El 28 de agosto comenzó una de las muestras cinematográficas más importantes del mundo y decenas de caras conocidas pasean por su alfombra roja envueltas en sus mejores galas. El Festival Internacional de Cine de Venecia es una de las muestras más antiguas que existen y, desde su comienzo en 1932, no sólo hemos podido ver la evolución del arte de la cinematografía, sino que nos ha mostrado un crecimiento en el mundo de la Alta Costura. En esta 81ª edición del Festival de Venecia hemos visto cómo la moda sigue cobrando protagonismo y Nicole Kidman nos lo ha demostrado.
Los últimos días hemos visto cómo actrices de gran calibre han paseado delante de las cámaras con estilismos de todo tipo, pero con un factor común: han dejado al público con la boca abierta. Desde Cate Blanchett a Angelina Jolie, los objetivos han retratado a grandes personajes de renombre y los focos han conseguido resaltar una belleza vestida de pasarela.
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Es bien sabido que la protagonista de Moulin Rouge es una gran amante de la moda y la seguridad en sí misma no le hace tener miedo a los riesgos estilísticos. Para acudir a la alfombra roja de la presentación de su último trabajo, Babygirl, la actriz australiana se ha decantado por una silueta muy arquitectónica firmada por la casa francesa Schiaparelli.
Como muchos saben, la marca tuvo un gran éxito en el siglo XX y la italiana Elsa Schiaparelli fue una de las principales rivales de Coco Chanel. Se convirtió en el emblema de la modernidad de la época y consiguió reformular los códigos de la moda, pero el avance sucedió demasiado temprano. Con el tiempo, la marca ha recuperado su fuerza y es una de las presentaciones más esperadas en cada temporada.
Hay una cosa que pervive en sus creaciones, y es la imaginaria línea que conecta la moda con las formas arquitectónicas, que consigue llevar cada pieza a otro nivel. El vestido que luce Nicole Kidman es un claro ejemplo y lo pudimos ver en el desfile de alta costura de Otoño-Invierno 2024-2025.
Creado por la mente imaginaria de Daniel Roseberry, director creativo de la marca, vemos una estructura que define perfectamente la figura de la actriz y nos evoca a ese glamour que brillaba en Hollywood en los años 50. Como protagonista, vemos un corpiño en color beige que sube por encima del pecho, dejando ausente el escote, partiendo a través de una asimetría ancha que termina en un corsé que se ajusta a su cintura.
Todo ello se acompaña de una pedrería que comienza de forma sutil y aumenta su presencia según baja hacia la cintura, para terminar con brillantes blancos que dan paso a una falda negra, como si de gotas de lluvia se tratara.
Las joyas que ha llevado Nicole Kidman en este Festival Internacional de Venecia son de Roberto Coin, las cuales complementan el vestido y atribuyen esa personalidad adicional que regala una fuerte presencia a la actriz. A través de unos elegantes pendientes terminados con una sutil perla y un juego de anillos de plata con piedras preciosas, la australiana ha conseguido deslumbrar al mundo y demostrar que sigue siendo una de las mujeres con más estilo.
