Cuidados de la piel desde la infancia a la madurez: errores y aciertos
Expuestos a una sobreinformación en redes sociales sobre el cuidado de la piel, las rutinas faciales se han complicado en los últimos años. Por no hablar del uso de principios activos, como el retinol, en edades tempranas. Todo ello ha alarmado a dermatólogos que ven cómo han aumentado los casos de pieles atópicas, sensibles e intolerantes. Hablamos con el doctor José Luis López Estebaranz, presidente del Colegio Ibero Latinoamericano de Dermatología, y nos da las claves para cuidar la piel correctamente en las tres fases más importantes de la vida: desde bebés a la madurez.
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Infancia, protección y suavidad
La piel de los niños es delicada y necesita cuidados específicos que aseguren su protección sin causar daños. «Es fundamental utilizar productos hipoalergénicos y sin fragancias», señala el doctor Estebaranz para explicar que lo importante es mantener la piel hidratada y protegida del sol con filtros solares adecuados para su edad.
La clave está en la simplicidad y la suavidad, asegurando una limpieza e hidratación adecuada sin excederse en tratamientos innecesarios.
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Adolescencia, combatir los cambios hormonales
Durante la adolescencia, los cambios hormonales provocan una mayor producción de sebo, lo que puede llevar a la aparición de acné. En esta etapa, el presidente del Colegio Ibero Latinoamericano de Dermatología apunta que es crucial «mantener una buena higiene facial con productos no comedogénicos y evitar la manipulación de los granos para prevenir inflamaciones y cicatrices».
La tentación de seguir rutinas de skincare vistas en redes sociales puede llevar a usar productos inadecuados o incluso dañinos. Es vital recordar que la piel en esta etapa de la vida necesita cuidados básicos y específicos, sin recurrir a tratamientos intensivos o agresivos.
Crema en gel sobrerreguladora y equlibrante de Glowfilter, perfecta para pieles mixtas con tendencia a tener acné, disminuye la sobreproducción de sebo.
De los 20 a los 40, prevención e hidratación
A partir de los 20 años, el doctor nos informa de que el enfoque del cuidado de la piel debe centrarse en la prevención y la hidratación. «Es importante usar protección solar a diario», detalla Estebaranz y añade que a partir de los 30 hay que intensificar «el uso de productos antienvejecimiento como antioxidantes y retinoides«.
La rutina debe ser consistente pero no excesiva, equilibrando la limpieza, hidratación y protección solar. En esta etapa, se sientan las bases para una piel saludable a largo plazo, previniendo daños futuros sin necesidad de seguir modas pasajeras.
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Madurez, rutinas más consistentes y especializadas
Entre los 40 y 50 años la piel comienza a perder elasticidad y firmeza, apareciendo arrugas más profundas y manchas de la edad. Es esencial mantener una hidratación adecuada y utilizar productos que fomenten la producción de colágeno y elastina, como los péptidos y el ácido hialurónico.
«Por la noche podremos utilizar cremas con retinol y regeneradores emolientes. Además, ya se pueden utilizar técnicas de rejuvenecimiento no invasivo, como el ácido hialurónico, neuromoduladores y sistemas de luz tipo IPL para eliminar los daños producidos por la radiación ultravioleta”, nos informa el doctor.
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A partir de los 50, es importante continuar con una rutina adaptada a las necesidades específicas de una piel más madura y el doctor concluye que es en esta etapa la terapia con exosomas revitalizan y mejoran el aspecto general.