En un desfile que combinó delicadeza, fuerza y una visión futurista del diseño, Isabel Sanchís presenta su colección Primavera-Verano 2026 en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, dejando claro por qué se ha consolidado como una de las firmas más emocionantes del panorama actual. La colección, que explora la dualidad entre tradición e innovación, estuvo marcada por siluetas arquitectónicas, técnicas artesanales y un claro homenaje a la cultura japonesa. Desde el backstage, entre la emoción del equipo y el bullicio previo al desfile, tuvimos la oportunidad de conversar con Isabel Sanchís y Paula Maiques, madre e hija, codirectoras creativas de la firma. Su complicidad se traduce en una propuesta coherente, potente y refinada.
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Isabel Sanchís y Paula Maiques nos presentan su colección Primavera-Verano 2026
«Trabajamos muy bien juntas, nos equilibramos. La experiencia de mi madre aporta muchísimo, y yo intento sumar una mirada fresca desde el arte y el diseño», Paula Maiques
La relación de madre e hija es una de las claves del éxito de la firma. Se complementan con una mezcla de intuición, técnica y pasión. Isabel, con décadas de trayectoria, elogió la valentía de su hija:
«Muy valiente, muy trabajadora, está muy preparada. Se le nota. Somos un poquito demasiado iguales… pero eso también es bueno», Isabel Sanchís

Una colección inspirada en Japón y su equilibrio
La colección parte de un viaje a Japón, que despertó una profunda admiración por la estética y los valores de esta cultura. Paula Maiques traduce esta inspiración en prendas que oscilan entre la rigidez de la arquitectura y la fluidez de la tradición textil nipona.
«Exploramos valores opuestos: fluidez y estructura, lo tradicional frente a lo innovador. Nos interesaba ese contraste tan japonés entre pasado y futuro»
Las piezas mostraron siluetas de gran volumen, caracterizadas por cortes estructurados, superposiciones y plisados que recuerdan a los pliegues del origami. En contraste, tejidos ligeros como organzas y sedas volaban en la pasarela, evocando el movimiento del agua y la calma del paisaje japonés.

Bordados que cuentan historias
Uno de los aspectos más destacados fue la creación de tejidos exclusivos, con bordados inspirados en fresnos y murales japoneses. Lejos de lo ornamental, estas intervenciones textiles sumaron profundidad emocional y narrativa a cada prenda.
«Al crear los estampados, estás creando un tejido único que no se encuentra en otro lugar. Combinan muy bien con los bordados manuales, que aportan ese toque especial, muy personal y específico para cada pieza»
Cada vestido parecía narrar su propia historia, con una paleta cromática que iba del blanco marfil al negro intenso, pasando por verdes salvia, rosas empolvados y toques dorados que recordaban el arte kintsugi: la belleza de lo imperfecto restaurado con oro.
Tecnología y tradición: un diálogo necesario
Isabel Sanchís no teme mirar hacia el futuro. La firma incorporó en esta colección técnicas innovadoras como la impresión 3D y nuevos métodos de patronaje digital, sin abandonar la esencia artesanal.
«Uno de nuestros propósitos es siempre combinar la artesanía con la innovación. Hay cosas que deben seguir siendo hechas a mano, por artesanos. Pero no podemos olvidar la tecnología»