De Barbour a bufandas de lana: la tendencia ‘cottagecore’ es la más elegante del invierno
Cuando bajan las temperaturas y la ciudad se envuelve en tonos ocre, marrones y verdes oscuros, surge el deseo de un abrigo cálido, de botas que crujen sobre hojas secas y de un estilo que susurre tranquilidad. Esa nostalgia de campo, de refugio y de confort es justo la que abraza la tendencia del cottagecore para el invierno 2025‑2026. Más allá de un simple guiño estético, el cottagecore se instala como una declaración de vuelta a la autenticidad, al gesto pausado y al armario que también cuenta una historia. En esta temporada, materiales nobles, estampados clásicos, capas envolventes y, sí, una pieza clave: la tradicional chaqueta de la casa británica (sí, la encantadora Barbour) cobran protagonismo para elevar ese aire campestre con elegancia urbana.
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El ‘cottagecore’ como tendencia invernal
El término cottagecore emerge asociándose a una estética estética de vida rural idealizada: casas de campo, jardines silvestres, bordados, picnic al atardecer. Podríamos definirlo como un estilo campestre que idealiza la simplicidad y la conexión con la naturaleza.
Aunque sus raíces se remontan al imaginario romántico del campo, la tendencia ganó fuerza hace unos años en redes sociales: jóvenes y no tan jóvenes reivindicando la calma, lo artesanal y lo natural frente al ritmo frenético de la ciudad.
Para el invierno 2025‑2026, se convierte en el universo en el que nos queremos sumergir estilísticamente junto a otras grandes líneas de tendencia.
Así, el cottagecore no es sólo un vestido floral ligero o un sombrero de paja: para esta temporada se transforma, se adapta al frío, se superpone y se vuelve campestre con aplomo.
Tejidos, colores y estampados
- Los materiales naturales, algodón, lino, lana, y los acabados que evocan comodidad y tradición son clave.
- En cuanto a colores: esta temporada reina una paleta de tonos tierra, marrón chocolate, verde bosque, crema y también matices de azul grisáceo. La referencia cottagecore se une al tartán, al estilo Balmoral y al look que recuerda al armario de la realeza británica.
- Estampados: cuadros y tartán están dentro de la narrativa. El estampado floral, más ligero, se relativiza, y se potencia la estructura más sobria del campo británico.
Prendas clave del ‘cottagecore’
Adaptar el estilo cottagecore al ritmo de la ciudad, como Madrid o Barcelona, requiere un equilibrio delicado, porque no se trata de vestirse como un personaje de cuento, sino de llevar la esencia del campo al asfalto. La clave está en escoger prendas de calidad, en tejidos naturales que transmitan calidez y autenticidad, combinando capas con intención.
Por ejemplo, una falda midi de tartán con un jersecito de lana gruesa y una chaqueta encerada, acompañadas de una bufanda de punto, crean un conjunto que evoca el campo, pero mantiene un aire urbano. Los accesorios completan el look y aportan personalidad: un bolso de cuero curtido, un sombrero de fieltro o unas botas de senderismo estilizadas ayudan a mantener la elegancia y la funcionalidad mientras se disfruta de la ciudad.
Al mismo tiempo, la falda de cuadros se convierte en la pieza estrella capaz de transformar cualquier conjunto en un guiño sofisticado al campo británico, adaptándose al estilo de vida moderno y transmitiendo calma, confort y estilo con cada prenda elegida.
Prendas clave
- Abrigo y chaqueta clásica: la chaqueta encerada estilo Barbour (o inspiraciones que remitan a su silueta) es prácticamente obligatoria. Ese aire británico se convierte en icono.
- Faldas midi o largas de cuadros: si queremos abrazar la estética, la falda de tartán o cuadro es la opción estrella. Layering por encima o combinada con botines de cuero.
- Jerséis de punto grueso, suéteres de lana torsada: para el frío, confort y textura.
- Blusas románticas con detalles vintage: cuello Peter Pan, bordados o encajes sutiles, para equilibrar lo robusto del abrigo.
- Botas funcionales pero con estilo: botas de caña media, estilo country chic, que remiten al campo pero funcionan en la ciudad.
- Complementos artesanales: bufandas de lana, sombreros de fieltro, incluso cestas de mimbre transformadas en bolso.
El invierno 2025‑2026 invita a vestir con alma: a mezclar comodidad con elegancia campestre, a combinar tradición con modernidad. El cottagecore ya no se queda en vestidos vaporosos de verano, ni en estampados florales ligeros: se adapta al frío con solidez, con prendas que arrojan calor y cuentan historias.