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Dr. Rafael Fernández: «Llevo más de 10.000 mandíbulas realizadas, todas con ácido hialurónico»

dr mandibula de diamante
(Foto: Dr. Rafael Fernández)
Lucía Lera
  • Lucía Lera
  • Periodista especializada en viajes, belleza y estilo de vida. Al salir de la universidad de Periodismo decidí hacer de mi vocación algo más que mi pasión: mi profesión. Desde entonces he podido compartir mis historias en varias cabeceras. Reafirmando a cada artículo que elegí el camino correcto.
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En el contexto de la medicina estética actual todavía existen ciertos tabúes a la hora de hablar de los procedimientos masculinos. Una realidad paradójica en el que las cifras y los estigmas sociales entran en debate y donde resulta crucial el rol de personalidades mediadoras en la democratización de la belleza masculina, como el Dr. Rafael Fernández. Más conocido por su procedimiento estrella: la mandíbula de diamante. Especializado en la marcación mandibular, sus clínicas concentran uno de los templos de la estética masculina más importantes de Europa. Pero, ¿cuál es la realidad detrás de uno de los procedimientos estéticos masculinos más demandados?

Un contexto a favor de la estética masculina

“El hombre hoy en día se cuida: antes, se enfocaba más al cuerpo, pero hoy también se cuida la cara. Hemos evolucionado y ahora se han quitado todos los tabús, sobre todo en España. Podemos decir que ese ego machista va quedando en el olvido”, explica el doctor Rafael Fernández. 

mandibula modelo
(Foto: Pexels)

En España, se han multiplicado por cuatro el número de hombres que se realizan cirugías estéticas. En cifras, el último informe de la SEME sacaba a la luz que un 45% de los españoles afirma haberse realizado alguna intervención estética. Más concretamente, hablando de pacientes masculinos, un estudio realizado por Teoxane junto a Nielsen reveló que 3 de cada 4 hombres españoles considera que es normal.

Dicha transformación ha adquirido en los últimos años una terminología neutra que refleja el trato al paciente, desestabilizando las barreras de género impuestas socialmente en este tipo de procedimientos. De hecho, hay países en los que se habla de masculinización y en otros, marcación”, subraya el Dr. Rafael Fernández. “Para mi este es el término correcto, ya que en este se habla de la técnica. Sin embargo, en muchas culturas hablar de masculinización resulta más efectivo para atraer a los hombres a las clínicas, ya que identifica de una forma más directa al género con el procedimiento. Por ejemplo, cuando creé la marca busqué un nombre neutral, con el que se sintieran cómodos los pacientes masculinos y femeninos. Decidí elegir el término ‘diamante’ por la importancia de los ángulos a la hora de llevar a cabo este procedimiento”.

dr mandibula de diamante
(Foto: Dr. Rafael Fernández)

Con una sólida formación académica y una valiosa experiencia internacional, el Dr. Rafael Fernández es uno de los perfiles más relevantes de la estética masculina nacional. Actualmente realiza consultas en Dubai, Madrid, Marbella y Barcelona, donde recientemente ha abierto su última clínica, e imparte ponencias por todo el mundo. Todas ellas llevando por bandera su técnica exclusivo, la marcación mandibular. “La gente no sabe que me llamo Rafaél, me conocen como el Dr. De la mandíbula”, explica el doctor.

Pregunta: ¿Cuál es el tipo de perfil de hombres en su consulta?

Respuesta: Actualmente, vienen por igual todo tipo de perfiles, independientemente de su orientación sexual, desde los 22 años hasta los 58. No hay una edad ni un perfil estándar. Quieren estar en innovación, siempre te preguntan por lo último, por lo más nuevo que ven en redes. Quieren todo lo que se hacen los actores y los artistas famosos

Cuando un paciente me viene diciendo que quiere quedar como un modelo siempre les digo: ‘vas a quedar super guapo, te voy a hacer una mandíbula perfecta, pero en tu cara. No en la cara del modelo’. 

P: ¿Cuál es el protocolo estético más demandado en su consulta?

R: Los hombres por lo general son un tipo de perfil que nunca se ha hecho nada, así que normalmente llegan a la consulta y dicen ‘¿Qué es lo que más me recomiendas doctor?’. Aunque el 95% de pacientes vienen a mi consulta para hacerse la masculinización facial

Hay que escuchar al paciente, yo no puedo llegar de entrada y decirle: ‘Te haría esto, esto otro’. No. Debes preguntarle: ‘¿Qué quieres mejorar de tu rostro?’, porque podemos crear complejos donde no los hay. Siempre debemos ponernos en el lugar del paciente: escucharlo y si nos pregunta qué más podría hacerse, enfocarnos en lo que el paciente necesite.

P: ¿El secreto (confesable) del éxito de su mandíbula de diamante?

R: Mi secreto está en la técnica, es una técnica que no utilizan otros médicos. Y, segundo, valorar que cada paciente es un tratamiento único, personalizado. Yo no puedo estipular ni el número de viales por cada paciente. Sí que tengo un mínimo de 8 viales porque debemos necesitar un resultado notorio, pero con un máximo de 10-12. 

He enseñado a muchos doctores y cada vez que me preguntan si no me da miedo enseñar mi técnica a tantos doctores digo no: Picasso enseñó a pintar a varios pintores y nadie pintaba como Picasso. Esto es así, es un don que no tienen todos los médicos. Cuando doy las formaciones siempre les digo que cuando están en la consulta con la cánula en la cara del paciente dejan de ser médicos para ser artistas plásticos, porque deben modelar una cara y cada una es distinta.

P: ¿Cómo es la sesión con sus pacientes?

R: Muchos pacientes vienen con temor, sobre todo cuando es la primera vez que se hacen algo. La seguridad de este depende mucho del tiempo que le dediquemos. Yo para hacer una mandíbula cierro en agenda 70 minutos. De esos 70 minutos, 50 minutos son solo para explicarle lo que le voy a hacer. 

En estos 50 minutos toca ayudar al paciente a que tome más seguridad, corregir muchas cosas, cambiarles ideas que tenían que no son las correctas… Esos 50 minutos son parte de un proceso en el que intentamos crear y ganar la seguridad al paciente para que dé el paso al ‘sí’. Ahí es cuando hay que esperar a que el paciente esté decidido y diga ‘sí doctor, me quiero hacer la marcación mandibular’.

Hasta la fecha llevo más de 10.000 mandíbulas realizadas, todas con ácido hialurónico. Solo debemos encontrar uno que no inflame.

P: ¿Cuál es el material empleado en la marcación mandibular?

R: Esta siempre se hace con ácido hialurónico. Para mi es la octava maravilla del mundo: estimula el colágeno, regenera la piel y nuestro cuerpo lo reabsorbe. ¿Por qué el Ministerio de Salud permite que los médicos inyecten ácido hialurónico? Porque se reabsorbe y no deja ninguna huella estética en nuestro cuerpo.

P: Pero tenemos interiorizada la huella estética que dejan las siliconas, ¿ocurre esto con el ácido hialurónico en hombres?

R: Si abusamos en cuanto a cantidad, sobre todo el pómulos enfocado a mujeres, se reabsorbe pero lentamente. Ahí es donde hablamos de huella estética, ya que puede hacer peso por la flacidez. Con el paso del tiempo perdemos la grasa facial y los pómulos comienzan a caer.

En el hombre, pinchar en el arco mandibular no supone ningún problema. Primero, porque el metabolismo del hombre es distinto. Reabsorbe todo más rápido y por eso no le dura el botox, el ácido hialurónico.

pinchazo estética hombre masculina
(Foto: Pexels)

P: ¿Qué otros materiales se emplean para llevar a cabo una marcación mandibular?

R: Un tratamiento que está haciendo competencia al hialurónico es la hidroxiapatita cálcica. Un material que es como un gel, pero que se calcifica. Yo para hacer mandíbulas no lo recomiendo, porque al calcificarse deja como ‘piedras’ y los resultados en la revisión anual no van a ser perfectos a cien por cien. Sí que lo recomendaría, por ejemplo, para pacientes mayores con una gran flacidez, o en una paciente femenina, porque es mucha menos cantidad que en un hombre. Lo que también pasa es que, en coste, se elevan 3 veces más que el hialurónico, entonces no veríamos un resultado calidad precio para el paciente que quiere hacerse una marcación.

P: ¿Puede llevarse a cabo la marcación mandibular con implantes?

R: Fíjate que es una de las preguntas que más me hacen los pacientes: si están los implantes. Hay varios tipos de implantes. Están los de silicona y los de metal. Los de silicona son muy sencillos pero ocurre como las prótesis mamarias en las mujeres: si el paciente pierde peso o pasan años, puede colgar un poco y debería volver a someterse a la cirugía. Luego están las prótesis de titanio o de metal, que van fijadas al hueso. Es una cirugía bastante compleja y dolorosa que deja al paciente aproximadamente dos meses comiendo con pajita. Debe ser para pacientes con problemas óseos o asimetrías severas. No suelo recomendar prótesis a no ser que sea la de mentón.

Hay pacientes que nos piden por tratamientos que duren dos años y no. La salud de nuestros pacientes está primero, porque luego todo deriva en complicaciones y en secuelas que todavía a día de hoy estamos viendo. Sobre todo con las siliconas, que hemos visto en muchos famosos. 

P: ¿Cuál es la tendencia internacional en procedimientos de marcación mandibular?

R: Cada vez que voy a un congreso siempre busco en el temario que ponga “masculinización” o “marcación mandibular” y ahí me meto. Actualmente veo que están haciendo técnicas antiguas: volviendo a las agujas. Para mi es algo que no debería utilizarse. Las agujas son algo que simplemente deberían usarse para labios o bótox. El resto todo con cánula. Primero porque es más confortable para el paciente: no genera molestias, no genera dolor o inflamación… además es mucho más seguro

Una de las ventajas de la marcación mandibular es que es un tratamiento inmediato que no tiene revisión, algo que da mucha más seguridad para el paciente con perfil del turismo de bienestar. Por eso tenemos que encontrar tratamientos que no vayan a generar inflamación que esconda una posible asimetría en el paciente porque, una vez se vaya, no le voy a poder corregir y el paciente no va a terminar contento.