Lo que no puede faltar en tu rutina de verano, según un experto: «Más antioxidantes y protección solar»
Que la piel tiene memoria no es una afirmación hecha al azar. Es más, no sólo tiene esa cualidad, también tiene la capacidad de vengarse ante los malos hábitos que la vibra veraniega nos lleva a acometer contra nuestra piel. Por eso, lo mejor es hacer acopio de los consejos de los dermatólogos para nuestro rutina facial y evitar con ello una respuesta negativa de la piel ante esta estación del año.
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En verano, la piel cambia sus prioridades y esto debe verse reflejado en la forma en la que configuramos la rutina facial. Estefanía Nieto, directora dermocosmética de Medik8 subraya que, con el calor, «sudamos más y estamos más expuestos al sol, así que es prioritario hidratarnos y controlar esa grasita a la vez que protegemos la piel de una manera rigurosa».
Además, exponemos a nuestra piel a factores dañinos que no están presentes durante el resto del año. Tales como la radiación UV, el cloro, la sal del mar y los cambios de temperatura que pueden generar una respuesta negativa en la piel. «Estos cambios pueden sensibilizar la piel, así que necesitamos calmarla y reforzar la barrera cutánea. Es decir, necesitamos fórmulas que nos hidraten pero que no pesen, más antioxidantes y mucha protección solar». afirma Estefanía Nieto.
No falles con los ingredientes
Saber acertar con las formulaciones es lo más importante del skincare. Más incluso que respetar el orden y la aplicación de los productos, ya que en los activos que aportemos se encuentra la clave del éxito de cada paso que inculquemos a nuestra piel.
En verano, nuestra prioridad debe ser respetar la piel a través de estas formulaciones. «Buscamos ingredientes eficaces que no saturen la piel», explica Raquel González, cosmetóloga y creadora de Byoode. Ubicando algunos de los ingredientes estrella para poder llevarlo a cabo:
- El ácido hialurónico aporta hidratación profunda sin dejar sensación pesada.
- La niacinamida es ideal en esta época porque regula la producción de sebo, mejora la textura de la piel y tiene propiedades antiinflamatorias.
- Los antioxidantes como la vitamina C ayudan a combatir el daño oxidativo generado por el sol y mejoran el tono.
- Además de ingredientes calmantes como el aloe vera, el pantenol o la centella asiática, que reducen la irritación tras la exposición solar.
- Los retinoides, que nos van a ayudar a regenerar la piel y a reforzar la barrera.
Ordena y prioriza la rutina
Esta realidad también la extrapolamos al orden temporal en los mismos. Lo que quiere decir que debemos saber cuál es su orden en el día y en que rutina debemos incorporarlo: si por la mañana o por la noche.
En este aspecto, Mireia Fernández, directora dermocosmética de Perricone MD, subraya que «por la mañana, nos tenemos que centrar en proteger y preparar la piel para enfrentar la jornada». Aquí los antioxidantes (como la vitamina C o la niacinamida) «son nuestros mejores aliados: ayudan a prevenir el daño ambiental y potencian el efecto del protector solar. Por la noche, la rutina cambia hacia la reparación».
A lo que Patricia Garín, directora dermocosmética de Boutijour, añade que «por la mañana, bastan tres a cuatro pasos: limpieza, antioxidantes, hidratante ligera y protector solar». Mientras que por la noche, la clave está en limpiar bien, aplicar algún sérum de tratamiento y finalizar con una crema hidratante calmante o nutritiva. «No hace falta complicarse con mil pasos, lo importante es que, aunque estemos de vacaciones, sigamos manteniendo nuestra rutina de skincare».
La limpieza no entra en debate: es fundamental
La piel no perdona una mala limpieza. Aún menos en verano. «Ya sabemos que el protector solar es imprescindible todos los días, pero eso también implica que la piel acumula más residuos junto al sudor, la contaminación y el maquillaje», apunta Raquel González.
Para evitar que se obstruyan los poros o aparezcan imperfecciones, la cosmetóloga recomienda limpiar bien la piel, sobre todo por la noche. «Una doble limpieza (aceite + gel) es ideal para asegurarse de eliminar todo. Además, una exfoliación suave (ya sea enzimática o con ácidos suaves) una o dos veces por semana ayudará a mantener la textura de la piel uniforme y luminosa».
Después del daño, calma la piel en tu rutina
«Después de una buena limpieza, conviene aplicar activos que ayudan a calmar, regenerar y, si la piel lo tolera, renovar suavemente. Ingredientes como los ácidos suaves (gluconolactona, láctico) o los retinoides deben seguir presentes, a pesar de lo que la mayoría cree. Siempre finalizando con hidratación nutritiva que ayude a reparar la barrera», explica Mireia Fernández.