Madame Grès, la diseñadora de moda que vistió a la mujer de diosa griega
Tras ser subastadas 120 piezas de alta costura de la diseñadora Madame Grès, no hemos podido evitar recordar lo que supuso su obra en el mundo de la moda, considerada como ‘la escultora que convirtió el vestido en una obra de arte’. Conocida también como Alix Barton, hizo del drapeado y los detalles cut out su técnica maestra, así como su principal sello de identidad. Su forma de trabajar la tela ha pasado de generación en generación, hasta tal punto que muchos diseñadores en la actualidad se inspiran en sus creaciones para crear exquisitas prendas, Yves Saint Laurent o Azzedine Alaïa… Recordamos la obra de la diseñadora que vistió a la mujer de diosa griega.
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Cuenta Didier Grumbach en su libro ‘Memorias de la moda’ que Madame Grès «era absolutamente fascinante». El empresario francés que impulsó el prêt-à-porter la conoció siendo muy joven. «Tenía un pequeño cesto de alfileres que iba cogiendo y colocando. El movimiento de la mano era perfectamente regular, automático. Uno no entendía cómo lo hacía, pero poco a poco la prenda tomaba forma ante nuestros ojos».
De escultora a modista
Alix se formó como escultora especializándose en la cultura griega y el minimalismo, corrientes que se reflejan en cada uno de los diseños. En 1924 empezó a trabajar como ayudante en el taller de la maison Prémet, en la Palace Vendôme, y seis años después abrió su propio taller junto a su socia Julie Barton.
Así nació la maison Alix Barton pero pronto los inversores se decantaron solo por Madame Grès. De manera independiente empezó a destacar por el uso de materiales novedosos en aquella época, como el jersey de seda, el mohair o el satén encerado.
Su boutique, en el número 83 de la Rue Faubourg-Saint Honoré, se convirtió en la favorita de la alta sociedad parisina. Sus diseños eran únicos gracias a sus míticos plisados que imitaban los pliegues de las túnicas talladas en mármol de la Antigua Grecia.
En busca de la perfección
La diseñadora de moda se marchó a Haití cuando estalló la II Guerra Mundial y no regresó hasta 1942. Aquí es cuando comienza su etapa como Madame Grès, nombre que adoptó de su marido. Las nuevas prendas fueron acogidas con gran éxito y pese a resistirse a entrar en el mundo del prêt-à-porter, en 1980 presentó su primera y única colección. Siempre solía decir que «solo la perfección hará que una prenda viva de una temporada a la siguiente».
Las 120 piezas que ha subastado Cornette de Saint Cyr pertenecen a esta época, la comprendida entre 1942 y 1987. «Son verdaderas obras de arte que revelan un extraordinario trabajo de ejecución», expresa Hubert Felbacq, jefe del departamento de moda y alta costura de la casa de subastas.