Todo al oro, la tendencia más ‘glam’ de esta temporada
El dorado, también llamado amarillo anaranjado, es un habitual en los desfiles de moda. Muchas marcas lo presentan junto a otras combinaciones de tonalidades y no se presenta porque sea un color llamativo y, para muchas, representativo, si no que se muestra con un objetivo. Para entenderlo, nos tenemos que remitir al año 1300, cuando aparece el primer término del uso de la palabra dorado. Su principal uso se daba en el arte, que se suele utilizar un tinte metálico que luce de forma aproximada a como lo hace el oro real. El oro real, representado en forma de hojas de oro, se usaba para representar un color más distintivo, especialmente en el arte sacro de las iglesias cristianas. Más tarde, se va incorporando en los tejidos de las prendas de los más pudientes, ya que se comenzó a utilizar con el objetivo de demostrar poder, seguridad, riqueza y lujo. La ostentosidad estaba a la orden del día y se comenzó a aplicar no solo en las prendas, si no también en accesorios.
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Con el paso de los años, ha ido evolucionando e incorporándose a la moda diaria, bajo una demostración intrínseca de abundancia, riqueza, seguridad y poder, por lo que podemos observar que su motivo de demostración directa no ha cambiado. Grandes casas como Ellie Saab, Versace, Chanel, Gucci y otras muchas, incorporan la tonalidad en sus prendas y sus accesorios, en mayor o menor medida.
Bajo este pretexto vamos a analizar cómo poder usar este tono en boga de la empoderación y la elegancia vista.
Los detalles en las prendas atribuyen una personalidad adicional al estilo que estés llevando. Desde hilo de oro incorporado en los tejidos de tweed, hasta motivos en clave mini, con forma artística, que otorga un punto de visibilidad al look, pero siempre de forma ligera.
En muchas ocasiones los accesorios atribuyen personalidad, aun así es importante llevar un look básico para que el bolso de mano o el complemento dorado atribuya ese extra que buscamos.
Si lo complementamos con otra prenda que supera en intensidad de color, por separado, uno de los dos debe destacar, pero debemos evitar que se complementen, ya que si no el exceso se va a hacer con el poder visual.
Las prendas en dorado, ya de por sí, tienen una personalidad que roban la vista de cualquier outfit. Se pueden poner de diferentes maneras, pero siempre con un punto neutro por detrás. Se puede llevar de forma básica con una camisa en blanco o negro, con pequeños detalles que lo complementen como accesorios minimalistas o cinturón fino con detalles dorados en negro.
A su vez, la fusión de los dorados se puede dar de una forma lógica. La tonalidad y la intensidad del brillo tiene que ir aunada para crear una fusión entre la prenda y el accesorio.
Muchos creadores como Paco Rabanne, en el año 1968, creó uno de sus vestidos icónicos que ha escrito importantes lineas en la moda e incluso, lo que posteriormente ha dado lugar a que Ellie Saab o la mismísima Donatella han aplicaran el dorado en sus colecciones, todo ello mostrando un sinónimo de elegancia que va de la mano con la palabra lujo. Solo con un vestido, se puede representar el poder de la ostentación y destacar la elegancia.