenó al perfumista que mantuviera su composición en secreto y que no permitiera que nadie más la oliera hasta que él la usara. En agradecimiento, colmó al maestro perfumista de recompensas y honores por la creación de este perfume exclusivo que lo hizo sentir empoderado e inspirado.
La historia y las curiosidades que esconde la marca van implícitas en los aromas de sus perfumes, tanto que hay creaciones que puedes encontrar a partir de los 5.000 euros. Una marca con una cuidada carta de presentación que sólo la pueden llevar algunas de las mujeres más adineradas del mundo.