Cómo limpiar y cuidar la piel grasa adecuadamente
Si en algún aspecto coinciden las pieles mixtas y grasas es que durante los meses de verano, las imperfecciones mejoran notablemente. Esto se debe a que las propiedades antibacterianas, antiinflamatorias y deshidratantes del sol, producen una disminución temporal de las imperfecciones cutáneas. Este tipo de pieles son bastante habituales entre la población y tenerla no significa tener una piel acneica, pero evidentemente tiene una mayor tendencia a la aparición abundante de secreción sebácea. Si tienes la piel grasa este es el artículo que necesitas leer para aprender a cuidarla correctamente y evitar la deshidratación. Quédate con nosotros y sigue leyendo.
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Aunque el buen tiempo reduzca visiblemente las imperfecciones faciales, lo cierto es que durante una alta exposición solar la capa más externa de nuestra piel, donde se encuentran las células muertas, aumenta de grosor y provoca que los poros se obstruyan.Esto, unido al aumento de humedad que se produce con el sudor, da lugar a que los granos broten.
Asimismo, los cambios en nuestra rutina producen un efecto rebote y las pieles grasas experimentan un aumento de sebo produciendo la reaparición del temido acné. A ello, hay que añadirle el estrés del día a día y los cambios en la alimentación, todos estos factores empeoran dicha situación.
¿Qué significa tener la piel grasa?
Este tipo de pieles se caracterizan por tener poros dilatados y brillos por toda la tez (no solo en la zona T, ya que en este caso se trataría de una piel mixta). Suelen tener tendencia a experimentar puntos negros y granos y una textura poco uniforme.
Este tipo de piel suele producir un exceso de sebo. Este desajuste puede tener su origen en las variaciones hormonales, el estrés o la contaminación. A diferencia de la piel seca, en las pieles grasas las glándulas sebáceas aportan más lípidos de los necesarios. Este sebo sobrante origina un exceso de brillo en la piel.
De qué modo se limpia esta piel
La limpieza facial es la base del cuidado de cualquier tipo de piel, pero en el caso de las pieles grasas es fundamental hacerla más asiduamente y con productos adecuados. Es recomendable usar limpiadores destinados para pieles grasas, mixtas o con tendencia acneica. Estos productos llevan en su composición seborreguladores que ayudarán a regular la producción de grasa.
Además, suelen incluir varios compuestos con acción más calmante para evitar una mayor sequedad o irritación cuando la tez tiene lesiones causadas por el acné. Por ello, este tipo de limpiadores suelen contener ácido salicílico, ya que ayuda a limpiar el poro en profundidad.
Es fundamental realizar una limpieza profunda evitando un secado extremo ya que se podría producir un efecto rebote. Se recomienda terminar la limpieza con un tónico, mejor si contiene ácido salicílico, cuando se tiene el poro más obstruido.
Además, el uso de exfoliantes en este tipo de cutis debe ser más frecuente. Se aconseja una exfoliación cada 3 noches aproximadamente por semana en pieles grasas sin acné. También se pueden utilizar mascarillas con activos seborreguladores un día a la semana.
Normalmente, los productos más indicados para una perfecta exfoliación suelen contener ácido salicílico para pieles con poro marcado y acido glicólico cuando hay algún tipo de marca de acné.
Se aconseja finalizar la limpieza con un tónico, mejor si contiene ácido salicílico cuando se tiene el poro más obstruido.
Este producto tiene como objetivo regular el pH de la piel y conseguir una limpieza en profundidad del poro. Es importante aclarar que un tónico nunca reemplazará a un gel o un agua micelar.
Cómo hidratar la piel grasa
Los mejores productos para hidratar las pieles grasas son los oil free y no comedogénicos. Además, esos deben tener una textura fluida y ligera, ya que no aportan grasa ni brillos. Es aconsejable utilizar por la mañana un sérum seborregulador y una hidratante tipo gel.
Por otra parte, se recomienda usar por la noche algún activo destinado a mejorar y regular la creación de grasa: retinol, acido glicólico o acido salicílico.
